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¿Hay que re-contar el pasado?

11 agosto, 2008 a las 8:06/ por
Uno de esos salones

¿O es simplemente que yo no conozco lo que ya todo el mundo sabe?

Hace poco escuché sobre una mujer que en la Francia ilustrada, año 1700 y pico, tenía reuniones en su casa, los conocidos Salones (eso sí me sonaba), donde iban conocidos artistas, escritores, políticos, reyes, principes, los enciclopedistas… donde seguramente se «guisaba» lo que para nosotros hoy es nuestra base: derechos humanos, libertad, igualdad… Así entiendo mejor lo de la Revolución Francesa… No fue que se les calentó la cabeza un día, era algo que se llevaba preparando mucho tiempo…

Precisamente esos «motores del pensamiento», que nos han dado una herencia hasta hoy, eran llevados por mujeres… Un detalle que no había oído mucho. Ojalá viésemos algo parecido hoy. Esperemos que Saramago se equivoque*…

Los Salones franceses del siglo XVIII constituyen uno de los aspectos característicos de la Ilustración. Son el ámbito del encuentro de las principales figuras de este movimiento no sólo francesas –Montesquieu, Fontanelle, Voltaire, D´Alambert, Diderot, ….-; también los personajes relevantes –Hume, Rousseau, H. Walpole,…..- de la política, la literatura, la filosofía,… que acuden al París del XVIII.

En esta época, la filosofía, se ha desplazado de lugar: el debate, la discusión,… no está ya en las Universidades, depositarias de todo un saber determinado por la tradición y la autoridad, sino que se la puede encontrar en cualquier sitio: en el café, en la calle,… en los Salones. Los filósofos también han cambiado: son gente culta, instruida en la ciencia, en las artes, …. No pretenden crear grandes sistemas, pretender discutir y polemizar, con la razón como instrumento, sobre cualquier ámbito. Y también quieren gozar. El salón, el teatro,…. son los lugares donde podemos encontrarlos.

Geoffrin

Y como digo, la gran mayoría de esos salones estaban dirigidos por mujeres: Madame du Deffand, Julie de Lespinesse, Madame de Staal-Delaunay, Marie-Thérèse Rodet Geoffrin, Anne-Thérèse de Marguenat de Courcelles Lambert.

La personalidad y la posición social y vital de estas mujeres imprimía y marcaba el carácter del mismo: oscilan entre el salón aristocrático de Madame du Deffand (apegada a la aristocracia tradicional y a la corte), el de Madame de Lambert( también aristocrática, pero con una personalidad política y moral capaz de suplir la vanalidad y decadencia de la aristocracia tradicional), del Barón de Holbach (aristocrático pero claramente alineado y comprometido con la nueva época) hasta los Salones dirigidos por mujeres burguesas y en clara sintonía con los ideales filosóficos, morales, políticos,… de la nueva época, de Julie de Lespinesse y de Madame Geoffrin.
(fuente)

Me resulta intesante leer sobre la vida de ellas…

  • Madame du Deffand: «A los 22 años se convierte por matrimonio en marquesa du Deffand, aunque nunca llegó a querer a su marido y lo acabaría abandonando para poder disfrutar de una vida más libre. Famosa por su belleza, su espíritu audaz y su carácter benévolo, pronto se vio rodeada de aduladores y comenzó a llevar una vida disoluta repleta de aventuras amorosas.»
  • Julie de Lespinesse: Y por fin dueña de sí, la huérfana «sin fortuna», «sin nacimiento», da vida a un Salón que durante casi una década es el verdadero corazón de la vida intelectual parisiense. Si al principio lo que atrae a los invitados a la calle de Sain-Dominique es sobre todo la presencia de d´Alambert, muy pronto, sólo los retiene allí la fascinación de la dueña de la casa
  • Madame de Staal-Delaunay: escritora e intelectual francesa, famosa por su salón internacional de reuniones. Escribió Delfina (1802), Corinne o Italia (1807). Esta novela, basada en la brillante carrera artística y literaria de la heroína angloamericana Corinne, se convirtió en la obra más famosa de Madame de Staël y ejerció una enorme influencia en todas las escritoras del momento, estimulando sus aspiraciones y sus deseos de gloria. El eco de esta novela se dejó sentir en toda la novela del siglo XIX.
  • Marie-Thérèse Rodet Geoffrin: Huérfana a los siete años y criada por su abuela, Madame Chemineau, que la educó lo poco que se educaba a las niñas entonces. (…) No fue hasta que tuvo 50 años que se la llegó a conocer como un poder dentro de la sociedad francesa. Había aprendido mucho de Mme de Tencin, y sobre 1748 empezó a reunir a su alrededor de ella un círculo literario y artístico. Organizaba dos cenas a la semana, el lunes para artistas y los miércoles para sus amigos los enciclopedistas y otros hombres de letras. Recibió a muchos extranjeros distinguidos como David Hume o Horace Warlpole.
Declaración de los Derechos Humanos
(aquí se pueden leer, por si interesa)


* “El ciudadano sirve ahora para votar y, cuando lo ha hecho, ¡hasta luego!”. Y pasa los cuatro años siguientes replegado, sin participar en la marcha de las cosas, fuera de juego. Todo se reduce, como mucho, a cambiar un gobierno por otro. “El mundo democrático está dirigido por organismos que no son democráticos”, comentó después, y aludió a distintas organizaciones internacionales. Así que ha llegado la hora de aullar, ésa fue su conclusión.
“Estamos al final de una civilización”, lo que surgió de la Ilustración, la Enciclopedia y la Revolución Francesa está a punto de irse al garete. “
(fuente)

1 Comentario a “¿Hay que re-contar el pasado?”

  1. uy si si si
    completamente
    ah y libertinas, cortesanas,putas de lujo,…. un montón, amigas de los libertinos y aficionadas a leer y a protagonizar grandes debates filosóficos.
    Muy apropiado
    Veo en Sade el primer feminista de «mi concepto de feminismo fetichista», más tarde desarrollado por Deleuze.
    a sus pies

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