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La sexóloga santa y doctora de la iglesia, Santa Hildegarda (Bruno Martínez)

26 octubre, 2017 a las 14:00/ por

 

Si algo tiene la genialidad y la fecundidad creativa e intelectual en muchos campos del saber es que, precisamente, desde muchos campos se puede reclamar a esa persona como parte de su retrablo de personalidades destacadas. Eso sucede con la genialidad de Hildegarda. Habiendo abarcado tantas disciplinas, se le considera parte del santoral queer, protofeminista, y la primera en plantear cuestiones en su momento impensables: «Fue la primera en atreverse a asegurar que el placer era cosa de dos y que la mujer también lo sentía», la primera en describir un orgasmo y la primera en hacer una ilustración de un coño tan fantástica como la que se puede ver más abajo, clítoris incluido. No olvidemos que estamos hablando del siglo XII… 

Hildegard es la primera que vamos a incluir en una serie de posts sobre personajes de la Historia de la sexología escritos por Bruno, uno de los profes de la Escuela :-)

 

hildegard coño

 

 

Pues la humanidad es el trabajo completo de Dios … El hombre y la mujer están de esta manera tan involucrados entre sí que uno de ellos es el trabajo del otro. Sin mujer, el hombre no podría llamarse hombre; sin hombre, la mujer no podría llamarse mujer.

Hildegard Von Bingen, Liber Divinorum Operum.

 

Hildegard Von Bingen ( Bermersheim vor der Höhe, Alemania, 16 de septiembre de 1108-Bingen, Alemania, 17 de septiembre de 1179) es uno de los más claros ejemplos de cómo la historia de las mujeres ha sido reiteradamente ocultada por la Historia oficial, esa que se escribe con mayúscula y durante tantos años ha sido narrada exclusivamente por hombres. Por ello, resulta relativamente desconocida fuera del ámbito germánico cuando, en realidad, se trata de uno de los personajes más interesantes de la Baja Edad Media europea.

Atendiendo solamente a su entrada en wikipedia nos encontramos con una larga lista de ocupaciones tales como  abadesa, líder monacal, mística, profetisa, médica, compositora o escritora, además de ostentar títulos como profetisa teutónica o Sibila del Rin, o haber sido capaz de crear la Lengua Ignota, primera lengua artificial de la que tenemos constancia y cuya invención la llevó a convertirse en Patrona de los esperantistas tras su canonización.

Sin embargo la faceta que nos interesa es quizás la menos conocida de su prolífica carrera como reformadora social, y es la de sexologa o protosexologa. Sin entrar en disquisiciones teóricas sobre cuándo podemos comenzar a denominar a pensadores concretos como sexologos lo que si esta claro es que Hildegard es, probablemente, la única Santa del gremio sexológico y un ejemplo radical de lo que significa estar adelantada a su tiempò.

Nacida en el seno de una familia de la baja nobleza alemana, fue puesta al servicio de la Iglesia desde muy joven, siendo confiada a las enseñanzas y cuidados de Judith de Spanheim, quien se encargaría de enseñar a la niña todo lo necesario para llevar una vida religiosa. A los catorce años junto a su mentora y otras mujeres, probablemente niñas, se traslada al monasterio benedictino de Disibodenberg donde termina realizando sus votos y ayudando a fundar un monasterio femenino anexo al ya existente masculino.

 

 

Hildegard_of_bingen_and_nuns

En 1136 tras la muerte de Judith es elegida abadesa de dicha institución. A partir de este momento, ella misma llegaría a afirmar que su vida empezó a los 42 años, comienza una prolífica carrera como escritora, que incluiría desde obras mistico-teológicas, inspiradas por las visiones que sufría desde los tres años, a obras de caracter médico, también como reformadora social y eclesial llegaría a realizar hasta cuatro viajes de predicación a lo largo de Alemania; como compositora musical, y como gestora de instituciones religiosas, fundando el monasterio de Rupertsberg en torno al año 1150.

Su obra teológica nos muestra una clara sensibilidad panenteista, probablemente alimentada por su corpus visionario, que le lleva a ver a Dios de una forma a la vez trascendente e inmanente, para Hildegard la deidad no se haya en todos los seres humanos, sino que se encuentra en todos los seres y objetos del mundo natural. Esto le lleva no solo a reconocer que dado que Dios se encuentra en todas las cosas nada puede ser malo per se, sino también a desarrollar el concepto de Viriditas, relacionado con la capacidad sanadora de las plantas y su investigación.

Como sexologa Hildegard Von Bingen estudió la fisonomía de los genitales masculinos y femeninos, teorizó sobre el origen y los cambios de la sexualidad masculina, y nos legó la que probablemente sea la primera descripción del orgasmo femenino de la literatura médica:

 

Cuando la mujer se une al varón, el calor del cerebro de ésta, que tiene en sí el placer, le hace saborear a aquél el placer en la unión y eyacular su semen. Y cuando el semen ha caído en su lugar este fortísimo calor del cerebro lo atrae y lo retiene consigo, e inmediatamente se contrae la riñonada de la mujer, y se cierran todos los miembros que durante la menstruación están listos para abrirse, del mismo modo que un hombre fuerte sostiene una cosa dentro de la mano.

Hildegard Von Bingen, Causae et Curae.

 

Además de todos sus trabajos de orden médico, Hildegard Von Bingen nos dejó un ejemplo, el de una mujer en un mundo brutalmente patriarcal capaz no solo de tener valor para describir médicamente el placer femenino y reivindicarlo, afirmando que el goce del encuentro es cosa de ambos participantes. A través de toda su obra se atrevió a expresar de forma clara y radical que Mujer y Hombre fueron creados a imagen de Dios y que ambos necesitan del otro no ya para meramente existir, sino para hacerlo como seres sexuados.

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