En la charla del domingo hablamos de lo necesario que es hablar claramente de muchas cosas en las relaciones abiertas. Temas importantes que en las monógamas no se plantean de manera tan detallada ni explícita. Como tenemos tan pocos referentes y hace falta adaptar unas ideas abstractas a nuestros deseos y expectativas, se hace necesario dedicarle tiempo a encajar los deseos de las personas involucradas, las expectativas de cada cual y, al mismo tiempo, ir resolviendo las situaciones imprevistas que van apareciendo.

Porque a veces se habla como si existiese la Academia de las Relaciones Abiertas en la que se da un certificado de aptitud para tenerlas, una vez que te has “trabajado” tus inseguridades, aclarado tus ideales, modificado tus expectativas, “extirpado” el amor romántico y los celos… En realidad, son procesos simultáneos, tener relaciones, equivocarse, cambiar nuestra manera de entender las cosas, seguir en la relación… No vamos a salirnos de todas las relaciones, “trabajarnos” durante un año y empezar a relacionarnos. No es nada más que fantasía creer que seremos la misma persona hoy que dentro de 5 o 1o años. Cambiamos todos los días.

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El problema que hay a veces con la gestión de los conflictos en las relaciones es que se acaba teniendo la relación todo el día en el taller. Reutilizando una metáfora que usé en la charla, comparando a nuestra relación con un coche*, a veces nos pasamos todo el día el taller arreglando cosas, revisando el aceite, vigilando los niveles de amor romántico, viendo si está desmontada la transmisión de la escalera de relaciones, comprobando que es seguro, que en el maletero llevamos los deseos de todo el mundo… y nos olvidamos de para qué comenzamos esa relación: Para disfrutarla. Se nos olvida que de vez en cuando estaría bien montarnos en el coche, salir del taller e irnos a dar una vuelta.

A veces se usa la palabra “polisaturación” para referirse a que tienes demasiadas relaciones y no tienes tiempo para nada. Yo la usaría también para cuando la relación se acaba quedando eternamente en el taller, cuando las reparaciones ocupan todo el espacio y se ha olvidado lo bonito que es hacerse una escapada con quien decidirte embarcarte en una relación.

*La imagen de coche se puede adaptar a cada relación: A un autobús para mucha gente, a una monovolumen para un grupo pequeño, a una bici tandem, a una moto con sidecar con relaciones jerárquicas, a una moto con dos o tres sitios para sentarse, una limusina, un globo, una avioneta… Sea cual sea el transporte que se elija, será muy útil darse cuenta de que además de tu y yo, siempre hay una tercera cosa: La relación, el resultado de la mezcla tuya y mía. Y cuando hay tres o más personas, hay más coches (o medios de transporte) a tener en cuenta…

Fuente imagen principal: flickr.com/photos/deadheadsean/8543789054/

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