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Tener tres parejas es mejor que tener dos

16 January, 2017 at 13:46/ por

“Cada relación es única”. Aunque parezca una frase de Paulo Coelho, es más cierto de lo que parece. Cada persona tiene una historia diferente, unas experiencias diferentes y, sobre todo, cada vez que dos o más personas encajan, lo hacen de una manera diferente a como lo harían otras personas. Cada mezcla es distinta.

Ese es el daño que ha hecho la idea de “la otra”, la idea de las “infidelidades”, la idea de “busca fuera lo que no tiene en casa”, que en realidad es parte de la misma idea del príncipe azul, de la princesa prometida, de la media naranja: En realidad, si me quisieras de verdad, si nuestro amor fuese “perfecto”, no deberías necesitar a nadie más. A nadie, nunca, para nada. Partiendo de esa idea de “si esto fuera perfecto, no deberías necesitar a nadie más”, se deriva otra idea: Si estás con otra persona, es para compensar lo que a mí me falta. No soy una persona perfecta.

 

 

Todo el mal rollo que se puede derivar de esa madeja de ideas es algo muy recomendable cuando se tienen relaciones con un vínculo exclusivo. Así es mucho más fácil poner en cuestión el que se quiera buscar algo más con otras personas. Buscar algo que no tienes en tu relación pone en cuestión la misma relación desde el primer momento en que se desea, no hace falta llevar nada a la práctica.

Pero en las relaciones donde es posible tener vínculos simultáneos (poliamor, anarquía relacional…) esa idea también se nos puede colar por debajo de la puerta, como tantas ideas herededas de la visión novelada del amor. Y nos pueden hacer pensar, incluso creernos, que en realidad estamos con una segunda persona porque “necesitábamos completar lo que nos faltaba” con nuestra primera pareja, cuando en realidad nos está pasando algo lógico: Estamos desarrollando con cada persona diferentes facetas. Cada relación tiene su propio ADN, su propia historia. Las complicidades se basan en anécdotas diferentes, reacciones diferentes, juegos diferentes…

 

 

Como digo, eso cuesta verlo cuando se tienen dos relaciones. Es muy muy fácil creer que una relación compensa lo que la otra no tiene. Pero esa inercia a comparar se rompe cuando se tienen tres parejas: ¿Cómo comparas una con otra?¿Cuál es la que le falta y cuál es la que “la completa”?¿Cuál es la incompleta? Si comparas entre tres personas (se suele comparar más entre personas que relaciones) te puedes dar cuenta que, en realidad, no tienen mucho que ver entre sí, cada historia ha llegado al punto que ha llegado por circunstancias muy diferentes.

Pero lo dicho: Con dos relaciones es MUY fácil creer que una compensa la otra. Sólo hace falta tener presente que, habitualmente, no es verdad.

 

Imagen principal de Flickr

 

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