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El poliamor y la macedonia de conceptos

4 octubre, 2018 a las 9:30/ por

Como bien detecta ideasdemonopoli en su blog, el poliamor, la monogamia, no monogamias y no demás son un terreno resbaladizo. Es un problema muy común cuando usamos las palabras para que signifiquen lo que nos apetece o lo que nos interesa en lugar de lo que significan realmente. Vamos allá, para poner un poco de orden en medio de esta macedonia de conceptos.

Es una de las cosas aprendidas en el máster: Saber en qué terreno nos estamos moviendo epistemológicamente, en lugar de estar haciendo macedonias de psicología, sociología, activismo, psiquiatría y psicoanálisis, etimología, filosofía, términos médicos… como si se puedieran mezclar entre sí sin acabar en un tremendo lío como el que tenemos encima de la mesa. A ver si esto ayuda a tener las cosas un poco más claras…

 

MONOGAMIA
Se refiere a las uniones, a los matrimonios, a la parte legal, contractual de las relaciones. Por eso, no es buena idea llamar no-monogamia a lo que no son vínculos contractuales. Cuando hablamos de esos contratos, podemos hablar de monogamia, bigamia (más usado como tipo penal), poligamia…

Mezclar aquí lo que hacen los animales sólo contribuye a volver a complicar el lío de conceptos. La falacia naturalista es eso: Falacia. Buscar llegar a conclusiones éticas partiendo de ejemplos donde la ética no tiene nada que ver. Estamos hablando de seres humanos, y es una cuestión mucho más compleja que la «unión» de dos animales. Como dice Félix López, nuestra sexualidad está en el terreno de la libertad, no de la necesidad. Son las formas de organizarnos. Nadie es nada «por naturaleza» porque ningún ser humano nace fuera de una cultura.

Tampoco incluiría aquí el «pensamiento monógamo» del que habla Brigitte Vasallo, que se refiere a un sistema ideológico que va mucho más allá de la forma en que se relacionan los seres humanos y que, no olvidemos, está escrito desde una perspectiva activista. Aquí se puede leer uno de los primeros fragmentos que Brigitte hizo públicos hace un año sobre su nuevo libro «Pensamiento monógamo. Terror poliamoroso».

 

AMOR
Dentro de otro campo, el de las relaciones románticas (que no afectivas, ahí de nuevo estaríamos en otro campo), se pueden pensar las relaciones desde el monoamor o el poliamor, como en el espectro usado por Meg John Barker. Desde la creencia de que sólo se puede/quiere amar a una persona a la vez hasta la creencia de que puede suceder con varias personas o se desea así. El que se hable de «poder» y de «querer» depende de si, quien habla del tema considera que es algo innato o no. Hay quien considera que se nace siendo «monoamor» o «poliamor», mientras que también se puede ver como formas de relacionarse que pueden depender también de los deseos, circunstancias, aprendizaje…

Las teorías románticas se utilizan como forma de explicar las relaciones humanas en muchas ciencias sociales y estudios sobre la conducta humana, pero no es la única explicación posible. El amor es siempre un concepto complicado porque no hay un acuerdo sobre qué es, a pesar de los continuos intentos de intentar verlo en todas sus dimensiones, desde diferentes perspectivas.

 

VÍNCULOS
Desde la psicología se habla de la creación de vínculos, apego, como un fenómeno que se produce entre dos seres humanos.  Y por lo tanto, esos vínculos pueden ser exclusivos o no exclusivos. Pero, si son no exclusivos, se entiende que se hace de una forma consciente, como una decisión (por muy «inevitable» que se quiera creer), como una forma de organizarse.

 

RELACIONES 
En sexología nos fijamos en las relaciones, no en los individuos. Relaciones que parten del acuerdo de no simultanear dos o más, o de permitir que suceda, siendo relaciones exclusivas o no exclusivas. Esas relaciones están basadas en el deseo erótico, (entendido desde la sexología, donde erótico no quiere decir sexual, ni genital, ni nada similar, sino la atracción mutua derivada del anhelo del otro). Esas relaciones, más allá del anhelo mutuo, no determinan nada más. Es decir, no significa que tenga que haber relaciones sexuales o no, ni las ideas románticas son una parte imprescindible. Eso es parte de lo que decía más arriba: Las teorías sobre las relaciones románticas.

