Otra dosis de «The New Topping Book», sobre cuando se está deseando superar los límites marcados previamente en la negociación.

«Mucha gente sentimos que, cuanto más jugamos, más queremos acercarnos a la zona gris que hay entre «suficiente» y «demasiado», entre consentimiento y no consentimiento.  Estos deseos pueden hacerse tan fuertes que sintamos que tenemos ansias de juego realmente no consensuado, que realmente tenemos ganas de secuestrar a una persona desconocida o azotar a alguien o castigar a un niño.

Vamos a asumir que tú, quien está leyendo esto, no estás a punto de hacer ninguna de esas cosas: Si sientes que corres peligro de herir REALMENTE a alguien, por favor, busca ayuda de terapeutas enseguida. Pero cuando te frustras por jugar con alguien que quiere que pares antes de que sea el momento para ti, o que no quieren jugar de la manera que tú quieres hacerlo, es fácil dejar que las fantasías crecer tanto que empiezan a parecerse a la realidad. La buena noticia es que, con paciencia, habilidad, conocimiento mutuo y confianza, y a veces un poco de compromiso, hay maneras normalmente de satisfacer esos deseos sin dañar, hacer enloquecer o perder a tu pareja.

Te sugerimos que pases un tiempo pensando objetivamente, si puedes, sobre las fantasías que llevan tu deseo a forzar los límites. En tu fantasía ¿qué es lo que te excita?¿Cómo puedes decir cuando, por ejemplo, la persona dominada ha ido más allá del límite?¿Está suplicando, llorando, gritando?¿Hay alguna prueba física como sangre, orina, lágrimas?.

Cuando tengas una idea clara de a qué se parece eso que te excita, llega la parte embarazosa: Describírselo a tu pareja. Puedes encotrarte, para tu sorpresa, que la persona a quien dominas ha tenido fantasías similares, y que sólo necesita tu permiso para sumergirse en el estado que habéis estado deseando. (Suplicar clemencia, por ejemplo, es complicado para la mayoría de bottoms, que pueden temer que suplicar tan bien que realmente pares. Sabiendo que vas a continuar a menos que oigas la palabra de seguridad puede ser bastante liberador). O la persona a quien dominas puede estar dispuesta a representar la fantasía de la manera que a ti te excita; puede encontrarse que ese personaje parece muy real y muy excitante una vez que lo ha probado.

A veces nos encontramos con tops y bottoms que quieren hacer sesiones sin palabra de seguridad, razonando que es imposible forzar los límites DE VERDAD cuando la persona dominada puede detener la sesión en el momento que quiera. Una palabra de seguridad es simplemente un código que usamos para comunicar el estado del consentimiento. Las personas dominando que son responsables juegan de manera consensuada: La palabra de seguridad es tu red de seguridad, para dejarte saber que eso es lo que estás haciendo.

En nuestra experiencia, el problema más común es el opuesto: Personas dominadas que de verdad insisten mucho más allá de sus límites y dicen la palabra de seguridad demasiado tarde más que demasiado pronto. Pero recuerda: Las personas dominadas están allí contigo porque quieren explorar sus fantasías y ellas, NO TÚ, son quien mejor puede juzgar dónde están esos límites. La manera más segura y más a largo plazo para expandir los límites es con tiempo, confianza y práctica: Según dos personas juegan juntas y aprender más del tipo de comunicación y limitaciones físicas la una de la otra, tienden a usar las palabras de seguridad cada vez menos frecuentemente. Pero incluso personas que han estado juntas durante años necesitan las palabras de seguridad para señalar las raras pero críticas situaciones en que una persona o la otra tiene una auténtica emergencia física o emocional como una enfermedad, una herida, un enfado imprevisto, una regresión a una edad más temprana y cosas similares.»

La imagen, de aquí http://www.flickr.com/photos/b-tal/80728889/

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