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El proceso de justicia transformativa contra Franklin Veaux (1) #MeTooNoMonogamias

30 mayo, 2019 a las 14:02/ por

Franklin Veaux, el coautor de «Más allá de la pareja» (More Than Two) ha sido denunciado* públicamente por sus exparejas por maltrato*. Más adelante iremos entrando en los detalles concretos del maltrato.  De ese maltrato ya fue avisando disimuladamente la coautora, editora del libro y expareja Eve Rickert en sus redes sociales, y ahora ha salido a la luz, al haberse comentado un proceso de justicia transformativa contra él a partir de la denuncia por parte de varias de sus exparejas. La documentación es mucha, así que iré publicándola por partes.

Se hizo un proceso similar hace poco contra Reid Mihalko, gurú sexual y famoso por «el pulpo de los celos». De su caso ya hablé hace tiempo. Todo su proceso fue público (como se hacen en justicia transformativa) y se ha compartido todo el material en Medium.com.

 

¿QUÉ ES (Y QUÉ NO) LA JUSTICIA TRANSFORMATIVA?

Llevo un tiempo mencionando y traduciendo alguna herramienta de justicia transformativa. Por ejemplo, enlacé aquí la inmensa cantidad de herramientas contra el abuso sexual a menores del Bay Area Transformative Justice Collective (BATJC). Este es el enlace a la web en inglés. De momento sólo he traducido una herramienta.

¿Qué es la justicia transformativa? Muy resumido, una forma de tratar los conflictos (como los casos de abusos sexuales o maltrato, por ejemplo) de forma que se cambien, en la comunidad dónde se originó, las condiciones que hicieron posible que eso se diera. Hay quien lo ve idealista, imposible, etc. Consideran que es mejor el sistema que se usa ahora que es linchar públicamente a alguien ¿En serio?¿Funciona mejor?¿Pasa algo después de las crisis en redes sociales en que todo el mundo juega al campeonato de mostrar más indignación que la persona de al lado? Es como con el terrorismo: tienes que demostrar públicamente que te parece muy mal lo que ha pasado. Como si alguien que maltrata fuera a decir, precisamente en esos escándalos públicos, que está de acuerdo con maltratar «en determinadas circunstancias». Quien maltrata es mala persona, pero no es gilipollas. Hace como todo el mundo: demostrar públicamente que le parece fatal lo que ha pasado. Pero pasada esa tormenta, unas semanas más tarde, no queda casi nada. Y a por el siguiente caso.

Lo que he visto en esos casos, como en el del maltrato denunciado por Amarna Miller, ha sido el –despreciable– comentario que venía a decir, más o menos, «tú te lo has buscado, bonita, siendo parte del porno» ¿Y después de eso? Pues como las noticias en televisión: se pasa la novedad y la gente se olvida. Ayer fue ella y mañana será la que practicaba BDSM, otro día la que no dejó a su novio cuando debía… y así vamos, de «incendio» en «incendio» en las redes sociales, pero sin que cambie nada en el fondo. Excepto con la asociación BDSMK, parece que en el BDSM se considera que el maltrato es un tema del que no hace falta hablar, del que no es necesario tener debates, dar herramientas… Pero el BDSM sólo es el más fácilmente criticable, por las dinámicas que representa. A mí me han ido llegando comentarios de maltrato en parejas BDSM, parejas LGTB, relaciones poliamorosas, incluso con feministas renombradas… No simples comentarios, fruto de la envidia o «guerras de pandillas», sino que cuando lo voy comentando, lo hago una vez que, efectivamente, veo que alguien ha dejado un consistente rastro de «cadáveres relacionales» para no tener ni una duda que lo que digo es cierto. Desgraciadamente, se dan en todos los ambientes, pero es lógico que no hablemos públicamente de ello los colectivos pequeños que, de por sí, ya tenemos un estigma por ser no convencionales en algún sentido y tenemos discriminación suficiente como para sumar un estigma más. Pero se hable más o menos públicamente de ello, es imprescindible que se hable en pequeños colectivos.

El problema de los pequeños colectivos es que, una vez se comienza con un proceso de denuncia CONVENCIONAL, suele dividirse la comunidad entre quienes defienden a una persona, quienes defiende a otra/s y quienes no quieren hablar del tema. Y el problema es que el proceso convencional (penal, legal) es que funciona (como funciona) con millones de personas, pero funciona peor en un grupo de 10, 20, 50 personas. Los problemas en una comunidad pequeña terminan dejando sin comunidad a mucha gente una vez ha surgido el conflicto. Esa es una de las razones de que surja la justicia transformativa, para encontrar una manera de conseguir cambios en comunidades ya de por sí marginalizadas.

La justicia transformativa busca cambiar esas condiciones del colectivo, mediante un trabajo colectivo, como se puede ver más abajo.

Esto pone en la web de la BATJC:

«La justicia transformativa y la responsabilidad comunitaria son respuesta a la violencia las cuales:

◙ No crean más daño/violencia (como las prisiones, policía y sistema legal) y que no perpetúan la violencia sistémica (por ejemplo, opresión, normal sociales opresivas, vigilancia, criminalización).

