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Abrir una relación es similar
a decidir tener un bebé

13 July, 2015 at 11:00/ por

Cuando se está pensando si abrir la relación monógama en la que se está, se podrían aplicar las mismas recomendaciones que para tener una criatura ¿Es bueno o malo tener descendencia? Pues depende. Depende de si es lo que quieres o si te han tenido que convencer y lo haces a regañadientes… ¿Me voy a arrepentir o no? Depende. ¿Va a ser una buena o una mala experiencia? Depende… La contestación sólo será siempre positiva si se parte de una postura activista en que se considere que cualquier forma de no-monogamia es preferible a cualquier otra forma de relación. Pero en realidad abrir una relación es como cualquier otra decisión importante en tu vida: Puede hacer que tu vida mejore o empeore mucho. Lo que es seguro es que tu vida va a cambiar.

https://www.flickr.com/photos/marfis75/14481855815/
https://www.flickr.com/photos/marfis75/14481855815/

Hay experiencias en esta vida que, a pesar de ser intensísimas, son breves, y no tienen demasiadas consecuencias: Puenting, las montañas rusas, los parques de atracciones, participar en una orgía… Pero hay otras que debes meditar un poco antes de tomarlas: Firmar una hipoteca, tener un bebé, abrir una pareja… No tienen las tres la misma trascendencia, pero sí son una especie de rituales de iniciación (según el entorno en que nos movamos), son experiencias vitales cargadas de expectativas y que, por lo tanto, tienen más impacto en nuestra propia imagen, en la imagen que enviamos a nuestro entorno, en el futuro que nos imaginamos…

En esas experiencias tan complejas, con un desarrollo tan largo en el tiempo, inevitablemente habrá cosas buenas y malas. ¿Compensa tener un bebé? Pues depende… Te quitará horas de sueño, te costará mucho dinero mantenerlo, será más complicado de lo que pensabas, no podrás salir por la noche, se te estropearán muchos planes, te llevarás disgustos (entre caídas, accidentes, enfermedades…) pero, quien ha tenido criaturas porque le apetecía sabe que una sonrisa, una frase graciosa, una determinada mirada hará que olvides que has dormido cuatro horas, te hará pensar que todo ese esfuerzo vale la pena.

Lo mismo sucede al abrir una relación. Tener dos relaciones (o más) te va a exigir más tiempo, te va a dejar menos tiempo libre, te va a obligar a enfrentarte a situaciones complicadas, te llevará a discusiones y enfados que enfrentarás por primera vez. Que tu pareja tenga dos relaciones (o más) te obligará a enfrentarte a situaciones que nunca hubieses imaginado, a disgustos que no habías previsto. Como pareja habrá más tensiones que pondrán a prueba un montón de habilidades: Negociación, aceptación de la frustración, gestión de los conflictos, manejo de las emociones. Como persona sola te obligará a mejorar áreas sensibles que saltan cuando menos te las esperas en situaciones que te producen sensación de rechazo, envidia, ira…

Pero todo eso te dará igual cuando, viendo la foto completa, viendo tu vida en conjunto, veas que estás viviendo la vida que deseas, la vida que habías soñado vivir, o la que te parecía deseable frente a lo que habías vivido antes. Como con los bebés, hay momentos en que piensas ¿¿para qué me metí en todo este lío??, pero es la valoración total la que te dirá si te has equivocado o no. Quizá la sensación no es tan obvia como la euforia, pero sí es profunda y duradera, como la satisfacción.

Aquí, y en otras decisiones importantes, vale la pena parar y preguntarse ¿Es esta la vida que quiero?.

 

Y si esa decisión la has tomado libremente, basada en lo que quieres, en tus deseos, seguramente no te arrepentirás. En este sentido puede venir bien una cita muy habitual, la de Carlos Castaneda, que se cita en un muchos blogs.

“…Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino. Si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada.Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice.
Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. (…) Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario.

Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta: ¿Tiene corazón este camino?

Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Todos los caminos son lo mismo, no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no…” Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.”

El problema es que nadie se hace la pregunta, y cuando por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo.Un camino sin corazón nunca se puede disfrutar. Hay que trabajar duro tan sólo para tomarlo. En ese punto pocas personas pueden parar a pensar y dejar el camino…
En cambio, un camino con corazón es fácil: no te hace trabajar por tomarle gusto. Para mí existe solamente el viajar por caminos con corazón, en cualquier camino que pueda tener corazón. Por ahí viajo, y el único desafío que vale la pena es atravesarlo en toda su longitud. Y por ahí viajo, buscando, buscando, sin aliento”.

(“Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castañeda.)

 

La imagen del bebé salió de https://www.flickr.com/photos/djs1021/1830371817/

 

 

1 Comment to “Abrir una relación es similar
a decidir tener un bebé”

  1. Rex Stormeyes says:

    Bravisimo articulo. Estoy por usarlo de ejemplo cada vez que alguien me dice que eso de relaciones poly es un chollo

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