Justicia transformativa para comunidades pequeñas: Herramienta 01: Mapeado de grupos de apoyo
8 November, 2018 at 12:18/ por moscacojoneraEs muy común. en colectivos pequeños con una fuerte red activista, escuchar la idea de que acudas a “tu comunidad”, a tu colectivo, a tu red, en el caso de tener algún problema, de que cuentes con su apoyo. El problema es que pocas veces nos paramos a pensar en qué consiste esa comunidad, qué apoyo hay o habrá realmente y, cuando surgen los problemas, nos podemos encontrar con que esa comunidad no está ahí o no responde de la manera que esperábamos.
Para enfrentarse a esa situación, una de las herramientas recogidas en la web de BATJC es la hoja para mapeado de grupos de apoyo (pod mapping worksheet). Pod se podría traducir por “manada”, pero es una palabra que necesitará un tiempo para poder utilizarla sin tantos significados asociados. Equivalentes podrían ser bandada, banda, cuadrilla, pandilla, jauría y todos los similares. A mí el que se me ocurre más neutro es “grupo de apoyo”, aunque cada colectivo se sentirá más a gusto con diferentes nombres. Grupo de apoyo es más neutro pero tiene el problema de llevar al malentendido de creer que el ejercicio derivado de esta herramienta consiste en mapear grupos en lugar de personas en diferentes grupos. Es decir, el trabajo consiste en mapear PERSONAS. Pero podemos tener diferentes grupos. Se puede tener un grupo o varios. Por ejemplo, puede que recurramos a grupos diferentes cuando alguien no respeta nuestro consentimiento o cuando nos han acusado públicamente de no respetar el de otra persona. O según las prácticas en las que se provoca esa situación… Depende de cada caso personal.
Advertencias previas en general sobre esta y otras herramientas de la BATJC:
El artículo es MUY largo, pero creo que no es útil trocear el artículo y haberlo publicado en martes, miércoles, jueves, sino que es mejor tenerlo todo completo para facilitar el trabajo.
Las herramientas de la BATJC están pensados para casos de abusos sexuales a menores, por eso se hace mención a ellos. Mi idea es que, si son herramientas creadas y utilizadas desde hace tiempo por estas comunidades, probablemente nos sirvan para otros casos similares aunque no involucren a menores.
Estas herramientas no están pensadas para reemplazar a las que ya existen en diversas comunidades y que desconozco. Ni tampoco se proponen como recetas mágicas, sino como puntos de partida, para no tener que construir desde cero, sino desde las experiencias previas de colectivos en situaciones muy complicadas que han reunido esas herramientas a lo largo de los años. Comparten con las nuestras el hecho de ser comunidades muy pequeñas y estigmatizadas, de ahí que haya pensado en que puedan ser aplicables.
Su aplicación (como pasa también con las herramientas de la NW Network) suponen un cambio de paradigma, como tener la idea de trabajar también con quien ha cometido la agresión… Puede ser un cambio de enfoque complicado de aplicar o inviable, el tiempo lo dirá. De momento, los comentarios que me han llegado es que, en algunos colectivos, el haber señalado a algunas personas ha significado que ya no puedan relacionarse con ese colectivo en absoluto y de ninguna manera. Sin duda, hay casos sobre los que no hay ninguna duda, que han provocado daños considerables en miembros de cada colectivo por el que han pasado. Pero siempre habrá algún límite en el que se dude si eso debe significar la expulsión permanente del colectivo o si podría haber la posibilidad de pensar en que volviera a formar parte de él tras un largo y profundo trabajo.
Lo dicho, el trabajo de BATJC sólo lo conozco a distancia, no lo he vistoa aplicado en comunidades locales, con lo que ignoro si son aplicables. De momento, aquí están algunas, para ir recogiendo el feedback de nuestros colectivos y ver si es de alguna utilidad.
No es que yo defienda a tal o cual persona, no está pensado para aplicarlas a ningún caso concreto, sino que me han ido llegando comentarios de quienes han ido viendo ese proceso de atomización de colectivos pequeños, “exilio” de algunas personas mientras otras siguen dejando su reguero de abusos, quienes buscan herramientas… Serán las comunidades y colectivos quienes irán decidiendo si es apropiado en su caso aplicar estas herramientas, si es el momento, si es un enfoque que quieren aplicar…
INSTRUCCIONES DE USO
La riqueza de este ejercicio en concreto, de mapeado de grupos de apoyo, está en concretar con qué apoyos contamos realmente. Para ello se puede trabajar con la plantilla que ofrece BATJC y que se puede descargar aquí para imprimirla. Recomiendo usar la misma plantilla de la BATJC para seguir reconociendo su labor, en lugar de descargarla, borrar su nombre, usarla y que, la próxima persona que se la encuentre, crea que no tiene autoría o se asigne alguien la autoría de algo que no es suyo (ejem, ejem, no sería la primera vez).
