Das Paradies Experiment
13 marzo, 2007 a las 9:00/ por moscacojoneraDe nuevo, algo visto en http://www.girlswholikeporno.com/
«¿Por qué se identifica agresividad, valor, echao palante con masculino?¿Por qué se identifica dulzura, pasividad,.. con lo femenino?¿Y por qué se identifica eso con el sexo?
¿Por qué al nacer un bebé que tenga un clítoris mayor de 9 mm o un pene menor de 2,5 cm, es intervenido quirúrgicamente para ser reasignado?»
Hombre, los etólogos y los antropólogos (yo mimmo)tienen sus opiniones sobre al asunto, y la antropología del género es de lo más divertida. Desde luego es innegable que en los mamíferos los machos son más grandes y presentan un comportamiento más agresivo que las hembras. En la raza blanca los hombres son alrededor del 8% más altos que las mujeres, más robustos y pueden alcanzar mucha más fuerza física. Los humanos heredamos impepinablemente esos rasgos según el sexo, otra cosa es lo que culturalmente hagamos con ellos. Aunque muchos no se lo crean, el género es una construcción social basada por regla general en el sexo, pero no siempre. Por eso aun en personas que presentan un comportamiento de género estándar respecto a su cultura su comportamiento puede parecer extraño para otra cultura. También los comportamientos varían con el tiempo: los generales romanos podían ser muy machotes pero no estaba mal visto llorar y emocionarse en público, y los guerreros medievales podían ser muy beatos, hoy considerado cosa de viejas, y escribir poesías cursis.
Culturalmente en muchas ocasiones la competitividad, la caza, se refleja en comportamientos considerados masculinos, como el ascenso social por uno mismo en el trabajo, mientras que en la mujer se considera más aceptable ascender socialmente por medio del matrimonio, algo considerado reprobable por parte de un hombre, y a lo que se denomina braguetazo.
Una de las hipótesis con la que trabajan algunos antropólogos es que en muchas culturas se asocia todo lo culturalmente elevado a lo masculino, mientras que lo natural se considera femenimo, empezando por la capacidad reproductora (como si el hombre no la tuviera, no te jode). En muchas de esas culturas se considera que el hombre debe dominar y refrenar a la naturaleza, y por ende a la mujer con ella, y ponerla a su servicio, como un recurso natural más.
Como te digo, al antropología de género es la pera. En muchos casos se deben hacer estudios conjuntos por parte de antropólogos de ambos sexos para hacer un estudio conjunto del «universo masculino» y del «universo femenino».
Supongo que te sonará Margaret Mead, y si no ya te estás poniendo.
me suena me suena,… no veas la inestimable ayuda de Maeve, que de estas cosas sabe mucho… ahora con Judith Butler, Beatriz Preciado, Wittig, el libro de Teoría queer que han publicado o la web Hartza