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Todas esas discriminaciones, abusos y agresiones que se siguen dando

11 May, 2017 at 11:55/ por

 

El día oficial, mundialmente reconocido como día del Orgullo LGTBQ+ es el 28 de junio, por eso la marcha del Orgullo Crítico es ese día y no otro. Algo más importante que nunca este año, que se celebra World Pride, como ya comenté.

Hay otra fecha importante, y de momento poco conocida: El 17 de mayo (el miércoles que viene), que se celebra el día mundial contra la homofobia, transfobia y bifobia (resumido en la complicada palabra lesbotransbihomofobia). Un día para llamar la atención sobre la violencia, discriminación y represión que se ejerce contra las comunidades de lesbianas, transexuales, bisexuales y gays en todo el mundo. Se celebra ese día para conmemorar cuando se eliminó la homosexualidad como trastorno mental de la lista de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud ¿Cuándo cambió eso?¿en el siglo XIX?¿en 1930? ¡No, en 1990! Este día se creó hace relativamente poco (2004) pero en 2013 ya se sumaron 120 países. En 2009 se agregó la transexualidad, y la bisexualidad se añadió en 2015.

Por eso el Orgullo Crítico convoca y sale a la calle ese día. Esta es la convocatoria en su evento de Facebook ¡¡Nos vemos el miércoles que viene!!

 

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Vivimos en un mundo que a menudo parece querer dar por cerradas todas esas luchas de los años 60 y 70, como si ya estuviesen solucionadas todo lo que reclamaban los movimientos pro-derechos civiles, LGTB y feministas. Tampoco es tan extraño si recordamos (como hago a menudo) que vivimos en el tsunami conservador que comenzó con Reagan, Thatcher y Juan Pablo II… y que, desgraciadamente, yo veo que sigue fortaleciéndose cada día. Podría inundar este artículo de gráficos, datos, vídeos, de los miles de organizaciones, colectivos y particulares que siguen luchando por ideales que pueden sonar trasnochados (como le decían a quienes protestaban contra el campo de golf en el centro de Madrid). La realidad es que un tsunami conservador desde los 80 pretende que abandonemos esas luchas.

Eso mismo se pretende con las discriminaciones por ser gay, lesbiana, transexual, crossdresser, bisexual, con que se sigua sospechando “cual es tu problema mental” cuando eres practicante de BDSM, se siguen haciendo miles de cirugías al año para hacer encajar en dos tipos de genitales a golpe de bisturí (sin que el Ministerio de Sanidad acepte decir cuántas son), se arruina la vida de miles de transexuales sin que aparezca en los medios de comunicación, se sigue queriendo encajar a todo el mundo en sólo dos cajas (hombre O mujer)… En el fondo, seguimos en la misma lucha de ser normal o ser algo raro. Toda “diversidad” se admite si le “da color” a la normalidad, si es entretenida, si no amenaza con estar más presente que la “normalidad”.  En medio de eso yo sigo poniendo mi granito de arena para poder ser “bicho raro”, sumándome a esa red mundial de cientos de miles de personas que intentamos hacernos un hueco para salirse de esa supuesta normalidad que “tolera” lo diferente. Para que la diversidad sea real y no un eslogan. Siempre es más fácil hacerlo desde la masculinidad o la blanquitud…

A veces se quiere hacer creer que seguir reclamando alguna de esas luchas a estas alturas no tiene sentido porque todo el mundo tiene ya los mismos derechos. Como si se estuviese reclamando algo que ya se ha conseguido. Como si viviéramos en un siglo XXI donde se han superado todos los problemas del siglo XX. A modo de metáfora del minúsculo cambio real que se ha dado y del mundo colonial en que seguimos viviendo, me resulta muy ilustrativo hablar del cambio climático (al que llamamos problema global). Es muy útil ver que hemos globalizado el problema pero ¿dónde se sigue produciendo el CO2, eso que seguimos produciendo “gracias” a seguir usando carbón, petróleo (oh qué lucha más antigua!) y gas? ¿Ha cambiado tanto el mundo o seguimos siendo el mismo planeta colonial del siglo XIX y XX al que se ha sumado China, el país “campeón” en derechos humanos?

 

 

Qué antiguo suena ya hablar de derechos humanos, de reemplazar el uso de petróleo, de los derechos por ser gay, lesbiana, bisexual o trans (¿pero qué más queréis?), por tener la piel negra (¡pero si Obama ha sido presidente!) o ser mujeres (¡pero si ya somos iguales!). Afortunadamente han traducido la maravillosa e IMPRESCINDIBLE explicación dada por De Grasse en 3 minutos. En ese tiempo consigue explicar por qué esa discriminación sigue siendo brutal, sigue siendo omnipresente, sigue siendo difusa (te cae de todas partes, no solo de un poder fácilmente identificable), sigue siendo continua y sigue haciendo que la realidad sea como es. Explica lo complicado que es ser otra cosa que hombre y blanco… algo que le parecerá poco razonable, exagerado, victimista, criticable… a hombres blancos, claro. Que no quiere decir que no puedas ser hombre blanco y estar en la mierda por otras razones, o como estar en la posición de Obama, o como mujeres con una posición privilegiada. Pero ahí es un jardín en el que creo que es mejor leer e informarse de la mano de quien sabe del tema

 

 

 

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