Desde aquí (había más texto previo en el artículo) y hasta el final, copipego y traduzco literalmente las INSTRUCCIONES:
“Usamos esto como una plantilla para ayudar a la gente a empezar a identificar quienes podrían estar en su(s) grupo(s) de apoyo. Invitamos a la gente a rellene varias plantillas para cada uno de sus diferentes grupos de apoyo. Esto es sólo una plantilla básica, cada cual puede crear sus propios mapas.
1. Escribe tu nombre en el círculo gris central.
2. Los círculos que lo rodean son tu grupo de apoyo. Escribe los nombres de las personas que están en tu grupo de apoyo. Recomendamos escribir el nombre de personas, en lugar de cosas como “mis vecinos” o “la gente de mi iglesia”.
3. Los círculos de línea punteada que rodean tu grupo de apoyo son las personas “movibles”. Son personas que podrían pasar a formar parte de tu grupo de apoyo, pero aún queda trabajo pendiente. Por ejemplo, puede que necesites relacionarte más con ellas o tengas más confianza. O quizá nunca has tenido una conversación con ellas sobre cárceles o violencia sexual.
4. Los círculos más grandes que están en los bordes de la hoja son para las redes, comunidades o grupos que pueden aportarte recursos. Puede ser la organización de tu barrio que presta servicio de atención en casos de violencia doméstica, o tu amistades del colegio, o tu grupo de jóvenes o tu grupo de justicia transformativa.
Sabíamos que todo el mundo, cuando experimenta violencia, daño o abuso se dirige a sus redes íntimas antes de dirigirse al Estado o los servicios sociales. La mayoría de la gente no llama a la policía ni busca asesoramiento ni siquiera llama a atención telefónica. Si se lo dicen a alguien en absoluto, lo hacen hablando con una de sus amistades en quien confían, un miembro de su familia, alguien del vecindario o alguien en el trabajo. Quisimos encontrar una manera de nombrar a las personas en quienes confiarías realmente en tu vida (o ya estás confiando) para responder a la violencia, daño o abuso.
OBSERVACIONES IMPORTANTES
Tu grupo de apoyo está formado por personas a quienes llamarías si sufrieras violencia, daño o abuso; o las personas a quienes llamarías si necesitaras apoyo para responsabilizarte de la violencia, daño o abuso que has causado; o si has sido testigo de violencia o si alguna persona que te importa estaba siendo violenta o estaba sufriendo algún abuso.
La gente puede tener varios grupos de apoyo. La gente a quien llamas para que te apoyen cuando te han hecho daño puede no ser la misma gente a quien llamas para apoyarte cuando has dañado a alguien, y viceversa. En general, los miembros de esos grupos de apoyo a menudo son personas con quienes te relacionas de alguna manera y en quienes confías, aunque todo el mundo tiene diferentes criterios para sus grupos de apoyo.
Cuando comenzamos a usar el término “grupo de apoyo”, nos dimos cuenta de una serie de cosas:
· La mayoría de la gente tiene pocas relaciones sólidas, siempre disponibles en sus vidas.
Gran parte de eso se debe a la ruptura de relaciones, aislamiento, miedo y criminalización que el capitalismo necesita. Nos encontramos que para muchas personas, mapear su grupo de apoyo era un proceso que les daba mucho que pensar, porque muchas pensaban que su grupo de apoyo era mucho mayor de lo que era en realidad. No es raro que la mayoría de la gente tenga una o dos personas en su grupo de apoyo. Le recordamos a la gente que esto no es un concurso de popularidad, sino una oportunidad para reflexionar sobre el hecho de que tengamos tan pocas relaciones con el tipo de confianza profunda, fiables y que sean una buena base que necesitamos para responder bien a la violencia.
· La mayoría de la gente tiene menos personas a quienes llamar para responsabilizarse por el daño que han hecho para por el daño que les han causado.
Aunque el apoyo competente para superar la violencia es escaso, hemos encontrado que el apoyo a alguien que lo busca por el daño que ha causado, es todavía más complicado de encontrar. Muy a menudo, las personas teminan colaborando con quienes causaron los abusos o reforzando la estigmatización y culpabilización de quienes sufrieron los abusos cuando intenta apoyar a alguien para que se responsabilice del daño que ha hecho, si siguen relacionandose con personas que han dañado a alguien o han sido violentas en absoluto.
· Pedirle a la gente que organizara su grupo de apoyo fue mucho más concreto que pedirle a la gente organizarse con su “comunidad”.
Una vez tenemos un lenguaje común y el concepto de grupo de apoyo, eso permitió que la justicia transformativa fuera más accesible. Desaparecieron las fantasías de una gigante, mágica “respuesta comunitaria” realizada por personas a quienes sólo conocemos superficialmente; en su lugar nos planteamos el reto, y a otras personas, de construir sólidos grupos de apoyo a través de relaciones y confianza. Al hacerlo, nos obliga a fijarnos de forma específica en cómo son esas relaciones y cómo se construyen. Coloca la construcción de relaciones en el mismo centro de la justicia transformativa y el trabajo de responsabilidad comunitaria.
