Lo complicado de las rupturas en las relaciones no monógamas (resumen de la charla/debate/tertulia del domingo 18)
20 marzo, 2018 a las 9:43/ por moscacojonera
A veces se puede caer en la tentación de querer simplificar las nuevas formas de relacionarse, y se puede querer creer que la manera de enfrentarse a las rupturas en las relaciones abiertas es la misma que en las exclusivas/cerradas/monógamas. Y no, no es así. Para empezar, si tienes dos o más parejas, se tiende a trivializar el hecho de perder una de ellas, como si unas relaciones fueran repuesto de las otras. Verlo así es tan equivocado como decirle a alguien que no se preocupe por haber perdido a su criatura porque tiene más. Cada ruptura duele igual que las que hay en relaciones cerradas. Pero por el hecho de tener varias, se ven como rupturas menos dolorosas (cuando lo son igual que el resto).
También influye el patrón pareja vs amantes (el patrón que hace ver las relaciones, a quienes las viven o a quienes las observan, como una relación principal acompañada de relaciones «menores») para valorar si la ruptura es más o menos importante. Quien se relaciona así o quien ve las relaciones así, considerará una ruptura más o menos grave, dependiendo de si es la relación principal o si es una de las relaciones «satélite».
Otra de las diferencias es que, según la ciudad en que se vive, según la situación personal, según la profesión y mil circunstancias, nos podemos encontrar en el armario respecto a nuestras dos (o más relaciones). Y si no podemos compartir el dolor de esa ruptura con nuestra otra pareja (porque prefiere que no se lo contemos o porque preferimos no cargarle con eso), y nadie en nuestro entorno lo sabe, nos podemos encontrar con la complicada situación de tener que llevar a solas ese duelo.
Por supuesto se trasladan a las relaciones abiertas lo mismo que se hace en otras relaciones. Depende de cómo sueles manejar tus rupturas en general, de la manera de cada cual de hacerlo. Hay quien necesita un duelo largo hasta superarlo, hay quien lo supera recurriendo rápidamente a sus amistades, hay quien necesita un tiempo de aislamiento para superarlo…
¿Más diferencias en las rupturas que se dan en las relaciones abiertas? Imaginemos esta relación: A tiene dos relaciones simultáneas, con 1 y con 2, o para que se vea más claro: (1) (2). Imaginemos que (1) rompe con (A). Lo más probable es que (2) cuide de (A), que seguramente se sentirá mal por esa ruptura. El problema está ¿a quién puede acuidar (2)?¿Quién le puede cuidar? Porque su pareja está hecha un asquete con el duelo de su propia ruptura…
Los delicados equilibrios entre metamores
Para quien no conozca el término, metamor es el término acuñado en el entorno poliamoro para referirse a la otra pareja de tu pareja. Compliquemos la ecuación. Si tú eres A, y tienes dos relaciones (que a su vez tienen otras relaciones), podríamos dibujarlo como:
En esa relación los metamores de A son Alex y Yael son Gael, Paris y Zuri.
El metamor de Yael es Alex (y viceversa).
Paris es metamor de Gael y A.
Gael es metamor de París y A.
Zuri es metamor de A
¿Entendido? Pues sigamos.
(Corregido: Podía parecer lioso… porque estaba mal explicado XD sorry! Cosas de escribir el post por la noche… Gracias a Xudit Casas dos veces! por avisar :-)
No hay normas sobre si deben cuidarse entre metamores o no. Pueden tener una buena relación, pueden tener una relación pésima o pueden no conocerse. Lo que suceda después de una ruptura será continuación de lo que pasaba antes, de las dinámicas que tenían antes. Si Alex y Yael no se hablaban entre sí, probablemente no lo hagan una vez se rompa la relación de A con Alex o Yael. Si Alex y Yael tenían una buena amistad, probablemente seguirán teniendo cierta amistad una vez hayan dejado de ser metamores.
Imagina que eres A. Que tienes una relación simultánea con Alex y Yael. Si Zuri rompe con Yael, puede que cambie el equilibrio en las relaciones de A, ya que Yael dispondrá de más tiempo para estar con A. Aún así, ese cambio de equilibro no es automático, ya que no todo el mundo utiliza todo el tiempo disponible para estar con su pareja. Pero en la charla del domingo una chica comentaba eso: Nuestra relación está ahora en un momento de equilibrio y, si rompe con su otra pareja ¿podré estar disponible todo el tiempo libre que va a tener? Aparte del «momento madre» que comentaba, los sentimientos que se pueden tener hacia la persona con la que se ha roto, como las madres que se empeñan en seguir relacionándose con tu ex «No sé por qué lo dejásteis, con lo bien que me cae».
