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Esos juegos a los que juegas

31 octubre, 2011 a las 10:00/ por

Es mejor que nos rechacen antes que nos ignoren. Que nos llamen zorra, tonto, guarra, imbécil, perro,… resulta mejor que simplemente no existir, no contar, que no tener interés para absolutamente nada.
Es una de esas cosas que a lo mejor puedes sospechar que sucede. O a lo mejor nunca te has parado a pensarlo, porque simplemente no te provoca ningún conflicto. O te lo provoca, pero no has sabido por dónde acercarte al tema.
Yo en mi caso me estoy dedicando a curiosear la psicología transaccional o más correctamente, el análisis transaccional, una forma de psicoterapia. OJO! No lo digo patologizando el querer ser dominadxs como juego sexual. No digo EN ABSOLUTO que sea un problema, que sea algo que hay que analizar, racionalizar o controlar. Sino que por curiosidad estoy «rascando» en el tema, viendo las relaciones que hay entre su manera de analizar las conductas humanas y las relaciones de dominación/sumisión. Que obviamente están muy relacionadas: el mismo análisis transaccional habla de los «juegos de poder».
No es que me esté dedicando a mezclar churras con merinas. Me lo he encontrado recomendado por Peter Masters un autor BDSM australiano como uno de los libros de estudio sobre BDSM, y no enlaza mil libros, sólo unos pocos… (Esta es su web)

«Incluso hay una teoria muy interesante, de un tal señor Eric Berne http://www.ericberne.com/ que para resumirlo monchamente adhiere a que las personas tenemos formada una determinada personalidad y adoptamos un «rol» especificado desde pequeños, y solo nos atraen cierto tipo de relaciones interpersonales (o juegos, el los llama) que alimentan esa personalidad y no otra (como cuando decimos que encontramos a alguien que nos complementa), y por supuesto mucho de esta forma de relacionarse se manifiesta inconscientemente y hasta de manera no-verbal…»

Esto cuenta en la definición de «caricia» en wikipedia:

«Tan importante es la necesidad de caricias, que las personas, a falta de caricias positivas y antes de no tenerlas de ningún tipo, prefieren buscar y recibir caricias negativas. Es decir, que es “mejor” ser rechazado, antes que ignorado. Los juegos psicológicos se juegan buscando, más o menos inconscientemente, dar una persona y recibir la otra, caricias negativas.«

Que no quiere decir que hoy en día, ahora, como adultxs no tengamos otra cosa, y por eso nos contentamos con las negativas, sino que es algo que aprendimos cuando éramos pequeñxs, y que ese comportamiento es el que hemos mantenido al crecer, aunque hayan aparecido otras «caricias» positivas.
Por cierto, caricias son aquí «cualquier tipo de manifestación de una persona, ya sea verbal o no verbal, que implique el darse cuenta de la existencia de otra

Y así define los juegos psicológicos:

«Los juegos psicológicos son series de transacciones (…) que avanzan hacia un desenlace negativo «previsto» de antemano, de manera que aunque en la comunicación hay un nivel social que parece el importante, lo que verdaderamente se cuece está pasando más o menos inconscientemente a un nivel psicológico.
(…) Y el resultado final es siempre insatisfactorio para los dos jugadores, que finalmente se intercambian caricias negativas, aunque a veces el que inicia el juego obtiene un resultado psicológico que en apariencia puede parecerle positivo, pero que en el fondo siempre es negativo.»