· Las personas que son “miembros del grupo de apoyo” no coinciden exactamente con lo convencional, especialmente en situaciones de violencia íntima y sexual. Las personas no se dirigen necesariamente a sus relaciones más cercanas (por ejemplo, pareja, familia, mejores amistades), especialmente porque a menudo ese es el origen de la violencia, pero otras porque los criterios que usaríamos para nuestros grupos de apoyo no tienen que ser necesariamente los mismos que usamos (o nos enseñan a usar) para nuestras relaciones personales en general. Tenemos tipos de relaciones diferentes y específicas con las personas de nuestro grupo de apoyo, a menudo sumada a una relación y confianza, que incluyen características, aunque no se limitan a ellas como un historial de conflictos, límtes, ser capaz de dar y recibir feedback, fiabilidad. Esas son características y habilidades que no se enseña a valorar en la sociedad de EEUU y que no se tienen para apoyar incluso a nuestras amistades más cercanas.
· Generar discurso es más fácil que construir la relación y confianza requeridas para un grupo de apoyo propio. Una vez la gente comenzó a identificar su grupo de apoyo, se vio claramente que la mayoría de la gente llamaría a alguien que no tenía que ser parte, necesariamente, de organizaciones políticas o activistas y que normalmente no tenía un discurso político. Esto resultó cierto incluso para líderes políticos y activistas que estaban mapeando sus propios grupos de apoyo. Usar el concepto “grupo de apoyo” era una manera de conectar con la gente en su situación real y de revelar qué estaba ya funcionando bien en sus redes íntimas. La gente ya tenía en sus vidas personas a quien dirigirse cuando se daban casos de violencia (aunque sólo fuera una persona). Por eso es ahí dónde debemos enfocar nuestro propio trabajo, en lugar de intentar construir nuevas relaciones con personas desconocidas que pueden compartir un discurso político, pero que no tienen relación mutua, y mucho menos, confianza mutua. Buscamos construir mediante nuestras relaciones y confianza. A partir de ahí trabajamos en apoyar a esas personas a cultivar un discurso compartido y un marco conceptual para comprender la violencia íntima y sexual por muchas vías, destacando nuestros estudios sobre justicia transformativa.
· La BATJC se centra en las respuestas de la justicia transformativa a los abusos sexuales a menores. Haciendo crecer y profundizando en nuestros grupos de apoyo nos ayuda a construirlos dónde las criaturas están viviendo. Utilizar el concepto de grupos de apoyo es una manera de llegar a las criaturas en su propio entorno, porque una de 5 años no nos va a contactar buscando apoyo, ni se debemos esperar que sea quien lidere un proceso de responsabilidad comunitaria. Cuanto más podamos hacer crecer nuestros grupos de apoyo y tener conversaciones sobre la protección y apoyo de nuestras criaturas y jóvenes que nos rodean, mejor nos prepararemos para responder a los abusos sexuales a menores en nuestras redes personales.
· Las relaciones y la confianza, no siempre el discurso político, siguen siendo dos de los factores más importantes para intervenciones exitosas de justicia transformativa, sea apoyando la autonomía y superación de supervivientes, o los procesos de responsabilización. Aunque compartir conceptos, valores y puntos de vista políticos puede ser muy útil para responder a la violencia, vemos que son más fáciles de construir cuando ya existen previamente relaciones y confianza. Construyendo donde ya existen relaciones y confianza auténtica, en lugar de intentar encajar versiones superficiales de eso, hace que pongamos las condiciones para que no solo se den respuestas positivas a la justicia transformativa, sino para que sea más probable que la gente responda a la violencia.
· Hay muchas personas que no tienen un grupo de apoyo. Esto es algo muy real para muchas comunidades/individuos oprimidos y aislados porque así es como el capitalismo, la opresión y la violencia conforman nuestras vidas. Por ejemplo, muchas personas con diversidad funcional están extremadamente aisladas por la falta de acceso a recursos; muchas mujeres inmigrantes racializadas están aisladas por el idioma o la documentación; Personas adultas, jóvenes y criaturas que están sobreviviendo actualmente a situaciones de abuso como la violencia doméstica pueden haber sido aisladas por quienes les agreden. Esperamos que, comenzando a construir y hacer crecer grupos de apoyo donde ya existen (o podrían existir), podemos ayudar a crear las condiciones que hagan posible apoyar a las personas que no tienen ese grupo de apoyo. Aumentando el número de personas que, en la zona de la Bahía [donde se ha creado la BATJC], sean capaces de reconocer, hablar sobre ello, prevenir y responder a la violencia, esperamos hacer mucho más probable que quienes necesiten apoyo lo encuentren en su vida diaria. También creemos que crear grupos de apoyo nos ayuda a alejarnos gradualmente de las estructuras que mantienen a la gente aislada. De esta forma, construir nuestros grupos de apoyo no sólo es útil en nuestro propio paso y la gente más cercana, sino que tiene el potencial de ayudar a construir una red de grupos de apoyo que pueden apoyar a cualquier persona que experimente violencia.”
(Esta es una traducción libre y extractada del artículo mucho más amplio y que se puede leer completo en inglés en “Pods and pod mapping worksheet”) Traducción de miguel vagalume, noviembre 2018.