Selección de idioma

El hombre, como rey de la creación

1 enero, 2021 a las 12:55/ por

Hay veces en las que todo lo que me gusta hacer es señalar algo concreto, sin tener mucho que añadir. Este es uno de esos casos. Esta entrevista de Almudena Hernando hace unos años, que se la hicieron cuando publicó La fantasía de la individualidad. En la entrevista hay muchas cosas interesantes, como siempre que se lee a Almudena Hernando. Pero aquí, para empezar el año, prefiero copiar solo un extracto sobre la importancia de la clasificación de todos los seres vivos que hizo Linneo, y que es, junto con otras aportaciones de la época, la base de la taxonomía moderna, y cómo esas ideas tan «de fondo» siguen construyendo muchas de nuestras ideas.

«El caso de Linneo es muy interesante, sí. Linneo era creacionista, creía en Dios y lo que quería era demostrar la enorme sabiduría y magnanimidad de Dios arrojando luz sobre la complejidad del plan divino de creación de las especies; pero hizo un sistema de clasificación en géneros y especies enormemente eficaz y operativo: tanto que los evolucionistas, a partir de Darwin, no tuvieron inconveniente en tomarlo y seguir utilizándolo.  Representa el paso del mito a la ciencia, pero su sistema, siendo tan bueno, contribuyó sin embargo de forma inconsciente a reafirmar el orden patriarcal.

La décima edición de su Systema naturæ, que es la que se considera el punto de partida de la nomenclatura zoológica, es de 1758, y en 1758 uno no podía no ser patriarcal, porque aquélla era una sociedad en la que los hombres detentaban todo el poder. No se trata de criticar a Linneo, porque no tendría ningún sentido, pero no por ello hay que dejar de señalar que su sistema está lastrado por ese sesgo ideológico.

Linneo idea un sistema de clasificación de los seres vivos en los que a unos, los anfibios, los agrupa en base a su sistema de respiración; a otros, los reptiles, en base a su forma de locomoción, etcétera; es decir, a rasgos que comparten por igual los machos y las hembras de esas clases.

Sin embargo, ¿qué hace con el ser humano? Por un lado, pone como nombre de nuestra especie, es decir, como aquello que nos diferencia de otras especies, el del hombre: Homo. Somos el Homo sapiens, el hombre que sabe, el hombre que piensa, el hombre que desarrolla la razón. Estamos en el siglo XVIII, que es el de la Ilustración, cuando se considera que la razón, completamente idealizada, sólo la encarnan los hombres, porque a las mujeres se les prohíbe leer y escribir. Si quieren leer y escribir, sólo pueden hacerlo en los conventos; tienen que apartarse de la sociedad para hacerlo. Las mujeres sólo pueden ser madres y esposas, y para confirmar categorialmente esta función normativa de las mujeres Linneo elige el término mamíferos cuando lo que toca no es distinguir a nuestra especie, sino ponerla en relación con otras. Es decir, elige un rasgo que caracterizaba a los hombres, la razón, para distinguirnos de las demás especies y uno que caracteriza a las mujeres, las mamas, para ponernos en relación con los perros, los gatos, las vacas, los cerdos, etcétera.»

 

Clasificaciones animales en la Historia

Clasificaciones animales en la Historia

 

Fuente de la imagen de Almudena Hernando: Página de arqueólogas en Facebook

No hay comentarios todavía

Dejar una respuesta

Mensaje:

logo_lateral
 

Archivo