Dentro de esos juegos psicológicos hay, por ejemplo, los que clasifica Kertész (fuente en PDF) como los juegos de salvador: “Rescate”, “Mira lo que hago por ti”, “Explícame tus penas”, etc. o los juegos de víctima: “Estoy agobiado”, “Pobre de mí”, “Si no fuera por ti”, etc. No es que se apliquen únicamente a juegos de dominación. Son dinámicas que suceden en todos los terrenos de la vida (como quien se queja en el trabajo, quien se lamenta siempre, quien viene a «salvarte la vida»…). Y cuando pasa de manera no consciente en la vida, en el trabajo, en las relaciones de pareja son dinámicas destructivas. Algo diferente es cuando se hace de manera completamente consciente y consensuada.
Me dedico a ir leyendo sobre el tema, y darle vueltas a mi propia biografía, a cosas que me pasaban de pequeño y a relacionarlo con juegos que ahora sigo dentro del BDSM. Y sí veo relación. Igual también pasa en tu caso, por eso lo he compartido…
Por eso me preguntaba el otro día si se sale del BDSM, por ejemplo (aunque a muchísimas personas les gusta ser dominadxs de maneras más suaves también). No lo digo como «dejar las drogas», «abandonar un vicio», sino que me intriga: Una vez que sabes cuál es el funcionamiento que te lleva a hacer algo ¿sigues haciéndolo igual?. Una vez que sabes qué parte de tu personalidad está pidiendo ese juego ¿no se modifica nada?. Igual sí…
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El libro de Juegos en los que participamos, de Eric Berne se puede leer completo en Scribd.
Y también se puede «encontrar» por internet en pdf :-)

9 Comentarios a “Esos juegos a los que juegas”

  1. Anonymous dice:

    Muchas gracias por este texto. ( uma )

  2. Anonymous dice:

    Muy interesante, muchas gracias por tus aportaciones.

  3. gracias por decirlo :-)
    como siempre digo, me encanta ver que valen para algo :-)

  4. caterina dice:

    Así que respecto a si tocando esos temas algo funciona de manera distinta… creo que si, espero que sí porque sería una buena manera de abordarlo, creo. Que si se pierde el interés en el bdsm si se solucionan? Pues hombre, eso equivale un poco a decir que *solo* se está ahí como consecuencia de un problema, y aunque fuera así, creo que el viaje de salida del sexo convencional es más bien de ida… Pueden dejar de ser TAN «excitantes» las practicas anteriores porque ya no apelan a algo sin resolver, en ese sentido te doy la razón. Pero quizá perder el interés por todos los juegos de dominación, o de dolor, es excesivo…

  5. caterina dice:

    Mierda, se me ha borrado una parrafada larguisima que era la introduccion!!

  6. vaya,…

    bueno, tampoco veo probable eso, q se salga completamente, claro. A no ser q no fuese realmente un interés al principio, o se esté por un problema serio.
    Pero ojo, q no digo q se esté sólo si se tiene un problema, claro… pero q quien lo tiene, a nivel psicológico, lo dicho, supongo q estar «tocando» esa zona del problema hace q cambien cosas.

  7. Dantonmaltes dice:

    Aramos con los bueyes que tenemos. En el BDSM y en todo lo demás.

  8. caterina dice:

    Bueno es que mi introduccion venia a decir, mas o menos, que siempre he creído en el valor terapéutico del bdsm per se porque «redistribuye» las asociaciones que damos a las cosas q nos pasan o q nos han pasado (incluso apetencias que «salen porque si» suelen estar muy arraigadas en la biografia y pueden crear conflicto en algun momento) y, si se hace bien y con cuidado y todo eso, las canaliza hacia una zona de placer donde están mucho mejor.
    Decía tb que de todas formas eso no exime al bdsm de reproducir internamente muchas veces conductas o dinamicas nocivas, autodestructivas, etc, como en la vida misma (por eso he dicho lo de «si se hace bien»).
    Supongo que en mi experiencia y de la gente con la que voy hablando y tal veo que siempre hay cierto bagaje vital -cómo no, con lo culturales que somos!!- pero que algunxs lo han resuelto en su vida vainilla, otrxs por bdsm, otrxs no tienen problema ninguno con ese bagaje y algunxs están(mos) buceando y rascando en cosas todavia a traves del bdsm precisamente.

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