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El sexo lo contamina todo (1)

21 agosto, 2013 a las 11:00/ por

Esa es la razón por la que tú no pones abiertamente tus gustos sexuales en Facebook. Eso es por qué no le das a «me gusta» a la página de fans de Golfxs, de la Mosca, de Etica Promiscua… Esa es la razón por la que no dices claramente que te gusta el porno. Es la razón por la que en cualquier red social no pones que estás leyendo Ética Promiscua, que no te va la monogamia, que te interesa el BDSM, que el intercambio de parejas te parece tentador, que en realidad eres bisexual, que te lo pasas maravillosamente masturbándote. Incluso son cosas que mucha gente no comenta a sus amistades más cercanas. ¿Por qué?. 

Por el siglo XIX que se volvió loco inventando aparatos para luchar contra la masturbación, que necesitaba que la gente no se dedicase tanto al sexo porque necesitaban que fuera más productiva: Acababa de empezar la revolución industrial, trabajar en fábricas. Y la religión tan presente antes, también estaba encantada de tener un papel protagonista explicando a la gente qué debían hacer con el sexo. A eso sumemos la que ya comenté, presión de la mayoría para que no hagas algo distinto del resto.

En resumen: Con todos esos elementos y la experiencia que voy teniendo con el tiempo, he llegado a la conclusión que es bastante normal no contarlo porque, entre otras cosas, el sexo lo contamina todo. Es una especie de terreno de arenas movedizas que acaba atrapándote y hace que, de repente, cambie la percepción que tienen de ti. De mí se sabe lo del blog, lo de las fiestas, escribo de mi vida privada pero…¿de la faceta del diseño se sabe algo?. Poco, a mucha más gente le resulta más atractivo hablar de tetas que de tipografía o diseño de servicios, por eso un tema acaba comiéndose el otro.

Por eso me sigue pareciendo tan importante seguir promoviendo el movimiento sex-positive, el promover una visión como algo natural (que no normalizado) de las sexualidades y afectos no convencionales, que la sigamos liando igual. Para irle quitando algo de esa caspa que se asocia inmediatamente al sexo. Como si, al descubrirse que te gusta el sexo, significase que te dedicas a la promiscuidad, o el bdsm, o el poliamor, o la perversión que sea 24 horas al día. Si dices que te gusta la filatelia, no te imaginan 12 horas al día encerrado en casa clasificando tus sellos. Pero si dices que te encanta masturbarte, jijíjajá, debes estar todo el día dale que te pego, por eso estabas en twitter a las tantas de la mañana, etc. Como si no pudieses a la vez alguien con muy buen perfil profesional en algo Y AL MISMO TIEMPO fan de alguna conducta sexual no convencional.

«¿Qué van a pensar?». Parece antigua la frase pero esa es la razón. O eres monja o eres puta o eres un macho. Para ser profesional en tu trabajo, para que no peligre tu puesto debes responder a las expectativas habituales: Si eres una chica, ser sexual pero no demasiado. Si eres hombre, ser sexual pero discreto y siempre dentro de «lo normal». Y si parece que te gusta demasiado el sexo por alguna razón de repente desaparece el resto de tu personalidad.

Si se enteran de que te masturbas, lo grabas y se descubre en público, ya pasas a tener sólo esa faceta en tu vida. Y seamos sinceros… siendo hombre con poder es más fácil salir vivo de esto: Mira que era complicado lo de PedroJota, y ahí lo sigue, dando clases de moral a todo el mundo… O Max Mosley, a quien la FIA le pidió seguir en la Fórmula 1, aunque con consecuencias en lo personal

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Todo este tema me ha venido a la cabeza por el caso de la chica con doctorado, la Doctora Jude Roberts que, cuando fue a la BBC, le pusieron como cartelito debajo «Dr. Jude Roberts». Eso sí, fue admitir que veía porno y desapareció ese cartelito y apareció otro: «Jude Roberts, porn user». Ahí está la captura para comprobarlo (fuente). «Aha, pues esa es la Doctora Roberts, ahí hablando de… ¿de qué está hablando?¿¿Que ha visto porno?? ¡¡Esta tía es muy muy guarra!!. Ponle «consumidora de porno«. Porque además no ponen «has viewed porn». No, «user». Tanto le ha tocado los ovarios a Jude Roberts el tema que ha escrito un larguísimo post sobre el tema (podéis seguirla en twitter en @tangendentalism) invitada en femusings.org: «Jude Roberts-porn user».

