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El sexo y la casta de intocables

1 octubre, 2014 a las 11:00/ por

El sexo lo contamina todo. Un buen ejemplo era Jude Roberts y lo que escribió, extensamente, después de aparecer en la BBC como Doctora Jude Roberts hablando de que consumía porno, que hizo que en unos segundos le quitaran el título de Doctora y le plantaran «porn user» como título profesional. Lo distorsiona todo. En este tiempo en que la lógica Facebook, heredera de Hays, parece que ser la tónica general (un pezón es sexo, aunque sea amamantando a un bebé), tener cualquier contacto con el sexo tiene la capacidad de complicar bastante las cosas.

Mejores ejemplos que los míos seguro que los tienen mis amigas profesionales que seguramente habrán tenido tantos problemas como otras trabajadoras sexuales en EEUU. Como los problemas de Kitty Striker con PayPal y WePay, a quien le enviaron un email avisando que «el procesador de los pagos PayPal ha amenazadp con cortar TODA integración con su web por el «contenido para mayores de 18 años»», así como retrasos en pagos, bloqueo de páginas para eventos tan suaves como espectáculos de burlesque… Casos similares se pueden encontrar muchos por internet. Pero no es sólo cosa de otros países…

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Mi última experiencia de negación de un servicio por el trabajo sexual que hago (entiendo que lo mío también cae dentro del trabajo sexual ¿no? textos, fotos porno, eventos…) lo he tenido con twitter. Ahora twitter ofrece análisis de tus tuits y también la posibilidad de incluir publicidad. Creo. Porque no pude meterme a averiguar más después de que twitter me avisase que, después de haber analizado lo que yo publicaba, no podía optar a ese servicio por el caracter sexual de mis tuits.

Antes de eso había oído de gente conocida que había puesto publicidad de Google en su web y conseguían sólo con eso tener un «sueldo» considerable cada mes. Sólo hace falta hablar un poco más con esas personas para que te avisen de que, no, si tu web trata de sexo explícito, quedas fuera de las webs que pueden incluir publicidad de Ad Words.

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De Facebook ya no hace falta que cuente mucho, es conocida su política de persecución de la más mínima insinuación que pueda recordar lejanamente a una teta, pezón (femenino, claro), culo, coño, polla…

Y no sólo en internet. Y siguiendo con mi propia experiencia, es fácil estar en una cena y que te pregunten a qué te dedicas…y si dices que te dedicas a diseño y también a cualquier otra cosa relacionada con sexo, nadie más te va a preguntar sobre el diseño en toda la cena. La fuerza del tabú.

¿Habéis probado a pedir información para organizar algún evento en espacios gestionados por ayuntamientos, juntas y demás instituciones? En cuanto les explicas que tiene algo que ver con sexo, sabes que te van a negar cualquier propuesta que hagas. Vamos, no es que lo sepas, es que te lo dicen expresamente. (Esa fue una de las razones por las que Sexo Hipster en las instalaciones del Ayuntamiento de Madrid tuvo que camuflarse).

 

No sé cual es la experiencia en Barcelona, Bilbao o en otras ciudades españolas. O en América Latina. Pero sospecho que se debe parecer bastante viendo que el panorama es igual en EEUU…

No es raro que el ambiente sea ese, buena señal de que seguimos viviendo en la visión represiva, prohibitiva, la más anticuada del sexo. Que hemos retrocedido unas cuantas décadas en poco tiempo.  En España, lo cuento a menudo, se ha eliminado POR COMPLETO toda educación sexual en los colegios, como si educarles sobre el sexo o hablar de los condones, ETS, relaciones… fuera a hacer que follasen más. Lo harán igual, pero de peor manera, conviviendo de nuevo con el tabú, la vergüenza… 

Una lástima. Menos mal que mi familia ya lo sabe. Algo que tengo adelantado.

 

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2 Comentarios a “El sexo y la casta de intocables”

  1. ¿Ves? Precisamente por eso hay que tener mucho cuidado en no hacerle coro a los mensajes sexo-negativos que se difunden sin cesar. A veces son mensajes muy sutiles, disfrazados de feminismo, lucha contra el maltrato o advertencias de peligros contra la salud. Pero hay que saber ver el mensaje de miedo que propagan: «El sexo es peligroso.» «Si te metes por ese camino va a pasarte algo malo.» Quizás no seas lo suficientemente viejo para haber conocido la ola de miedo que arrolló a la revolución sexual en los 80s, con la aparición del SIDA. Del miedo se pasa a la búsqueda de la seguridad a ultranza, y de ahí a la represión.

    • moscacojonera dice:

      Precisamente esos tres nos parece que son los que mejor resultan en las actividades que organizamos, y ya van unos cuantos años… Por ahora a la gente que no le gustan esas normas tampoco son personas que nos apetezca especialmente tenerlas en nuestros eventos y actividades.

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