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Queer: Actitud, no identidad.

27 February, 2015 at 11:00/ por

Dándole vueltas a la actitud/identidad queer. He seleccionado unos cuantos párrafos de Patricia Aljama (2008).Constitución de la identidad a través de las acciones políticas que se desarrollan en el movimiento GLT. (La fuente de los textos es esta) Y también un párrafo de la wikipedia. Supongo que ayudará para la semana que viene al hablar del porno trans queer. Aunque desde luego no es imprescindible. En todo caso, a mí sí me vale ;-) Eso sí, destaco cuatro párrafos,

“Podríamos decir que queer no es una categoría identitaria, sino más bien una actitud, (…) una posición crítica y reflexiva contra toda normativización y asimilación de cualquier identidad sexo-género”

“Los queer luchan para que la identidad de género no sea algo estable y normativo sino algo que puede construirse a través de prácticas, por lo que su objetivo se centra en destruir el concepto de identidad para pasar a reconocer la multiplicidad de formas posibles de las que dispone el sujeto para construir su identidad”.

“Para ambas postura el género no es algo dado por la naturaleza, con lo que se nace sino que se configura a través de prácticas que tienen lugar en un contexto determinado, influenciado por el régimen que el sistema normativo nos impone. Así es cómo ambas posturas cuestionan al sistema normativo que produce hombres y mujeres sin brindar la posibilidad a que la identidad pueda ser modificada sino cómo algo rígido, impuesto e inmodificable”.

“Todo lo dicho hasta ahora no significa que no se pueda utilizar ninguna identidad para nombrar las prácticas sexuales sino que se trata de utilizar el mayor número posible para recoger la multiplicidad y la riqueza de las diferentes prácticas sexuales para romper así con los binomios que restringen nuestro libre fluir del deseo”.

https://www.flickr.com/photos/libertinus/9362756365

https://www.flickr.com/photos/libertinus/9362756365

Lo queer, las políticas queer
“El activismo queer surge a finales de los años ochenta en el seno de comunidades como las lesbianas chicanas de California o las lesbianas negras, que se rebelan contra su «extranjería» no sólo de la cultura dominante sino del propio movimiento de gays blancos y de clase media que decía representarlas (Grupo de Trabajo Queer, 2005). Las minorías sexuales excluidas por pobres, por negras, por seropositivas, por plumeras…, siguiendo la estrategia política del autonombramiento para adelantarse a la injuria, se apropian del término y lo utilizan como reivindicación de su ser desviado y dicen somos bollos, maricas, transexuales, osos, transgéneros, intersexuales, sadomasoquistas… somos queer (Grupo de Trabajo Queer, 2005). Por lo tanto, el movimiento queer aparece en los Estados Unidos en el seno de los movimientos de identidad sexual, en los márgenes mismos de la comunidad gay y lesbiana como una contestación a las políticas de identidad integracionistas y legalistas que cada vez más quieren asimilar las reivindicaciones del mundo gay y lésbico con las de la cultura blanca, heterosexual y de clase media, exigiendo derechos como el de matrimonio, el de adopción… Frente a una política basada en una identidad esencial, estable, natural, y étnica (étnica en el sentido en que la identidad de las diferentes comunidades o grupos comparten la misma religión, tradiciones, aficiones, lenguaje…), que compartirían gays y lesbianas y que conformaría una identidad colectiva a partir de la cual se organizaría la resistencia y se exigiría a los poderes dominantes derechos civiles iguales al resto de personas, la práctica queer, que reivindica la multiplicidad y la no rigidez de identidades, es totalmente antiasimilacionista, pues se opone a una lucha cuyo único fin sea la reivindicación de derechos para obtener el estatus de “normalidad”.

