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Cómo cuidar a tus relaciones no-principales (5)

18 August, 2016 at 20:40/ por

 

7. Mantén buenas relaciones con tus metamores*.

Si tienes más de una relación (especialmente una relación principal), depende de ellas mismas decidir cómo y en qué medida quieren relacionarse entre sí. No debes esperar o exigirles que tengan una amistad o atracción.

Dicho eso, puedes y debes apoyar que tengan contacto presentándolas (en persona, si es posible) y quizá sugiriendo quedar algunas veces u otras ocasiones para que puedan conocerse como personas, no como roles. Aparte de eso, asegurarse de que saben cómo pueden contactar directamentemente entre sí puede ser útil y tranquilizador.

Con los pies en la tierra: ¡Puesto que te importan tus dos relaciones, y tu a ellas, probablemente tienen más cosas en común aparte de ti!

Por lo menos, no impidas o ignores la comunicación y conexión directa de tus parejas. No les exijas que sólo puedan comunicarse a través de ti o cuando tú estás presente. (Dichos acuerdos existen de mutuo acuerdo, pero no deben darse por hechos). Dales espacio para que puedan gestionarlo y crear una confianza mutua basada en la experiencia. No entres en pánico cuando no están de acuerdo; confía en que lo puedan resolver.

Alguien comentó: “No esperes que tu relación no principal se relacione (o acepte que se le trate igual) con tu relación principal de la misma manera que tú lo haces”

 

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8. Invita a tus relaciones no-principales a participar en las negociaciones y decisiones que les afectan.

Esto es un asunto muy delicado para muchas relaciones principales porque supone renunciar a un aspecto clave de los privilegios de pareja: el dinámica de poder asumida sobre quién toma las decisiones sobre una relación o dicta los términos de la misma. A menudo las parejas que tienen la típica aproximacion casi monógama (monogamish) a las relaciones, explícitamente, no quieren renunciar ese poder: Reforzar la jerarquía principal/secundaria es una parte importante de lo que buscan en la no-monogamia.

De todos modos, la gran mayoría de las parejas no-principales que han participado en este post dijeron que quieren (o incluso exigen) que se les incluya en las decisiones que afecta la conducta o la existencia de su relación. Algunas prefieren tener voz y voto en algunas decisiones, pero lo dejan a la decisión de la relación principal en otras. Unas pocas prefieren no tener nada que ver con esas decisiones; prefieren adaptarse a lo que decida la pareja principal (o retirarse si no se adapta a lo que quieren).

La clave parece ser: Pregúntale a tu relación no-principal cómo prefiere que se le incluya en la toma de decisiones sobre la relación. Invítales directamente al proceso (idealmente con tiempo de sobra antes de que haya conflictos o una implicación emocional importante) y respeta lo que prefiera.

 

 

Y al contrario, si tienes un acuerdo con tu relación principal que genera una jerarquía principal/secundaria en tus relaciones —como derecho a veto o que tu relación principal siempre tenga la máxima (o la única) prioridad— ¡dilo claramente! Si no sabes si eso sería la condición para que tengan una relación contigo o no, dilo claramente también. Las relaciones no-principales merecen saber los riesgos potenciales así como las ventajas de tener una relación contigo.

Esto rara vez es agradable saberlo. De todos modos, descubrir esta regla al principio es mucho más respetuoso y menos doloroso que descubrirlo en un momento duro, vulnerable, o insinuar que, aunque exista, nunca lo usarías. (Las medidas de seguridad y los recursos de emergencia siempre existen por alguna razón).

Como dijo alguien, “incluso si la relación no-principal no puede votar, mantenla informada”.

Si has aceptado incluir a tus relaciones no-principales en la negociación, no les retires ese derecho durante un conflicto porque tu relación principal se siente insegura.

 

 

9. Deja claros tus límites y compromisos ANTES de comenzar una nueva relación.

No te lances directamente al poliamor esperando que tu nueva relación sea tu cobaya para hacer experimentos.

Si tienes una relación principal, habla con ella qué significa “poliamor” o “relación abierta” para cada cual y cómo pensáis manejar las discrepancias en ese terreno. Esto debería suceder antes de buscar nuevas relaciones — y comprobarlo antes de comenzar cualquier otra nueva relacioón, o de manera periódica. La gente cambia.

Una sugerencia fue: “La relación principal debe de poder mostrar una única cara a las nuevas relacione. No tienen que estar de acuerdo en todo, pero tienen que estar de acuerdo en discrepar y tener unas directrices fijadas para gestionar esas diferencias”.

Otra fue “No esperes a que llegue una nueva relación para eliminar las cosas con las que tu relación principal y tú no estáis a gusto”.

Y “Créeme, puede ser una mierda para todo el mundo si esperas hasta que tu pareja esté con alguien más para decirle que no estás de acuerdo con las normas que tenéis”.

Deja clara tu flexibilidad, también. “Antes de tener nuevas relaciones averigua qué límites con tu relación principal no son negociables y cuáles son flexibles. Ten en cuenta que harán falta algunos ajustes de tus límites y algunas renegociaciones”.

*[Metamor es la palabra que se usa para referirse a todas las otras personas con las que se relacionan tus parejas y con las que tú no tienes una relación. Vendrían a ser, usando el simil de familia “de origen” y familia “política”, tus relaciones “políticas”.]

 

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El resto de posts de esta serie (la traducción de “Cómo tratar bien a tus relaciones no-principales”, de la autora de SoloPoly) se pueden encontrar en:

Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4

El post original en inglés se puede consultar en el blog SoloPoly.

 

 

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