«Me alegro de que me hayan puesto la etiqueta de «usuaria de porno». Soy usuaria de porno. Aunque las connotaciones de la palabra «usuaria» son un poco innecesarias. Uso porno de la misma manera que uso otras formas de cultura: Para estimularme y entretenerme. Eso es, después de todo, para qué es la cultura. Y no te equivoques, el porno es una forma de cultura como cualquier otra. Como la televisión, películas, libros, videojuegos, teatro y artes, el porno refleja las ideas y se refleja en ellas, en las preocupaciones y actitudes de la cultura en la que se ha producido.

Así que ¿por qué lo tratamos de una manera tan diferente?. Al porno se le exige una altura en la representación de las mujeres como no sucede con otras formas de expresión cultural. Muchas de las representaciones de mujeres en el porno son increíblemente pobres, misóginas y clichés que no defiendo en ningún caso frente a quienes dices que es inaceptable y que debe cambiar. Del mismo modo, la mayoría del porno mainstream es completamente, inaguantablemente racista y eso también es intolerable y debe cambiar. Pero esas críticas, dirigidas tan a menudo contra el porno, se podrían dirigir fácilmente  a otras formas de la cultura. La representación de las mujeres en películas que disfrutan con la tortura, como Hostel y Saw incluyen precisamente la misma cosificación del cuerpo de una mujer sufriendo y terminando con la cosificación de la secuencia estrella de la película con los cuerpos de las mujeres literalmente despedazados.

La diferencia entre estas dos representaciones no es que la mujeres son mostradas de una manera problemática en una y no en la otra, sino que una incluye sexo y la otra no. Como sociedad aún nos resulta muy incómodo pensar y hablar sobre el sexo. Sea la resaca de nuestro pasado religioso o parte consecuencia de priorizar la mente sobre el cuerpo como algo más valioso, nos cuesta aceptar que ser persona, en general, es experimentar deseo sexual. Negándonos a aceptar esta parte de nuestra persona creamos una división, una jerarquía entre cosas que son sexuales y cosas que no lo son. Rechazamos en nuestra sociedad a quienes ponen en práctica su sexualidad de manera explítica. Acusamos a la gente de no fijarse en nada más de su identidad que en la sexualidad cuando hablan de ella. Las personas LGBT, queer e intersexuales todavía se enfrentan a enormes prejuicios no sólo por su sexualidad sino por hablar de ella en público.

Cuando la BBC cambio mi título por el de «usuaria de porno», no estaban haciéndolo por maldad. No intentaban en absoluto despojarme de mi doctorado. Con la presión de la emisión en directo estas cosas pasan y no siento que me menospreciasen porque no usaron mi título de Doctora. No tengo un doctorado en porno (es en ciencia ficción, aunque hago mucha investigación y doy clases sobre género y sexualidad en la cultura popular) y en varios sentidos, mi presencia en el programa tenía más relación con ser una mujer preparada para admitir en directo en televisión tanto haber sido abusada sexualmente como que veía porno. La Dra Clarissa Smith, que es una experta académica sobre el tema fue nombrada como «Clarissa Smith, editora de Porn Studies» y la Dra Julia Longo, una activista feminista radical, como «Escritora, Anti-porno».

De todos modos es poco afortunado que esto sucediese fuese cuando confirmé que, sí, veo porno. Sustituir mi título académico por «ususaria de porno» justo en ese momento, alimenta la idea de que podemos ser o intelectuales o sexuales, pero no ambos. Mientras que esto es un problema concreto al que suelen enfrentarse las académicas —mujeres, simplemente por existir, reducidas a sexo— es también un síntoma de una sociedad que se niega a relacionarse con el sexo, que intenta apartarlo de la vista y que fundamentalmente tiene miedo de él. Desde el programa mucha gente se ha puesto en contacto conmigo para decirme lo valiente que fui por hacerlo. Agradezco su apoyo, pero no debería ser algo valiente hablar de sexo en público. O hablar de abuso sexual.» (mañana sigo traduciendo).

La imagen de ángel y demonio, de aqui 

3 Comentarios a “El sexo lo contamina todo (1)”

  1. Jesús dice:

    Miguel, cuando quieras hablamos de serif versus sans-serif, o el equilibro de un diseño visual :-)

  2. CoaX dice:

    Es que los diseñadores son unos pedantes amargados, mientras que la gente que habla de porno son unos raritos muy simpáticos :-)

  3. Qué gran verdad… El otro día le di al like en Facebook sin pensarlo mucho a dos páginas de poliamor y a los dos minutos alguien me recriminó que expusiera públicamente «lo que de verdad» pienso, palabras textuales. Y me ruboricé. Y me odié por ruborizarme cuando, en realidad, tengo las cosas muy claras. Poco a poco, supongo :).

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