Tras ese título pedante, aquí os presento una de mis fuentes de inspiración cuando era un niño pequeño: «Educación sexual», de la colección Grandes Temas de la Biblioteca Salvat…
Lo coloqué en un entorno apropiado: las cortinas, el mueblecito, sin corregir la luz que le da ese color amarillento (el color de fondo es blanco)…. Ese puntito de «visita a casa de la abuela», que es cuando lo podía leer.

Que no me pregunten qué ponía el libro, porque recuerdo bien poco, aparte de los sistemas anticonceptivos… Pero hay unas páginas que siempre leía, porque curiosamente me ponían como una moto: las dedicadas a las perversiones. He puesto una fotografía de dos de las cuatro páginas dedicadas a perversiones…

Por cierto, curiosa la entrada dedicada al travestismo, de esta foto de abajo: «La inversión no sólo se limita a los trajes, sino que es mucho más amplia. Son sujetos sensibles y reservados que, si están casados, se apasionan por la maternidad y el embarazo, y son poco sexuales. Podrían incluirse en este grupo algunos de los que el vulgo conoce como amanerados o afeminados».

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