El amor se inventó en el siglo XII y la Ilustración dejó tiradas a las mujeres
13 October, 2014 at 11:00/ por moscacojonera
Ya comenté que según vaya estudiando mi master en sexología iré compartiendo textos que me van diciendo. Empiezo el próximo sábado, pero antes de eso ya nos han dicho que tenemos una lecturas previas. El texto completo está en Scribd: https://es.scribd.com/doc/237325341/Sexologia-1
El que el amor se inventó en el siglo XII y reencontrarme lo del proyecto fallido de igualdad de la mujer con la Ilustración como punto de origen de los feminismos actuales (que había visto ya en “Feminismo para principiantes” de Nuria Varela —menos de 2 euros el ebook—, en este documento en concreto) son las dos cosas que más me llamaron la atención de esta “unidad didáctica”. Aparte de eso es muy agradable eso de empezar a tener una serie de marcos o referencias para ir colocando la evolución de las ideas en torno al sexo.
Uno de esos textos previos en el master es el de las teorías mayores, que son tres: La más antigua, la del “locus genitalis”. La segunda es la teoría erótica y la tercera es la teoría de los sexos.
LOCUS GENITALIS Y LA REPRODUCCIÓN
El primer marco, el del “locus genitalis” quiere decir que, para explicar el sexo, la sexualidad, se acudía al instinto de reproducción, a los machos y hembras, a cópula y concepción. De esa perspectiva tan antigua es de donde viene la costumbre de denominar a penes y vaginas como órganos reproductores. No hace tanto que se usaba ese adjetivo, y que claramente ve el sexo como poco más allá que la reproducción, confundiendo sexo y reproducción. El que se diga órganos sexuales en realidad es algo mucho más reciente. De esa visión de machos y hembras reproduciéndose, que resistió siglos se evolucionó, se pasó a hombres y mujeres como sujetos, como personas.
TEORÍA ERÓTICA Y EL PLACER
“El amor se inventó en el siglo XII”. Ese fue el resumen que acabé sacando de la larga e in-te-re-san-tí-si-ma charla que tuve en twitter con Meriuán y Dulce Barcelona. Para quien quiera saber más de ese cambio de la situación de la mujer en el siglo XII y la aparición del “amor pasión”, aparte de esa conversación, puede ver este interesante texto que me pasó Volia (@volianihil) en esa misma conversación: “El cambio en el trato a las mujeres en el siglo XII, la cortesía y sus consecuencias sociales“
Del texto principal, el de las teorías mayores, dice sobre el origen de la teoría erótica y el nacimiento del amor pasión:
“En la Edad Media, antes de formularse como una teoría, el movimiento del Eros pasional o amor pasión fue una eclosión de esta energía bajo formas artísticas y literarias. Surgido en el sur de Francia en los comienzos del siglo XII, el amor pasión se extendió muy rápidamente —a través de “las cortes de amor”—como estilo de ars amandi, un estilo muy distinto al convencional y canónico imperante de la teoría del locus genitalis , tal como había sido adoptado por la cultura cristiana. De esa forma seguía su curso la clásica teoría erótica y de sus placeres asociados. Si la teoría anterior se había centrado en el fenómeno de la reproducción, ésta se centró en los encuentros de los amantes, en sus enamoramientos: sus amores. Hablará de Amor pasión, más que de Eros pasión, por el peso de la latinidad sobre el substrato griego y el paso a las lenguas romances, entre ellas el castellano.
(…) Este amor pasión es llamado a veces amor cortés. El nombre procede de las Cortes de Amor por las que éste se regía. Estas reglas no se plantean ni la reproducción ni el matrimonio. Al contrario: el matrimonio, considerado asunto aparte, era un regulador del a progenie. “El matrimonio es la losa del amor”, escribieron en esos años medievales algunos autores de reglas del “ars amandi” por las cuales se gobernaban los amantes, al margen de otros criterios
(…) El “ropaje lírico” o “el recurso a la estética” bajo los cuales Eros ha sido presentado en público como erotismo o amor ha servido para envolver y hacer más presentable esta cadena en una cultura de valores oficialmente cristianos, es decir, anti-deseo, anti-Eros“
Ahí tenemos, el erotismo. Las cáscara estética para que sea aceptable el sexo en una cultura que, en el fondo, no es nada pro-sexo.