Transiciones
También nos podemos encontrar que en lugar de una ruptura debemos enfrentarnos a una transición de un tipo de relación a otra. Hubo acuerdo de que es muy complicada la transición «descendente» de una relación romántica a una de amistad. Ahí vemos que tenemos un campo donde pensar, donde encontrar maneras de «desmontar» de la misma manera que hemos ido construyendo con esa persona. Pero el resumen fue: No es fácil.
Una de las razones de que no sea fácil es que tenemos una cultura de las separaciones, unos rituales sociales, unas costumbres cuando hay una ruptura y es lógico tender a repetirlas. Y es que en las separaciones tenemos esta tendencia al blanco o negro, a cero o cien, a que se corte de raíz todo contacto con las relaciones rotas….
… siendo algo lógico porque esa misma cultura de las separaciones nos dice lo complicado que es plantear en una relación que aún tenemos duelos abiertos. Que aún estamos superando una ruptura. Que aún no se ha cerrado «la temporada» con la relación anterior… Eso hace que surjan los miedos de nuestra/s relación/es actual/es porque no saben si a «esa temporada anterior le quedan capítulos pendientes» todavía. La confianza que se tenga, cuando aún hay una historia anterior, dependerá de la confianza que se haya llegado a desarrollar en la relación. Si se está en los primeros meses, es lógico que esa confianza aún no se haya consolidado, no sea tanta como lo será más adelante.
Be polywater, my friend
Algo que se señaló también es la tendencia que tenemos todo el mundo en los ambientes de relaciones no exclusivas a la flexibilidad. A mucha flexibilidad. A veces demasiada flexibilidad. «Be water, my friend». A adaptarse a todo lo que suceda… y no tiene por qué ser así necesariamente. El conocido síndrome de la PPP, la Persona Poliamorosa Perfecta: Querer estar cuidando de todo el mundo y olvidarse de que, si no te cuidas tú, malamente vas a cuidar de alguien. Como te aconsejan en los aviones: Si hay descompresión en el avión, primero ponte TÚ la máscara de oxígeno y luego pónsela a tu peque o la persona que tienes al lado. No cuidarse es malo para ti y para las personas que pensabas cuidar.
Esa flexibilidad lleva a asumir responsabilidades que a veces no son nuestras… y sí, hay veces que hay quien se aprovecha, que les resulta más cómodo que tú estés asumiendo lo que no te correspondería asumir.
Soluciones
¿Redes de apoyo … o redes de ex?
Todo esto se añade a que en general cada entorno (sea poliamoroso, swinger, como bien saben las lesbianas, como se comentó allí) es muy reducido, en realidad somos muy poca gente, con lo que se mezclan amistades, exes, parejas… O puede suceder que, si somos A en el esquema anterior, Alex y Yael no se lleven bien y que haya crisis recurrentes, como se comentó en la charla. Con lo que A se ve en el papel de tener que cuidar de Alex, cuidar de Yael e intentar que se lleven bien… lo que acaba quemando a A, como es natural. Es por eso que surgió la recomendación de acudir a terapeutas si es posible. No son parte de la relación, no tienen que ponerse de parte de nadie, no afectarán el equilibrio de las relaciones… Porque el problema de hablarlo con las amistades es que alguien puede dejar una relación y decirle «Oh, perdona que te lo diga, pero me parece lo mejor; no te lo dije en su momento, pero me caía fatal»… y que vuelvan una semana más tarde.
Si no se puede acudir a terapeutas hay una buena cantidad de libros muy conocidos por todo el mundo. Aparte de esas guías, está el consejo práctico de dejar de intentar adivinar lo que la otra persona está pensando. A veces tomamos decisiones basadas en lo que CREEMOS que piensa la otra persona… y no siempre acertamos, con lo que se acaban provocando unos líos tremendos. Por lo que, aunque parezca un sistema muy simple, la cosa es preguntar que quiere decir la otra persona, a qué se refiere en concreto. Y si no repreguntar, y si eso no llega, tripreguntar.
También hablamos de las soluciones prácticas, de qué podemos hacer(nos) una vez ya estamos post-ruptura. El resumen al que llegamos fue el de por un lado recurrir a nuestros salvavidas conocidos (ir a bailar, llorar, ver comedias… sí, hace falta el rato de ovillo en el sofá, pero también salir a caminar, si se tienen fuerzas), y por otro lado, poder quedar con quien puedas hablar horas y horas para darle vueltas y vueltas durante horas.
¡Gracias por estos resúmenes!
Són muy útiles para los que no podemos asistir.