 

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©Franklin Veaux. Morethantwo.com

 

EL LÍO DE PALABRAS

En toda esta macedonia, no ayuda nada que quienes hablamos del tema a menudo usemos etiquetas confusas. Pero ese es el problema que se deriva del uso que se acaba popularizando. Y los que se han popularizado son poliamor y no-monogamia. Todo esto mezclado con los orígenes de los términos…

 

POLIAMOR VS ENGAÑO.
Cuando surge por primera vez «polyamorous» (1990) y se deriva poliamor, se hace oponiéndose a la estrategia habitual de engañar a la persona con quien se tiene un acuerdo de exclusividad sexual. Poliamor nace como una alternativa ética a los engaños. Ética. Es decir, incluye una moral asociada, no es sólo una forma de organizarse. Esa era la forma de entender el poliamor en 2005, antes de hacerse popular la anarquía relacional y antes de que cambiara la manera de entenderse el poliamor: Se enfrentaba poliamor y engaño. O se estaba de un lado o del otro ¿no había ninguna posibilidad más? Sí, ser swinger (el mundo liberal, el intercambio de parejas…). Y sólo se pensaba en esos tres grupos.

 

¿POLIAMOR, ANARQUÍA RELACIONAL, SWINGERS… CÓMO LLAMAMOS A ESAS FORMAS DE RELACIONARSE?
LA NO-MONOGAMIA

Aquí está el origen de buena parte de esta macedonia de palabras. Es aquí ¿alrededor de 2010? dónde surge la idea de llamar a todo ese tipo de relaciones «no monogamia consensuada». Es el nombre que más se utiliza como término técnico para referirse a este tipo de relaciones, «consensual non monogamy». Como la forma más conocida es el poliamor, no es raro que se haya identificado poliamor y no-monogamia.

La no-monogamia consensuada así, tendría dos opuestos: Monogamia consensuada (la monogamia tal como está explicada más arriba) y la no-monogamia no consensuada (o dicho de manera más sencilla, el engaño). Y a su vez, lo opuesto del engaño sería una relación honesta. Que no es lo mismo que una relación en la que las relaciones sexuales son exclusivas, cuyo opuesto serían las relaciones sexuales no exclusivas. Es el lío habitual de referirse a las cosas indirectamente, como «relación sin engaños», «cheating», cuando en realidad sólo se refiere a «relaciones sexuales exclusivas».

 

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A eso se suman más herencias equivocadas, palabras que se han ido enredando con otras ideas que  no tienen relación con su significado original, como el «amor libre», que ahora se asocia al movimiento hippie, habiendo tenido su origen en las propuestas libertarias de un «amor libre frente al Estado y la Iglesia», que sólo dependiese de los individuos que se unían, y partiendo de la igualdad de hombre y mujer…

Algo parecido sucedió con las «relaciones abiertas» que según quien lo use, se refieren a un «pacto de silencio» en el que cada cual tiene sexo con otras personas y nada más, sin comentarlo después o lo que se llama «monogamish», parejas heterosexuales que se abren para tener relaciones con otras personas, pero centrándose mucho en la pareja. Un término, el de «matrimonio abierto», que se asoció desde 1971 a relaciones sexuales no exclusivas (y no a otras cosas) a partir del libro del matrimonio O’Neill, que hablaban de una relación en que cada individuo pudiera desarrollarse plenamente. Pero todo el mundo se quedó con el capítulo del «Amor sin celos».  

Teniendo semejante lío de palabras, surgiendo cada una en su momento, entendida por cada cultura de una manera, siempre ayuda saber de qué estamos hablando y no hacer las cosas más complicadas de lo que ya son. A veces te pierdes en lo que te están contando… porque se está perdiendo quien te lo está contando, haciendo esa macedonia de conceptos de la que hablo. Y aunque todas las disciplinas tienen cosas interesantes que aportar, es mejor no mezclarlo todo sin ningún orden o al menos avisar desde qué marco estamos hablando.

Por si no fuera suficiente todo este lío, se suman las diferentes maneras de hablar de estos temas, que se podrían resumir en dos (aunque hay más): Las que parten de que tus valores son superiores al de la persona que te escucha (activismo) puesto que tu propones una sociedad con otros valores, y las que se basan de los valores de quien está escuchando, para que esa persona pueda conseguir lo que desea o necesita de forma más sencilla. Pero de ese tema hablaré otro día.

Espero que todas estas aclaraciones ayuden, sobre todo, a quienes se acercan a la no monogamia poliamor vínculos relaciones no exclusivas por primera vez y pueda ser un granito de arena a la hora de tener claros los conceptos usados en torno a este tipo de relaciones. Si veo que debo añadir algo más, haré una serie dedicada a la macedonia de conceptos :-)

 


 

Fotos de pxhere.com

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