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El sexo lo contamina todo (y 3):
Otros pornos y otras soluciones.

26 agosto, 2013 a las 11:00/ por

Sigo con la tercera y última página con la traducción del artículo de Jude Roberts que me ha gustado tanto. Muchísimo. Pero mucho. ¿Por qué?. Por lo que dice ella al final de su artículo. Que sucede algo muy importante cuando decidimos que hablaremos de nuestra sexualidad y nuestro deseo: «conlleva la oportunidad de poder hablar de algo más». Que es exactamente lo que hace ella en todo el artículo: Aparece nombrada como «usuaria de porno» y el interés que eso despierta ella lo usa para hablar de todo lo que ha ido hablando y sigue en este post, sea abuso sexual, sea de porno, sea de la situación privilegiada de las personas blancas, de clase media, con educación, sea de profesionales del porno o de la prostitución. Chapó.

Para quien se haya perdido las otras dos partes del post «El sexo lo contamina todo», las enlazo aquí, la primera y la segunda. Vamos con la tercera, sigo con la traducción:

«Además de esto, uno de las ventajas que ha traído internet es abrir el acceso a los medios de producción y distribución de la cultura. Siempre ha sido posible, para individuos y pequeños grupos autogestionados el producir y distribuir su propio trabajo, pero con el acceso a internet tan extendido recientemente se ha hecho mucho más fácil. Youtube se ha vuelto el lugar en que personas que quieren vivir de la música suben sus vídeos o actuaciones, los ebooks han hecho de la autoedición una ruta legítima para desarrollar un público y con eso potencialmente un acuerdo con una editorial. Del mismo modo, el porno amateur ha crecido inmensamente y la cantidad de gente que está subiendo vídeos en que participan en una enormemente amplia gama de prácticas sexuales, ha ampliado las posibilidades de qué podemos ver. 

Reducir todas esas exploraciones del sexo y la sexualidad a «pornografía hardcore extrema» que incluye hombres agresivos abusando sexualemente de mujeres pasivas es duplicar la misma obliteración de los deseos y expectativas de las mujeres (y de otros hombres no cisgénero o no heterosexuales) de los que se acusa al porno tan a menudo. Hacer una auténtica crítica detallada de esas pobres representaciones es vital. Para hacerlo debemos hablar de sexo. La censura no es, y nunca será, una buena respuesta a la pobre representación porque siempre acaba siendo usada por quienes están en el poder para hacer cumplir su punto de vista y prejuicios a quienes no los tienen. Dejando a un lado el escaso éxito de los filtros para internet —el wifi externo de la British Library bloqueó recientemente el acceso a Hamlet debido a su contenido violento— es también un ejemplo de que la censura total de la pornografía no hace distinción basándose en la calidad de la representación. 

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La solución al mal porno no es, citando a Annie Sprinkle, no hacer porno, sino intentar hacer un porno mejor. Eso es lo que están intentando hacer quienes están en la pornografía que no es mainstream. El asunto central y urgente en la pornografía es cómo se produce. Los comentarios ocasionales de quienes han trabajado en porno mainstrema sugiere que la falta de comprensión y respeto del consentimiento que existe a lo largo de nuestra sociedad también domina en las grandes empresas de producción de porno. También es síntoma de nuestra incomodidad respecto al sexo.

Las leyes, la legislación relativa a las condiciones laborales es muy clara sobre los acuerdos contractuales. Para que un jefe te pida que hagas algo debes haber aceptado hacerlo por escrito y previamente, y se debes hacer libre de presiones. No hay razón por las que estas leyes se deban aplicar al plató porno menos que en las oficinas de Tesco. Tratar cualquier forma de trabajo que incluye o tiene que ver con sexo como si no estuviese cubierto por la legislación laboral contribuye a un entorno en que actores y actrices porno pueden sentir presiones para realizar actividades que no aceptaron en el contrato. Esto implica que trabajando como actor o actriz porno renuncias a tu derecho de exigir tu consentimiento, que al aceptar realizar una actividad sexual a cambio de cualquier forma de pago, estás pidiendo lo que te pase. Trabajar en porno es diferente de trabajar en cualquier otro sector por la misma razón que la violación se trata de manera diferente que cualquier otro abuso a la persona, por la misma razón por la que al porno se le exige más que a otras formas de cultura, por la misma razón por la que es valiente admitir que usas porno: Porque nuestra sociedad tiene un miedo absoluto, profundo, patológico a hablar de sexo.

La única manera de hacer que esto cambie es que hablemos de sexo, aprender a estar a gusto hablando de una variedad inmensa de tipos de sexo y prácticas sexuales de las que disfrutan los seres humanos, enseñar a la prole y adolescentes que el sexo algo maravilloso y divertido cuando se busca de manera consensuada, y juzgar representaciones del sexo, sea el que sea el contexto donde lo encontremos, en base a su calidad, en lugar de simplemente por existir. Asi que sí, no tengo problema en admitir que uso porno, pero partiendo de que nadie es sólo una cosa, que todo el mundo tenemos muchas identidades, el reducir a alguien a su actividad sexual es profundamente problemático. Aparte de usuaria de porno soy profesora, hija, una patinadora sobre hielo mediocre pero entusiasta, novia, fan de la fórmula 1, activista y académica, junto con una larga serie de otras cosas. Elegir cual de nuestras identidades es más pertinente enfatizar puede ser difícil: saber qué partes de nuestra identidad son más importantes en un contexto determinado requiere comprender completamente el contexto, algo que rara vez somos capaces de hacer. De todos modos es importante que tener la predisposición a hablar de nuestra sexualidad y deseo a menudo conlleva la oportunidad de poder hablar de algo más. En las circunstancias de la discusión en Newsnight quizá «académica y usuaria de porno» podría haber sido una etiqueta mejor, aunque debo admitir que encuentro «Doctora Usuaria de Porno» bastante atractivo.»

Imágenes: Talk about sexPorn Film Fest 

Fuente artículo: http://femusings.org/pornography-sex-dr-jude-roberts/

2 Comentarios a “El sexo lo contamina todo (y 3):
Otros pornos y otras soluciones.”

  1. lavacamejor dice:

    El porno es obsceno porque reduce a una mínima parte un todo complejo, quedándose, con suerte en una lección de procto-uro-ginecología. Etiquetar a una mujer, académica, tertuliana como porn user es igual de obsceno. Puedo asegurarte que las mujeres bregamos con obscenidades cada día..y bastante caballeros las contemplan tan tranquilos.

    • moscacojonera dice:

      Y lo que dice ella: Que le pongan ese título, cambiando otro anterior, JUSTO en el momento en que dice que ve porno… ya les vale.

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