Kit Kat Club: beber, bailar y follar.
16 abril, 2007 a las 9:58/ por moscacojonera
Tirando de nuevo de cosas que leo en GWLP, me he puesto a buscar más sobre el club berlinés Kit Kat Club, que Miss Llopis define como «un club de Berlín donde además de a beber y a bailar la gente va a follar, como en cualquier otra fiesta que se precie, vaya, con la diferencia de que aquí está todo pactado, además de haber camas y mobiliario adecuado para ello».
Un gusto saber que hay sitios así, donde puedas beber y bailar, y si apetece, follar. Que el follar sea algo opcional si apetece y que nadie se desmaye si lo haces, pero que tampoco sea lo único a lo que se va.
Aquí lo más parecido que nos han comentado es el Cool, donde parece* que te puedes dejar llevar y no te dicen nada. Quizá sea común a locales gay. Eso mismo pasaba, hace años en las «fiestas de la espuma» que había en el desaparecido Refugio, en los bajos del Teatro Calderón. Nos liábamos bastantes, bisexuales todos o casi.
Eso sí: tanto ahí como en Cool abunda el recutre: el que aún siendo hetero convencido, se mete aprovechando la poca competencia para pillar. Se les suele localizar por la dedicación a la presa que ponen… no pierden el tiempo. Al primer apagón, te lo encuentras abrazando por la espalda a una amiga tuya.
A mi entender, el secreto para que algo así funcione está en algo que Miss Llopis dice: «Me gustó también la sensación de seguridad, un leve gesto de la mano indica que no quiero contacto físico y se respeta».
Algo que aquí no sucede. Eso sí, si lo comentas en un foro swinger todos los tios salen explicando que el respeto es lo primero, que por cuatro babosos no hay que juzgar a todos, que fue mala suerte porque eso no suele pasar… pero si llevas años en esos locales sabes que no se consigue el respeto con un leve gesto.
Es la razón por la que nosotros no follamos en locales swinger sin reservados. Porque cuando estamos allí liados aparece una cabecita, que asoma por la entrada… Bueno, sólo está mirando…
Como ve que no le dices nada, se te pone a un metro. Como ve que tampoco le echas se te sienta al lado. Como no le echas, acerca una mano y acaricia a la chica. Lo del gesto ya ni lo intentas, porque sabes que no vale para nada. Le dice ella que no le interesa. «Ah, perdón, perdón»… y se queda allí mirando… hasta que se le ocurre que quizá probando otra vez… y el tío le pasa a ella un dedo por la espalda. «Te he dicho que no». «Bueno tía, sólo era un dedo..»…
Y se queda allí sin molestar…. hasta que oye que estás más caliente, con lo que él ya lo está y decide probar a acariciar otra vez. Entonces te das cuenta la lógica que usan: tiene que ser el tío el que dice que se esté quieto; si no, entienden que ella en el fondo dice que no, pero es que sí. Que miedo las que se crucen en su camino…
Y no nos ha pasado una ni dos veces.
Curiosamente, el entorno donde eso no pasa, por estar todo más reglamentado y ser una comunidad más interrelacionada, es en las fiestas BDSM o fetichistas. Porque pegan o se dejan pegar, humillan o se dejan humillar pero todo de mutuo acuerdo. Y si no quieres hacer nada, nadie te da la lata. Porque somos pocos y nos conocemos todos. El que se pasa hoy o no sigue las reglas de seguridad sabe que mañana tiene vetada la entrada en las fiestas. Ya hay algún caso.
Eso sí, a veces se cuela algún imbécil. Que se lo cuenten a Maeve y María, el jueves pasado… La misma lógica. Mientras yo no hablé, el tio venga dale que te pego.
Y qué fuerte el segundo, al que dejamos acercarse y preguntar: en 3 preguntas le estaba haciendo a Maeve un interrogatorio de una manera muy muy poco agradable. Nada que ver con el estilo directo pero educado anglosajón (que lo primero que preguntan es «¿a tí que te gusta?») sino que hace sentir incómoda a la gente. Eso sí, ya le tenemos localizado.
Cuánta práctica hace falta aquí.
*Amigos swinger han estado allí y no les han dicho nada cuando se han puesto a hacer algo más… aunque no sé concretamente qué era el algo más… ¿y si lo contáis?…
Mosca, sí se piran cuando les digo yo algo, sólo que tardan más. Es que respetan más a otros tíos y a su «propiedad» que a lo que las tías tengan que decir sobre sus propios deseos. Pero si te pones borde y no cedes ni media se dan cuenta y se piran. Pero si no te cierras en banda, entonces están dale que te pego. Y lo desagradable es tener que ponerse desagradable, que ellos no se sienten violentos y nosotras sí. La misma vieja historia de siempre. En estos locales como fuera, como con algunos de grupos de colegas, donde es casi más violento todavía, porque encima el resto se ponen de su lado. (Por eso las limpiezas vienen que ni pintadas).
A eso me refería precisamente,… sí hacen caso, pero hay que ponerse bordes, con lo que acaba siendo un coñazo tomar copas en ese ambiente y por eso creo que es más cómodo el entorno BDSM o con una vigilancia muy estrecha de los RRPP del local, cosa que a día de hoy sólo me suena que pase en Momentos…
Por cierto, el Kit Kat Club era el de Cabaret, no? O hace referencia a alguna otra obra?