◙ Funcionan para cubrir necesidades inmediatas de justicia (por ejemplo, seguridad, reconciliación, conexión, responsabilidad); al mismo tiempo, trabaja en la dirección de una liberación a largo plazo (como un mundo sin cárceles ni opresión donde la violencia sexual no exista).

◙ Buscan solucionar sucesos actuales de violencia de una forma que cambie las condiciones que permitieron que se diera esa violencia, de manera que prevenga futuros sucesos de violencia, y finalmente, se termine esa violencia.

◙ Entienden que los actos individuales de violencia no solo tienen un impacto individual, sino también colectivo, y que por lo tanto necesitan ser solucionados de forma colectiva.

Compartiendo una serie de principios, valores y prácticas, personas cómo tú y cómo yo han estado trabajando de forma creativa para responder a la violencia dentro de sus comunidades. Muchas de esas comunidades o personas o bien no pueden o no quieren llamar a la policía por el peligro de deportación, de acoso y brutalidad policial, criminalización adicional, miedo a ser exiliadas de sus propias comunidades…

Muchos de estos grupos entendían las profundas conexiones entre la violencia doméstica, comunitaria y estatal y no contemplaban recurrir a la policía o sistema de prisiones (o violencia estatal) como una estrategia viable para manejar la violencia en sus comunidades. Muchos de estos grupos reconocían que esos sistemas estatales ya violentos en sí continuaban un ciclo de violencia actual e intergenracional y de trauma que se crearon para emplearlas contra sus comunidades, para oprimirlas y controlarlas, no para protegerlas. Este es un punto de partida diferente de la decisión tomada por los movimientos centrados en la violencia doméstica y agresiones sexuales de trabajar directamente con el Estado como estrategia principal para enfrentarse a la violencia.
 
El trabajo de la JT/RC se ha llevado a la práctica como: Grupos de responsabilidad, planes de seguridad que equilibran los recursos comunitarios (como la crianza, acompañar a gente a su casa), grupos de estudio de personas aprendiendo en grupo a usar la JT/RC, creando seguridad comunitaria para la juventud, resiliencia colectiva, reconciliación accesible, prácticas de mediación en conflictos, comunicación no violenta e intervenciones comunitarias a fondo en situaciones violentas.

La JT/RC da la oportunidad de dar respuestas liberadoras a la violencia que activamente promueven la reparación, seguridad, responsabilidad, conexión, transformación y una humanidad y dignidad compartidas. «

Con lo grave que sean los casos en nuestras comunidades, quiero pensar que son más fáciles de resolver que los que se plantean cuando hay abusos sexuales a menores. Quien quiera aún más documentación sobre qué es la justicia transformativa, aquí está otro post anterior sobre el tema, donde se explica en qué consiste.

 

¿QUÉ NO ES LA JUSTICIA TRANSFORMATIVA?

 El malentendido que suele surgir con la JT, tanto por quienes lo ven desde fuera, como quien es objeto de denuncias es la creencia, EQUIVOCADA, de que, una vez pasado el proceso, ya está todo solucionado: volvamos a lo de antes. Y no, ese no es el objetivo de la JT. Lo explica muy bien Andy Eye en Facebook:

«Un error común que veo cometer a la gente que participa en procesos de justicia restaurativa o transformativa es creer que es un proceso transaccional: una vez que han llevado a cabo los actos de compensación requeridos, a esas personas se las redimirá, perdonará y todas las consecuencias que están viviendo desaparecerán. Tu transformación no se lleva a cabo para obtener redención. Si quieres ser una persona menos violenta,  lo quieres por tu propio bien, no por el beneficio de la exculpación que te pudiera otorgar. Imaginarlo así cae en la lógica de «pagar tu deuda a la sociedad». Donde quiera que la justicia restaurativa o transformativa esté siguiendo la misma narrativa del sistema de justicia penal, eso probablemente se debe a que lo estás malinterpretando. No puedes pagar tus indulgancias y que se te perdonen automáticamente tus pecados por una figura de autoridad. Si estás participando en esos procesos de forma sincera, estás tomando la decisión de vivir en el mundo de una manera más consciente, menos violenta, con más amor, no creerse con derechos adquiridos y buscando el apoyo de tu comunidad para aprender a hacerlo y hacerte responsable de ello, sin estar poniendo tus monedas de la Responsabilidad Performativa en la Máquina de la Justicia Transformativa hasta que cae tu Arco de la Heroica Redención y entonces poder volver a ir a todas las fiestas. Eso no es lo que estamos haciendo aquí.

Puede que nunca se te perdone. La persona o personas a quienes hicieste daño puede que nunca quieran volver a hablar contigo. Podría querer seguir todavía mediante otras vías de respuesta contra ti. Podría suceder que no se te invitase nunca más a las fiestas. Tu comunidad puede que no se sienta nunca más segura contigo cerca como lo estaban antes. Esas cosas son consecuencia de tus acciones y tu objetivo es comprenderlas y aceptarlas, e intentar hacerlo mejor, ser mejor, no intentar que desaparezcan».

 


 

*(como tóxico, como maltrato, «abuse» en inglés, no como delito en un juzgado… es un concepto jurídico. Por eso en nuestro país es tan lioso decir públicamente que alguien es un maltratador si no lo ha dicho una sentencia, aunque su conducta así lo demuestre)

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