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Contestando al programa de La Casa de los Mil Cuartos sobre Ética Promiscua

20 febrero, 2014 a las 11:00/ por

El 28 de enero La Casa de los Mil Cuartos dedicó un programa a Ética Promiscua. ¡Cuidado porque la página funciona automáticamente, sin darle a ningun play!. Ante todo muchas gracias por dedicar parte de vuestro programa al libro.

Para quien no conozca el programa es el único que conozco desde hace tiempo dedicado a ser un «espacio ciberfónico de encuentro disidente de temas amorosos, políticos y sociales», según se definen en su página de facebook. Llevan MUCHOS años con el tema del poliamor y relacionados. Y para quien no sepa de la actividad de este tipo en México. es bueno saber que tienen muchísima más actividad que en España, por ejemplo. Muchos programas de televisión donde salen abiertamente personas que muestran que lo practican, y también muchos grupos (también es un país muchísimo más grande, claro). Estas por ejemplo son sus páginas en Facebook.

El podcast sobre Ética Promiscua se puede escuchar/descargar en http://www.radiomenteabierta.com/audio/ludico/lc01-28-2014.mp3. El apartado del programa dedicado al libro comienza en el minuto 25:00 hasta el 47 aproximadamente. 

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Hay unas pocas notas que añadiría a ese programa es todo el tema con el género y traducción del título, que ya he comentado a veces, pero que vi seguían sin estar claros: 

1. La traducción de «ethical slut» por «putón con ética» fue acordada con Dossie y Janet. Os juro que sé abrir un diccionario y buscar la traducción de «slut». Y no, no hay censura de nadie que no quiere que se use «puta» o «zorra». En todo caso está el tema del título en la portada (que no el interior), que sólo se debe al miedo a las distribuidoras, que son lo peor. Preguntad sobre ellas a Brigitte Vasallo, veréis qué opina de ellas también. Yo tengo unas cuantas historias de terror de amistades que sufren también otras distribuidoras.

2. Se eligió «putón» porque:

• Puta alude a la vez a una profesión y a un comportamiento moral. Nadie dice en inglés que trabaja como «slut» para referirse a que trabaja como prostituta, sino que era originalmente un término despectivo. Putón sigue siendo ese equivalente, según el diccionario de la academia: «Mujer de costumbres sexuales muy libres.»

• Porque se quería evitar el malentendido que de todos modos se sigue produciendo en el programa, cuando comentan: «En «español españolizado» se ha traducido por putón, se refieren a puta o un puto. Parece que está dirigido a mujeres. Tiene el sesgo del género. La chica lo entiende dirigido a hombres, mujeres, pero sobre todo para personas curiosas. Se dicen putas, se dicen putos». Mientras que slut no tiene género (aunque se aplicaba originalmente a mujeres y entre gays), el usar cualquier palabra en castellano significa en incluirla en una red de significados que casi siempre van marcados por el género. Da igual que escribamos «puta» para cualquier género, porque de entrada se va a asociar al género femenino. Y mientras que las mujeres están acostumbradas a que se les hable en masculino para referirse a ellas (el llamado «neutro» masculino), no pasa al revés, se dan por excluidos automáticamente. Si a eso añadimos que son dos autoras… 

• Se quería evitar que el libro se asociase únicamente a una liberación —no del todo consensuada— de la sexualidad de la mujer únicamente. Detrás de eso está el miedo a que pasase a convertirse en una especie de «manual», un apoyo teórico para hacer creer que cualquier resistencia a sexualidades y relaciones no convencionales significa que hace falta un trabajo personal de quien debe pasar a ser más «abierta»…sin corresponderse con un trabajo equivalente de cambio de mentalidad por parte de su pareja. Todo esto lo he ido comentando en los posts «Los peligros del poliamor» (primero, segundo, tercero y cuarto) y es una posibilidad de la que YA hay ejemplos reales. 

• Elegir esa palabra, «putón», tiene la intención de que, dentro de un idioma que alude constantemente a una visión binaria del género, valiese como una palabra con un «sonido» más neutro, que valiese para putones más masculinos y para putones académicas, mujeres «de costumbres sexuales muy libres». Donde uno pueda ser muy putón, donde una chica pueda ser un «putón verbenero». Sin que exista «putonas», que es dar una terminación femenina a una palabra que no existe y que no la necesita, que ya es femenina. Putones alude a todos los géneros, no sólo al femenino. Es el mismo error que considerar que «slut» se referiría sólo a mujeres. El salto que se debe hacer aquí es equiparar (falsamente) el recorrido que hizo la palabra «slut» al que se le puede querer asignar a «putón». Es el problema que tiene traducir ideas que no tienen unas palabras para designarlas que no han pasado por el mismo proceso.

• Se usa «putón» porque puta y puto tendrían la pega de volver a ese binarismo (que se ha intentado evitar siempre que ha sido posible, así como el género masculino/femenino). Incluso si se eligiese esa opción no sería posible utilizar «puto/a honesto/a» cada vez que se usa. Y también se querían evitar equis y arrobas (@). Que la ausencia de género y binarismo fuese lo más «invisible» posible, como intentaron Dossie y Janet en su segunda edición, renunciando al intento de la primera edición, alterando géneros de un párrafo a otro.

• Y además es aumentativo de puta, o sea, que vendría a ser «muy puta».

De este tema hablé también en «Y Ethical Slut en español sería…» y en «“Etica Promiscua” (The Ethical Slut): ¿Por qué se ha traducido así el título?«. Pero vamos, hablaré todas las veces que haga falta. Y a lo mejor a estas alturas te has olvidado del podcast…  http://www.radiomenteabierta.com/audio/ludico/lc01-28-2014.mp3

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la imagen de cabecera es una captura de la web de La Casa de los Mil Cuartos, y la segunda salió de aquí.

 

 

 

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