El triunfo del bullying
8 enero, 2025 a las 10:16/ por moscacojoneraEl abuso del poderoso no es algo nuevo, es parte de la historia de la humanidad. Seguimos viviendo bien en el llamado «occidente» gracias a seguir practicándolo con las complicadas estrategias (y aburridas de explicar) con las que se «dio la libertad» a los países colonizados a cambio de que tengan que pagar la deuda creada por nuestros organismos internacionales (BM y FMI) con los productos que queremos encontrar a buen precio en el supermercado. Mientras hacemos eso, nos parece escandaloso que alguien trate de entrar en nuestro casino, donde estamos teniendo esta fiesta donde nos pagamos nuestra sanidad universal, educación pública y otros servicios. Qué rara toda esa gente que quiere escaparse de esos países que siguen siendo exprimidos… mientras en los medios, los telediarios, en todas partes, se cuenta la historia como si toda esa gente que quiere huir, lo hace porque le apetece jugarse la vida. Todos los días desayunamos con las noticias de dos genocidios que estamos pudiendo vivir en directo: Gaza y Sudán, con millones de personas, incluidos bebés, muriendo. Eso pasaba en Alemania hace casi 100 años: ¿estaba todo el mundo de acuerdo con lo que se estaba haciendo con la población judía, gitana, homosexual, trans, discapacitada? No, pero tampoco les quedaban muchas opciones. Los hombres ucranianos no pueden escapar de su país (¿a dónde?¿aquí, para que se les eche?) porque es obligatorio alistarse al ejército y está prohibido salir del país. Como en tantos países en guerra. Pulsemos el botón de OFF y apaguemos ese canal. Sigamos viviendo así de bien. Hemos ganado en la Historia.
EL FASCISMO NO EXISTE (AL MENOS NO COMO LO IMAGINAMOS)
El fascismo como tal, es complicado de explicar. El fascio tiene una tradición que ya no se corresponde con el siglo XXI. El fascio simbolizaba la autoridad. Esas representaciones de autoridad tan simbólicas, tan marciales, como las películas del horror militar nazi, los uniformes, los miles de banderas. Nadie se atrevería a aparecer ante el público con los gestos de Mussolini o Hitler, que ensayaba sus discursos para darles ese aire teatral. Por eso nos resulta tan complicado saber si ya vivimos en el fascismo o no: porque no existe una definición universal de en qué consiste. Y en su lugar solo vemos trajes y corbatas.
Lo que sí existe es la definición de un estado totalitario, que parece que es a lo que vamos yendo… «Total» se refiere a varias cosas. Se refiere a que formula una única forma de ser americano, de ser español, de ser alemán, de ser austríaco, de ser francés, de ser italiano, con una serie de valores que hay que cumplir o respetar. No es únicamente una forma de gobierno sino una autoridad total, que llega a las casas, como sucedió con el nacionalcatolicismo desde 1936 hasta los años 80 en el estado español, cultura que siguen compartiendo muchas abuelas y abuelos criados en esa época y nos explican lo que les parece «normal» y lo que no. Que llega a la intimidad, a cómo debe ser una mujer, un hombre y que no puede haber ninguna duda en medio. Se permiten matrimonios de hombres y mujeres pero mejor si le llama de otra manera y manteniendo la sospecha sobre esa parte de la población haciendo su vida complicada en cualquier profesión que signifique cualquier tipo de autoridad, como profes, por ejemplo.
Esos estados totalitarios dejan bien claro que hay enemigos internos. Y se polariza todo, como estamos viviendo en todo el planeta. O estás de un lado o del otro. Lo hemos vivido antes como lo que se llamó entonces «choque de civilizaciones». En realidad, no hay dos civilizaciones chocando, sino estados totalitarios (Rusia, EEUU, China y un largo etcétera) que buscan hacer desaparecer algo muy concreto: las posturas intermedias, tolerantes, razonables, conciliadoras. Solo quieren que exista blanco o negro, aplastar a cualquier persona, grupo, colectivo, institución que se sitúe en los grises, en la duda, en la pregunta.