Las políticas queer aparecieron en los años noventa, en el seno de las comunidades gay y lesbianas, como un cuestionamiento a los límites integracionistas dentro de un sistema normativo, oponiéndose así a las estructuras culturales y políticas de la heterosexualidad. También impusieron un cuestionamiento de la identidad, debido a que la identidad de gays y lesbianas quedaba excluida del sistema heteronormativo, proclamando una construcción de la identidad mucho más abierta y flexible. Por otro lado, la práctica política queer comparte con el movimiento de liberación gay de los años setenta la creencia en la necesidad de una transformación o liberación social a gran escala, abriendo el espacio a la diversidad de cuerpos y prácticas sexuales. Más tarde, aproximadamente durante la década de los noventa, las políticas queer critican las tendencias que el movimiento gay y lésbico había desarrollado con anterioridad”.

https://www.flickr.com/photos/gaelx/4875821529

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Queer, actitud, no identidad
“Podríamos decir que queer no es una categoría identitaria, sino más bien una actitud, una lógica de actuación, una práctica reconstructiva de sujetos no constituidos y, por lo tanto, sin una identidad identificable, una posición crítica y reflexiva contra toda normativización y asimilación de cualquier identidad sexo-género. Por eso se critica la inexistencia de una sexualidad libre de restricciones, una sexualidad que no tenga porqué ser natural y plena. Esto es debido a que la sexualidad está atravesada por el poder, por un poder heterosexual que nos inculca unas prácticas y nos dice como hemos de comportarnos según cuál sea nuestro sexo. Pero si tomamos la idea de que la identidad es socialmente construida, nos encontramos con una definición de la identidad cómo algo más flexible, como un proceso abierto a constantes transformaciones y redefiniciones, debido a la multiplicidad de espacios por los que se mueven los cuerpos. Se pone en tela de juicio la prohibición de la homosexualidad. Esto es al establecer y prohibir un afuera, al delimitarlo y darle existencia, la heterosexualidad subvierte en este mismo mecanismo sus propias pretensiones de ser natural y necesaria, ya que lo que está prohibido no es imposible y precisamente por eso es necesario prohibirlo. La homosexualidad por lo tanto no es un afuera absoluto de la heterosexualidad, sino un afuera interno a su propio funcionamiento y definición, aquello que señala el límite de la clausura de la heterosexualidad como régimen y como identidad. La homosexualidad es el indicador de una falta, de un vacío en la estructura de la heterosexualidad. El sexo es el núcleo natural que se actualiza en las prácticas de género, entre las que se incluye un deseo y una práctica sexual orientados hacia un objeto del sexo opuesto. Esta naturalización de las identidades de género a través de su anclaje en el sexo será efecto de un dispositivo político de reproducción de la heterosexualidad. El sexo como núcleo natural y el género como su expresión socio-cultural externa son efectos de la sexualidad como régimen normativo.

Todo lo dicho hasta ahora no significa que no se pueda utilizar ninguna identidad para nombrar las prácticas sexuales sino que se trata de utilizar el mayor número posible para recoger la multiplicidad y la riqueza de las diferentes prácticas sexuales para romper así con los binomios que restringen nuestro libre fluir del deseo. Así hablamos, entonces, de un movimiento hiperidentitario que permite visibilizar las identidades marginales, excluidas y es a través de la desesencialización de la identidad como podremos llegar a pensar que no existe ninguna relación entre el sexo biológico y la identidad de género o entre las hormonas y la identidad sexual (Córdoba, Sáez & Vidarte, 2005)”.

https://www.flickr.com/photos/fototastisch/3970000615

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Una actitud, no una identidad, pero en la wikipedia

La autodesignación de la identidad
“Gracias a esa naturaleza efímera, la identidad queer, pese a su insistencia sobre la sexualidad y el género, podría aplicarse a todas las personas que alguna vez se han sentido fuera de lugar ante las restricciones de la heterosexualidad y de los papeles de género. Así, si una mujer se interesa en el deporte o un hombre en las labores domésticas, pueden ser calificados como queers. Por este motivo la mayor parte de los teóricos queer insiste en la autodesignación de la identidad. Junto al género, la identidad compone uno de los temas principales de la teoría, y eso incluye la investigación sobre la prostitución, la pornografía, las zonas oscuras de la sexualidad, etc. El vocablo, cuando se aplica a las prácticas sexuales, ofrece muchas más innovaciones que otros términos, como lesbiana o gay”.

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