Los animales domésticos son parte de nuestra red afectiva
13 abril, 2020 a las 9:30/ por moscacojoneraEso, que puede parecer tan nuevo, en realidad es algo que ya escribieron Meg-John Barker y Jacqui Gabb en 2016, en su libro «The secrets of enduring relationships: How to make relationships last». El libro es una versión divulgativa del estudio de Jacqui Gabb «Enduring Love? Couple relationships in the 21st century» en 2013, de 96 páginas y disponible online (inglés) en el que se buscan qué cosas dan estabilidad a las relaciones. Ahí, más allá del estudio, Barker aporta una visión más amplia: la forma en que las relaciones a dos se apoyan en terceros elementos: a veces son otras personas, sus amistades, a veces sus ideales y creencias, a veces sus animales, a veces sus actividades de ocio.
Cuando analizan en el libro los diferentes tipos de relación (hablan de todas, monógamas y no monógamas) y dinámicas que se dan, incluyen en ese mapa de las relaciones a los animales y qué papel cumplen en «hacer pareja». *
Como dicen en el libro «se ha empezado a ver los animales de compañía como parte de tus seres queridos (significant others) por derecho propio, miembros de la familia extendida junto a la especie humana. Nos chocó la cantidad de diarios personales [usados para el estudio] que incluían imágenes de sus animales domésticos. Piensa si algún animal tendría un espacio en tu propia lista de seres queridos importantes para ti, si ampliases esa lista más allá de los seres humanos» (p. 150)
Y las claves que van encontrando son las de la importancia de los pequeños detalles diarios (en lugar de las grandes demostraciones de amor), que no a todas las relaciones les funciona lo mismo, ni tampoco les funciona lo mismo en todas las épocas de esa relación. Consejos que dan quienes más saben del tema, por mucho que en instagram, facebook y twitter se intentan vender soluciones que valgan para todo el mundo. Decir que «a cada relación le funciona una cosa en un determinado momento de su relación» consigue pocos followers, pocos clics, pocas visitas, así que hay que inventar una y otra vez falsas promesas de felicidad bajo la forma de «Diez claves para tener una buena relación de pareja».
Pero es lo que tiene Barker, que va demasiado por delante. Y nos pilla queriendo las certezas idealizadas que se buscaron en los 90 en el ambiente anglosajón y no encontraron. En lo de los animales de compañía, en las soluciones a medida de cada relación (en lugar de una genérica), en criticar las estructuras y no las personas, en no aferrarse a las creencias de una forma rígida, con una visión comprensiva y existencial, aún va unos años por delante. Menos mal que escribe muchísimo, y ahí está para que cada cual lo lea cuando sienta que es el momento en que le hace falta.
*Como aclaro en muchos posts, me refiero a «hacer pareja» para hablar más claro que diciendo «fortalecer una relación diádica», que es más marciano para entenderlo. Pero sí, así funcionamos los humanos: nos vamos vinculando a cada persona precisamente porque es única y aunque las redes sean luego mucho más complejas que una pareja, cada vínculo se va creando entre dos que van compartiendo su intimidad y la reconocen mutuamente como importante, lo que va haciendo a esas personas mutuamente más relevantes que el resto, y así va sucediendo con cada relación importante que tenemos.