LA TEORIA DE LOS SEXOS: SUJETOS, SEXOS, IDENTIDADES Y RELACIONES
La tercera y última teoría, la más moderna, es fruto de la Ilustración. “Es a éstos [hombres y mujeres] a los que trata de explicar como tales sujetos sexuados de forma inteligible para poder situar luego sus deseos y relaciones.” Es en ese momento en el que las mujeres podían haber sido consideradas como seres humanos de la misma categoría que los hombres, al ser visto el sexo en las mujeres como el sexo en otro sujeto que es igual a todos los niveles y que, por eso, necesita esta nueva teoría. Pero…
“El hecho de que, a pesar de los argumentos razonables, las mujeres perdieran entonces “esa batalla histórica” y fueran excluidas de esa cualidad de ser sujetos, constituirá, como es sabido, el germen de los feminismos reivindicativos especialmente en aumento desde finales del siglo XIX”
Y con esto igual ya es suficiente teoría ¿verdad? Arriba está el enlace al texto completo y otro a un análisis del cambio de la situación de la mujer en el siglo XII. ¡Mucho contenido para un día, creo yo! El sábado me estreno en el máster, ya os contaré.
En relación con la invención del “amor”, que citas como fijado en el s. XII, muy recientemente he leído, en “La transformación de la intimidad” de Anthony Giddens (obra en la que acuña el concepto de “amor confluente”) el propio concepto de “amor pasión”, que él mismo reconoce que es homónimo al concepto, aunque con otro contenido, a su vez acuñado por Stendhal.
Viene a decir Giddens que hasta la edad media la relación hombre-mujer, por la influencia de las relaciones de poder y, en ellas, la de la Iglesia, eran de interés: ambos eran socios para el trabajo (del campo) y la reproducción (para obtener más mano de obra). Fuera de esa relación. No había espacio, ni tiempo, para el placer, excepto para quienes sí tenían tanto ese espacio y tiempo, que así se podían entregar al “amor pasión”.
¿No es esa una visión completamente eurocéntrica? ¿En la India, en China, en Egipto, en Japón, no sabían lo que era el amor antes del siglo XII?
Hermes Solenzol: Creo que el texto de La Mosca se refiere al “amor romántico”. Ése sí que es una invención europea. Cristiana, por concretar. El otro está más vinculado a sistemas de libertad.
José, entonces debería haberlo dicho en el título: “El amor romántico se inventó en el siglo XII”. Ese tipo de títulos sensacionalistas y exagerados no invitan a tomar en serio al que escribe. El amor es una emoción innata al ser humano e incluso a muchos mamíferos. Sus bases neurofisiológicas y bioquímicas están siendo estudiadas. No es algo que nadie inventara en ningún momento. Sappho hacía poemas al amor mucho antes del siglo XII. Y estoy seguro de que antes de que aparecieran las civilizaciones y el lenguaje escrito, los seres humanos se enamoraban.
He estado ojeando el libro de texto al que enlaza la mosca y la verdad es que me he quedado bastante asombrado. Lo primero que me llama la atención en la profunda desconexión de lo que se dice con la perspectiva científica. Ésta parece quedar encuadrada en lo que el autor llama “locus genital”, ya que la ciencia sigue considerando al sexo como un fenómeno esencialmente biológico cuya función es la reproducción. Si la sexualidad humana es diferente a la de otros mamíferos, habría que empezar por construir una teoría que explique cómo y por qué lo es. La ciencia distingue entre sexo y género: el primero es un hecho biológico y bipolar (macho y hembra), mientras que el género es un fenómeno cultural y multipolar (masculino, femenino, gay, lesbiano, bisexual, transexual, etc). Otra cosa que me resulta sorprendente, como apuntaba antes, es que se quiere tomar una perspectiva básicamente eurocéntrica y darle una valor universal, incluso criticando la aproximación científica que ha salido hace tiempo del eurocentrismo.
Mi impresión general es que asistimos aquí a un capítulo más de lo que se ha dado en llamar la “Guerra de Culturas” (Culture Wars), que opone a la ciencia por un lado y a las humanidades por el otro. La sexología que se estudia aquí no me parece científica, sino enmarcada en ese limbo altamente idiologizado de sociología, la filosofía política y los llamado estudios de género.