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El Orgullo y los mitos. Y los mitos de los mitos.

27 December, 2011 at 10:00/ por

Con el Orgullo Gay (esa marcha que en Madrid se la va a llevar por delante la nueva alcaldesa*) hay una serie de mitos. Re-mitos. Re-mimitos. Primera cosa, que se le llama gay, cuando es LGBT. Buah, esa era fácil.

Algo más: ¿La marcha comenzada por los gays?¿De verdad? En realidad lo comenzaron los transexuales, como se puede ver en el vídeo que puse aquí hace año y medio: Un Orgullo sin transexuales. (en el post no se ve el vídeo, está aqui bien), en que entrevista a la drag queen Sylvia Rivera, la segunda que lanzó un coctel molotov a la policía.
¿Vamos un paso más allá? Pues parece que esa versión de un orgullo liderado por transexuales y drag-queens tampoco es la buena… Me he encontrado otra.

“El relato habitual es un error sobre otro. Primero, porque exagera la importancia innegable de Stonewall como un hecho catalizador. Como ha demostrado el cuidadoso trabajo de numerosxs historiadorxs, había un movimiento muy activo luchando por los derechos civiles para gays. Activistas gays habían organizado la Mattachine Society en Los Angeles en 1950, and en otras ciudades más tarde. Había apoyado candidatos abiertamente gays. Habían luchado contra el cierre de bares gays. Habían fundado una revista de tirada nacional, The Advocate. Se habían manifestado enfrente de la Casa Blanca pidiendo igualdad de derechos. Y habían hecho piquetes frente a negocios que discriminaban gays.

Fuera de Nueva York (…) prestaron poca atención a Stonewall. Solo a través de las marchas anuales de conmemoración que comenzaron un año después y que se extendieron a mediados de los 70, pasó a tener Stonewall la importancia singular que hoy tiene. (…) En segundo lugar, la centralidad de lxs transgénero en Stonewall está probablemente exagerada. Las versiones de lxs testigos oculares cuentan lo que pasó aquella noche varían y no tenemos vídeo del evento y pocas fotografías.

Una cosa está clara. Es un error caracterizar Stonewall Inn como un santuario de genderqueers (a no ser que el término incluya a los hombres gay no transgénero) . Murray dice que «hombres relacionados con los enfrentamientos de aquel entonces insisten que la clientela eran hombres blancos de clase media y que pocas veces se dejó pasar a drag queens o quienes no fuesen blancxs».

Pero no hay que pensar que sea verdad porque Murray lo diga: Valora lo que Sylvia Rivera le contó ella misma a Eric Marcus para su libro Making History: “Stonewall no era un bar para drag queens. Todo el mundo dice que lo era… Si eras una drag queen, podías entrar si te conocían. Y sólo se permitía entrar en Stonewall a un pequeño número de drag queens en esa época”. La noche de los enfrentamientos era la primera vez que Rivera había entrado al bar.

Si Rivera tiene razón, parece que los clientes de Stonewall que se rebelaron esa noche de junio de 1969 incluía muchos (quizás en su mayoría) hombres blancos gay de clase media y no transgénero. Es posible que las pocas drag queens que estuviesen diesen toda la guerra mientras el resto se acobardaron. Pero no hay razones para creer eso a no ser que pensemos en los estereotipos sobre la timidez de los hombres gay. Con lo que una descripción de los enfrentamientos como un levantamiento de drag queens puede que sea más políticamente correcta, pero parece parcial desde el punto de vista histórico.

Este argumento no niega que participaron drag queens. Lo hicieron. Sólo señala que su centralidad en el evento ha sido probablemente exagerada, probablemente por razones ideológicas. (…)”

¿Un paso más? En realidad, quien empezó las marchas en Nueva York, al año siguiente de Stonewall, fue una bisexual. Problema: No sé dónde lo lei, y ahora no lo encuentro… En su lugar encuentro que lo organizaron Craig Rodwell, Fred Sargeant, Ellen Broidy y Linda Rhodes.
Habrá que seguir leyendo.

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