Selección de idioma

¿Cuál es el nombre correcto: Perversión, parafilia, filia?

21 October, 2019 at 20:44/ por

Tanto los trabajos académicos como experiencia clínica siguen demostrando, paso a paso, que no hay nada patológico en la inmensa mayoría de los casos en que se practica BDSM. Es un avance, poco a poco, en la dirección equivocada. Es lo que tiene haber elegido el camino equivocado a comienzos del siglo XX. En ese momento se estaban formando dos corrientes: la patologizadora que, simplificando mucho va las largas listas de “perversiones sexuales” de Krafft von Ebing (con una biografía ridícula en wikipedia) y el foco que se puso en lo irracional en la conducta “sexual” con Freud. Esa corriente convivía (se leían mutuamente, se odiaban, Freud robaba cosas como la idea de autoerotismo…) con la de Havelock Ellis, Ulrichs, Ivan Bloch, Magnus Hirschfeld…

Como ya he contado, la segunda corriente fue arrasada por el fascismo en Europa, emigraron a EEUU y bajo la cultura misógina y conservadora estadounidense de los años 50… hemos llegado a donde estamos ahora.

Da igual que ahora llames filia a lo que antes se llamaba parafilia, o antes perversión, aberración o contra-natura. Si sigues pensando lo mismo de determinadas conductas, (¡y fantasías!) da igual que les cambies el nombre.El cambio que se debe hacer es de conceptos. E incluso en los master de sexología se siguen explicando esas conductas separadas del resto. La norma y lo no normativo. Y no es tan simple. Es todo mucho más complejo, erotizamos cosas muy diferentes, y por un mecanismo muy muy muy complicado: el deseo. Al decir esto, se suele creer que estamos diciendo que todo, sea lo que sea, no nos parece nada más que una manifestación de la sexualidad humana. Y no, no decimos eso, pero lleva más tiempo aclararlo.

Eso requiere un cambio inmenso: el que supone salirse de esas categorías de lo normativo y lo no normativo. Cambiar los conceptos, es decir, los cimientos sobre los que construyes tus ideas, las palabras con las que defines y das forma a la realidad, lleva su tiempo. Dejar de pensar desde la sospecha: que si deseas eso, tienes algún problema. Que siempre es un síntoma de algo que se debe cambiar… ¿para ser cómo?¿deberíamos erotizar solo… el qué?¿lo reproductivo?

Quien hizo un mapa de la sexualidad humana que hereda esa tradición fue Amezua, que terminó ese trabajo de importación en su mapa de la sexualidad humana de 2001.

Intentar aprender más puede ser sencillo (pero hay que hacerlo poco a poco), como con el artículo de Bruno Martínez que compartí hace un tiempo, “El fetichismo ¿es una patología?”. O con nuestro curso durante 28 semanas (está completo). O con un master en sexología, como el de Incisex, al que se ha animado Mireia y tanta gente (recomiendo el presencial).

Intentar resumirlo en un tuit o para instagram, tiene el problema de simplificar tanto, que parece una tontería. Como ha sucedido con la falsa dicotomia de o ser hombre o ser mujer, casi como especies separadas, y creer que, llevar la contaria a eso es la simpleza de “cada cual dice qué es”, como si habláramos de una emoción, una sensación que tienes y ya, algo que se te ocurre por la mañana. La biología (falseada) y lo queer (simplificadísimo). Con “hombres de paja” es complicado entenderse o aprender sobre algo que no se conoce en profundidad. Entender que el dimorfismo (hay dos tipos totalmente opuestos) no es real y la vivencia personal del sujeto es la que tiene la última autoridad no se puede entender en un párrafo, en cuatro líneas en un blog. Por eso enlazo tantas fuentes e intento, despertar cierta duda en esas categorías tan absolutas que no, no son tan “reales”, tan cerradas.

Ahí he dejado unas cuantas pistas para quienes quieran ir ampliando más. Aparte de eso, en el blog hay una larga lista de perversiones, que es la traducción que hice de la wikipedia en inglés y dónde enlacé foros y otros blogs donde se hablaba de cada una. Y las llamé perversiones para que sepáis de qué estaba hablando :-)

No comments yet

Leave a reply

Message:

logo_lateral
 

Archive