En Madrid se ha traicionado la memoria de la lucha LGTB de nuestro país. La prensa y redes sociales lo han reciclado y vendido como la enésima «polémica» y en eso lo dejan, en «posturas encontradas», en opiniones diferentes. Cada cual se lo tomará como le dé la gana, obviamente. Yo lo recordaré como La Mayor Traición. No porque haya sido la mayor, sino parafraseando el lema del Orgullo de este año: Nuestro Mayor Orgullo. Quien lea esto pasados los años, pensará que «Nuestro Mayor Orgullo» quería decir que «el Orgullo que organizamos en Madrid es de lo que sentimos más orgullo». Que Madrid es una «ciudad abierta, moderna, cosmopolita» bla bla bla. El discurso vacío de siempre para barnizar el odio de siempre. Lo que se hizo durante 40 años con campos de concentración y con electroshocks forzosos.

En realidad, «Nuestro Mayor Orgullo» era el lema elegido para homenajear a “Quienes guardan recuerdo de la represión”, “Quienes se mantuvieron firmes”, “Quienes levantaron nuestros derechos”, “Quienes estaban cuando no estábamos” y “Quienes de verdad saben lo que nos jugamos”. Las tres derechas, dentro de su conjunto de ideas (que como se hizo siempre en el fascismo, se suelta para negarla después, como recordaba hoy en la radio Rafael Canogar) han hecho lo de siempre y negar esa Historia, esa memoria. Como recordaba Ideas de Monopoli ayer, hacen lo mismo de siempre (la ley del matrimonio igualitario se recurrió ante los tribunales mucho antes de que la extrema derecha en instituciones públicas…).

La gente más mayor vivió décadas terribles, décadas a las que dedicaré un post monográfico, donde recoja todo lo que ha salido esta semana en un apresurado homenaje, contando cómo se detenía a los gays por la calle por llevar un pantalón blanco. Cómo se les llevaba a una clínica donde se les aplicaba electroshock sin que nadie diera su consentimiento. Unas décadas en que era delito ser gay, trans, travesti (a las lesbianas la ley ni las nombraba, invisibilizadas totalmente) y tanto serlo como no denunciar a tus amistades si sabían que eran gays. La terrible historia que cuenta Federico, de Fundación 26D, pasando por el seminario, casándose, buscando su camino para entenderse… Una historia terrible, un sufrimiento ignorado que necesita un post aparte.

Esa ha sido la traición. La falta de reconocimiento, como todo lo que tenga que ver con echar la mirada atrás y reconocer el papel en la Historia de quienes estaban en los márgenes entonces, de quienes siguen quedándose en los márgenes ahora. Este es el relato completo de la campaña censurada.

LA DICHOSA INCLUSIÓN

Tengo el temor de que haya quien vea la dedicatoria de un Orgullo a la población LGTBI más mayor como esa misa que le dedicas a tu abuela, como esos pasteles que le compras cuando vuelves de viaje, ese recuerdo de Benidorm, ese lugar de honor en la mesa en las fiestas navideñas… para pasar a no decidir mucho en el día a día durante el resto del año. Un gesto paternalista en lugar de surgir desde la admiración.

La gente mayor no viene de Marte. No es una especie aparte. Eres tú. Como digo últimamente, la realidad es mucho más diversa que las ideas: ahora nos damos cuenta de que nos habíamos olvidado de la gente más mayor en los colectivos LGTBI, pero la gente más mayor SIEMPRE ha estado ahí, va a estar ahí y vas a ser parte de ella.

La idea de la inclusión, como dije en su momento, me parece ese «bonito gesto», semejante a la tolerancia de hace años, en que decides «incluir» lo que es diferente, la diversidad… como si la diversidad fuera «otra cosa», como si no fueras tú. Sin que signifique desmontar colectivos e identidades políticas, LA REALIDAD ES DIVERSA. La diversidad ES UN HECHO. Existe todo el rato, no es algo que existe cuando le das permiso y desaparece cuando la ignoras. Cuando incluyes la diversidad, de nuevo, estamos haciendo la diferenciación entre «lo normal» (sin nombrarlo, así es como se construye la «normalidad») y «lo diverso».

La realidad es más diversa de lo que crees. No te empeñes en que la realidad encaje en tus ideas, sino que aprende sobre sexualidad (de la que no te han dado ninguna educación y sólo repites estereotipos) y date cuenta de que son tus ideas las que tienen que adaptarse a una realidad que siempre ha estado ahí.

EL ORGULLO FOTOGÉNICO

Ese olvido de la gente mayor no es algo que nos haya pasado en Madrid como consecuencia de las tres derechas: es algo que hacemos todo el tiempo. El ejemplo más sangrante me parece lo que hacemos CONSTANTEMENTE con las reinas del Stonewall: compartimos en todas partes la glamurosa y reivindicativa imagen Sylvia Rivera y Marsha P Johnson en calle, que en un ejercicio de «turismo identitario», nos gusta vernos como racializadas, putas, rebeldes, activistas. Como en un instagram colectivo, nos hacemos un selfie con ellas como representantes y tiramos los selfies donde no salimos tan bien… Nos gustamos tanto tan irreverentes, tan congeladas en la Historia, tan…. muertas.

Y así, de nuevo, nos olvidamos de nuestras mayores Stormé DeLarverie, que murió en 2014, o de Miss Major Griffin, QUE SIGUE VIVA. Pero que igual no nos gustan tanto para la foto, porque son mayores, porque nos devuelven una imagen que no es la que queremos ver. Así está Major Griffin ahora. Escucha lo que tiene que decir en 2019. Es un video en Facebook y espero que alguien lo descargue y lo guarde. NO OS HACÉIS UNA IDEA DE LO IMPORTANTE DE SU MENSAJE HOY DÍA. (Si alguien lo transcribe y traduce, lo publicaré aquí, a mí no me da la vida) Como dice ella, en resumen, las personas trans NO TIENEN QUE SER MÁS VISIBLES. Que sobre todo las personas trans y racializadas las que corren más peligro que nadie de ser asesinadas, que son de hecho las más asesinadas. Tienen que ser las personas en sus vidas, a su alrededor, quienes TENEMOS que dejar que apoyar disimuladamente y visibilizar que QUEREMOS A LAS PERSONAS TRANS, QUE APOYAMOS A LAS PERSONAS TRANS. QUE ESTAMOS A GUSTO CON ELLAS. QUE LAS QUEREMOS EN NUESTRAS VIDAS. Eso es lo que ellas quieren. Hoy. 2019. 

¿Qué papel jugaron en Stonewall? La lesbiana butch Stormé suele considerarse la primera a la que se llevó la policía y la que le dijo a la gente mientras se la llevaban «¿Pero qué hacéis mirando?». Si quieres saber la historia de las cuatro, traduje lo que encontré de ellas y lo publiqué en cuatro posts enlazados al comienzo de este.

Esta tarde, a las 19.00, en Madrid, desde la plaza de Jacinto Benavente, el Orgullo Crítico sigue manteniendo la memoria de esas luchas en el día que se celebran la lucha de Stonewall ¿Defendemos el presente de las personas más mayores, todos nuestros futuros… o una historia pasada y dulcificada?

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