Hace décadas, aprendí de un filósofo que no recuerdo una frase que sí recuerdo: El fascismo no son los uniformes, no es la parafernalia, no es lo simbólico. El fascismo es que no exista ninguna línea roja. Que toda decisión solo tiene como objetivo su utilidad. Ningún principio que respetar. Como hemos hecho, desde hace tiempo, con los derechos humanos que, paradójicamente, son fruto de un acuerdo que se había alcanzado para que no se repitieran los horrores de las guerras en Occidente. SI respetar los derechos humanos nos parece complicado… ¿dónde ponemos la línea roja?¿Queda alguna?
Ahora un fascista es indistinguible, porque siempre lleva traje y corbata. Y, como digo, el término fascista tampoco está muy claro a qué se refiere. Pero sí sabemos lo que son los partidos autoritarios que ya son parte de nuestra Europa: Hungría con Orban, Viena, República Checa, Polonia, Italia, Francia, Paises Bajos, españa… Y todos todos todos son graciosos, hacen chistes, sonríen, tienen frases ingeniosas para insultar a sus oponentes, dan titulares a la prensa todo el rato…
La sociedad del entretenimiento. Si se lee el librito de Debord, y se reemplaza «espectáculo» por «entretenimiento», ahí estamos…
EL BULLYING EN REDES SOCIALES
Como en los colegios, el bullying siempre gana. Todo el mundo sabe que, si sufres bullying en un colegio, la solución siempre es que se vaya del colegio la persona acosada. En los peores casos de violencia de género son ellas las que deben cambiar de ciudad, nombre, amistades… Y lo mismo nos ha pasado con las redes sociales. Nos hemos tenido que ir a Bluesky. Como en el franquismo, para alguna gente la red social de Musk es un lugar de extraordinaria placidez… siempre que no te salgas de unos límites muy estrechos. En cuanto tienes un poco de relevancia, aparecen no solo trolls y haters, sino bots que estarán haciendo ruido alrededor de lo que intentes decir, para hacer imposible hablar y que conectemos quienes sí buscamos hacernos bien mutuamente.
El bullying siempre gana, desde siempre, excepto en las pocas ocasiones en las que se cristalizan las redes que construimos una gran mayoría que necesitan de fracturas importantes para juntarnos y presionar hacia un cambio más humano, como se intentó en el 15M, en el No a la guerra…
Mientras tanto, intentamos tener una vida lo mejor posible, en calma, con la gente que nos hacemos bien, en nuestras felices y cálidas burbujas, porque no nos da la vida para estar en todas las luchas necesarias.
Porque no podemos hacer nada con el bullying que ha invadido todas las redes sociales. La imagen me parece que resume muy bien cómo veo la situación. No hay más. Grupos inmensos, autoritarios, crueles y sin líneas rojas, aún sabien que el acoso online ha llevado al suicidio a algunas personas o a que peligre su vida al compartir datos personales. La ley no parece saber cómo moderarlo. Y las redes sociales (Facebook, Instagram y las redes de Meta van a pasar a ser «reguladas» por el mismo público que las usa) se han convertido en los patios de colegio donde grupos MUY grandes de mentalidad autoritaria señalan un objetivo y acosan las cuentas que quieren eliminar. Eso nos llevó a salir de Twitter y quizá acabe pasando lo mismo en Facebook, Instagram y grupos de whatsapp.
Por eso mi empeño, desde hace tiempo, porque desde el primer día empecé escribiendo con haters y trolls, en tener todo lo que publico desde 2006 reunido aquí, en un servidor que no es barato, pero que asegura recuperar fácilmente todo el material si es borrado. Y después utilizo una lista de correo, que no depende de algoritmos, para enviar noticias. Y aparte de los medios propios y de pago, están las redes sociales: estamos en facebook, instagram, antes en twitter, ahora en BlueSky, Telegram… y así iremos utilizando las redes sociales que se pongan de moda para difundir las publicaciones.
De momento no hay contenidos como videos o podcasts, así que no ha habido razones para usar podimo, twitch, tiktok… pero nada está descartado!
Feliz 2025!