Acudir a eventos sexuales ¿es un privilegio o un derecho? (1)
8 octubre, 2014 a las 11:00/ por moscacojoneraEn el caso del artículo que traduzco (enlazado el otro dia por diannespoting, gracias!) la autora no tiene ninguna duda «Attending kinky parties is a privilege, not a right» (hace falta cuenta en Fetlife para poder verlo). La autora suele escribir por lo visto, en su blog (habrá que seguirlo…). Dueña y gestora de un local, además de pervertida, poliamorosa, queer, madre, educadora, amante, pareja de alguien, masoquista, amiga…
«He pasado mucho tiempo estos últimos días pensando sobre esto. Es lo que pienso como propietaria y gestora de un local. Es lo que pienso como organizadora de eventos, como mediadora, como educadora y como dungeon master (monitora de mazmorra). Es lo que pienso como miembro de esta comunidad. Es algo sobre lo que pienso una buena cantidad de tiempo pero es algo que la mayoría de la gente olvida.
A algunas se les prohibe el acceso a veces. Puede que se les impida acceder a un evento concreto porque quien lo organiza no quieres que esa persona esté ahí (por la razón que sea). Puede que se les impida acceder a un local porque quien lo tiene/gestiona no quiere que estén allí (por la razón que sea). Puede que se les prohiba el acceso a varios locales o de cada local en la zona porque las personas llevando esos eventos no quieren a esa/s persona/s allí (por la razón que sea).
Hay muy poca gente no autorizada a entrar en el local que gestiono. No es una decisión que tomo a la ligera porque tenemos mazmorras públicas y privadas por una razón. Técnicamente, nuestro club es privado: Tienes que ser miembro para poder entrar. Pero ser miembro significa pagar la cuota de miembro y firmar un documento de exención de responsabilidad civil; no es un proceso muy riguroso. No comprobamos los antecedentes de la persona. No tenemos procesos de veto como hacen en otros sitios. Y esta es la razón: La gente va hacer lo que va a hacer y yo, personalmente, prefiero que hagan esas cosas en un espacio con unas normas de conducta, que tiene reglas y protocolos en marcha para proteger la privacidad de la gente, promover el consenso y respetar la diversidad de nuestra comunidad. Yo, personalmente, preferiría que la gente hiciese lo que hace en espacios con Dungeon Managers (Managers de mazmorra) dungeon masters (monitorxs de mazmorra) con formación y el apoyo de miembros de la comunidad. Cuando se veta a las personas, no dejan de hacer lo que estuviesen haciendo… simplemente las hacen en un lugar diferente. Y ese lugar no es, probablemente, tan seguro como una mazmorra pública o privada.
Dicho eso, cuando alguna persona es vetada en mis eventos es una cuestión de consentimiento: mi consentimiento. Y, igual que el consentimiento en una sesión personal, si la respuesta es «no», no necesita más explicaciones. Si alguien es vetado, no le debo a nadie una explicación de la razón por la que lo hago igual que no le debo a nadie una explicación de por qué no doy mi consentimiento para la penetración anal. Como en una sesión privada, hay niveles de riesgo admisibles cuando gestionas un local y hay algunas cosas que son límites que no se pueden superar. Igual que nadie tiene derecho a tocarme sin mi permiso, nadie tiene el derecho a entrar en mi local sin mi permiso. Del mismo modo que no le debo sexo a alguien porque me invita a una copa, tampoco le debo a nadie un espacio para sesiones si tienen 60 dólares para pagar la cuota de miembro.
Ser un miembro activo de la comunidad kink [de sexo no convencional], ir a fiestas, aparecer y participar en los eventos es un privilegio. Trátalo como tal. Deja de preguntar por qué no se admite a determinada gente. Deja de pedir pruebas. Deja de actuar como si todo el mundo tuviese derecho a acceder a un club BDSM: Nadie lo tiene. La mayoría de los clubs son negocios y, como tales, pueden reservarse el derecho de negar el servicio si alguna persona no está adecuadamente vestida, si perjudica a otras personas, si acosa a empleadxs o clientes, por razones de seguridad, si alguien no puede o no quiere pagar, si una persona se emborracha demasiado o va demasiado «puesta» o si se hace necesario para proteger la privacidad de otras personas en el club. Mientras que el servicio sea negado sobre una bases neutrales, puede ser negado.»
La verdad, no estoy de acuerdo con todo todo todo lo que dice la autora… Yo sí creo que es un buen ejercicio de objetividad tener pruebas —más allá de la prueba que podamos tener desde nuestro punto de vista personal— que no dependan de nuestros amores y odios, pruebas que confirmen que las sospechas o certezas que teníamos las ven igual otras personas. Eso permite vetar a personas por una razón que cualquier pueda comprobar con la seguridad de que no es una cuestión de manía personal. Y aunque lleva su tiempo reunir esas pruebas, son muy útiles una vez que se toma la decisión para saber que estás haciendo lo correcto.
Eso sí, desde el punto de vista de quien organiza… qué complicado es. Sobre todo porque la gente manipuladora, tóxica, nociva, es precisamente eso, manipuladora. Con lo que el tiempo que has dedicado tú a ver qué hay tras esa fachada es un tiempo que mucha gente aún no le ha dedicado, por lo que la primera reacción es creer que te has equivocado. Y no. Las personas que tenemos y tendremos en esa lista están ahí por razones más que justificadas. Algo que ayuda a dormir mucho mejor por la noche.
¿Por la razón que sea? ¿Por que a ella le da la gana? ¿Puede impedirle el acceso a alguien por ser árabe, o negro, o viejo, o transexual? No sé en España, pero en EE.UU. hay legislación al respecto, y esta señora se podría meter en un lío si no se anda con cuidado. Y no importa que le local sea privado. También lo es un bar o un restaurante, ¿no?
Es verdad que en organizaciones BDSM de EE.UU. se está practicando últimamente la discriminación por edad (sólo menores de 35 años) y por sexo (sólo para mujeres). No me acaba de parecer bien, la verdad, aunque se esgrimen algunas buenas razones para hacerlo. Si se hiciera una reunión sólo para hombres seguro que habría protestas, como con esos restaurantes vascos sólo para hombres que solía haber.
No es lo mismo que el consentimiento, ni muchísimo menos. Una cosa es su cuerpo y otra es un local público. ¿Tiene salidas de emergencia? ¿Requiere un permiso municipal? A no ser que sea una casa privada, es un local público en el que no vale «reservado el derecho de admisión» o «whites only». Mucho cuidado, que la discriminación sabe disfrazarse muy bien. Recuerdo cuando vivía en París y no dejan entrar a «les arabs» a las fiestas.
Comparto casi un 100% … y también tu ultima apreciación sobre la gente nociva, pero es precisamente por esa gente nociva por la que TENIENDO razones objetivas, no creo que sea necesario como propietario/manager de un local/evento tener que dar razones .. no es no …
sobre los comentarios de Hermes,… quiero entender que no va por ahí la cosa.
Las condiciones del local son un tema y entiendo que vetar a una persona la entrada a un evento kinky, cuando se hac,e es con razones objetivas y de peso, … y algunas veces no se pueden hacer públicas, y pongo de ejemplo, cuando una de las asistentes se queja de haber sufrido acoso por parte de la persona vetada … no ha lugar a dar explicaciones, ni a la persona vetada, ni mucho menos a terceros que ni les importa, ni tienen por qué saber nada del asunto
Un club Privado es eso, privado. Es un local abierto solo a quienes a mi me de la real gana. Derecho de admision mucho mas estricto que en un local abierto al publico