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Maneras en que se culpabiliza a quienes luchan por su salud mental

7 agosto, 2017 a las 13:53/ por

 

A la espera de un trabajo sobre salud mental en las comunidades LGBTI en el que está trabajando Jacqui Gabb (colaboradora de Meg John Barker en varios proyectos), traigo el tema de la salud mental (o neurodiversidad si se usa el término en sentido amplio). Como comenté alguna vez, ahora haré artículos más rápidos, sin traducciones literales de los artículos sino extractos, como de este de Sam Dylan Finch, autor queer, llamado originalmente «4 Ways Mentally Ill People Are Blamed For Their Struggles. And why we need to be blaming an inadequate and violent system instead«.

 

Sam Dylan Finch  Imagen de su web personal, https://samdylanfinch.com/

Sam Dylan Finch
Imagen de su web personal, https://samdylanfinch.com/

 

Su artículo trata cómo, a menudo, se culpabiliza a quien tiene que luchar por su propia salud mental, diciéndole que debería animarse, verlo de otra manera, que tampoco será para tanto… y en resumen: Que se está así porque no se tiene la voluntad de cambiar… provocando que quien está en esa lucha vea que su problema, quizá, no sea tan grave y que por lo tanto tampoco hace tanta falta que reciba tratamiento. A partir de aquí es traducción de fragmentos de su artículo:
En el caso del autor «para mí fue imposible avanzar en mi recuperación hasta que dejé de culparme a mí mismo y empecé a buscar el tipo de apoyo apropiado. Pero a veces puede convertirse en imposible hacerlo, cuando las personas a tu alrededor están convencidas de que estás haciendo las cosas mal. Una cultura que sistemáticamente traumatiza a las personas con problemas de salud mental cuestionando la gravedad de nuestra enfermedad y la sinceridad de nuestros esfuerzos –de hecho, culpando a la víctima– es una forma de violencia psicológica que nos impide acceder el tipo de cuidados que necesitamos«.

Según el autor la cuestión sería ampliar los medios a disposición de quien lo necesita, y que las críticas se dirigieran, en su lugar, al sistema que no facilita optar a esos medios.

Cuatro maneras en que se les culpabiliza son:

1. Se espera que seamos capaces de salir de nuestra situación por nuestros propios medios.

«Quién no ha sufrido una enfermedad mental, cree que si te esfuerzas lo suficiente, la enfermedad mental es algo que puedes superar». Si colocas la carga en la espalda de quien sufre la enfermedad en lugar del sistema para que facilite medios de apoyo, pones su vida en peligro. «No sólo es menos probable que busquemos ayuda si se espera que seamos capaces de hacerlo a solas, sino que quienes legislan tampoco dudarán a la hora de recortar fondos si se considera como un problema de actitud en lugar de un legítimo problema de salud pública«.

 

2. Se asume que los tratamientos son accesibles, rápidos y eficaces.

Se asumen un montón de cosas… se asume que con terapeutas y un par de pastillas se solucione, olvidando que el estigma puede haber hecho que abandones la idea de buscar ayuda. Que puede que donde vives, o para tu nivel económico, no haya opciones posibles. Que el tratamiento de la neurodiversidad está enfocado a tu servicio. Que tienes la cobertura sanitaria necesaria o los medios para acceder a ella. Que entiendes cómo manejarte en ese sistema para encontrar lo que necesitas. Que puedes tomar medicación de manera segura y que te funciona. Que te diagnosticaron correctamente. Que tienes la suficiente capacidad para reconocer tus síntomas. Que tienes el aguante para soportar años de pruebas con varias medicaciones a ver cuál te funciona mejor. Que tienes una relación de confianza con quienes te están tratando.

La realidad es que se suele tardar más de diez años en buscar ayuda por primera vez, y en muchos casos, ni se recibe tratamiento de ningún tipo. Y que abundan profesionales que tampoco tienen en cuenta los cambios que ese sistema debería hacer para cubrir las necesidades de quienes acuden a cubrirlas. Algo que empeora cuando se acude con varios factores que te puedan marginalizar, que se sumen a lo que sucede ya con tu salud mental…

 

https://www.flickr.com/photos/jenxer/6765910337/

https://www.flickr.com/photos/jenxer/6765910337/

 

3. No tenemos derecho a perder el ánimo o querer dejar de luchar.

Se siente que no se tiene el derecho a abandonar momentáneamente y decir «Esto no funciona, ya no puedo más». «Si no estamos constantemente en ello y trabajando para recuperarnos, de repente es nuestra culpa que las cosas no estén mejorando». Se olvida que como ser humano a veces es abrumador y doloroso seguir. «Una cultura que trata la enfermedad mental como una cuestión de falta de esfuerzo es una cultura que dice que las personas con una enfermedad mental no tienen derecho a ser totalmente humanas y vulnerables. Se dictamina que el esfuerzo es nuestra única responsabildiad, y que no tenemos derecho a momentos en que lamentarnos, abandonemos o tengamos miedo«. Se olvida que la recuperación es un proceso que da miedo, desmoralizador y agotador que puede agotar a cualquiera.

 

4. Estamos demasiado bien para considerar que tenemos una enfermedad o demasiado disfuncionales para que se nos pueda ayudar.

Esa es una de las maneras en las que nunca podemos ganar: O bien tenemos un aspecto demasiado «funcional» y por lo tanto poniendo excusas para nuestras limitaciones, o bien somos demasiado «disfuncionales» y somos una carga para la sociedad a la que no se puede ayudar», lo que personaliza la lucha en que o bien es un problema de falta de honestidad o de disfuncionalidad, en lugar de situar la carga en la responsabilidad colectiva de la sociedad.

«Podemos hacerlo mejor, y eso empieza por culpar a quien debe culparse: No a personas con una enfermedad y sólo intentan sobrevivir, sino al sistema que les ha fallado, a la sociedad que les hace luz de gas y las actitudes violentas que respaldan a ambas».

 

 

6 Comentarios a “Maneras en que se culpabiliza a quienes luchan por su salud mental”

  1. Beatriz dice:

    Muy interesante

  2. Beatriz dice:

    muy interesante el artículo. Creo que debemos seguir luchando por los derechos de la salud mental y sobre todo por los pacientes que día a día sufren. Además estoy segura que hay miles de personas sufriendo en silencio, sin ningún tipo de ayuda.
    Me gustaría ayudar o desde aquí apoyar a todo aquel que lo necesite y mandar un mensaje de apoyo, no estamos solos.
    Por suerte o desgracia, se de lo que hablo y creo que NADIE nos ha enseñado a lidiar y convivir con nuestra mente a diario.

  3. […] la estimatización social a la que se somenta a las personas neurofuncionales o con patologías mentales poco se ha hablado, y creemos erróneamente que este problema sea […]

  4. Eskistokemao dice:

    Yo padezco trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Conseguí que me lo diagnosticarán hace tres años (ahora tengo 42). Cuando era más joven, los médicos lo mencionaban como la probabilidad pero todos se negaban a diagnosticarlo. He vivido con depresiónes toda mi vida debido a ello. El agotamiento mental siempre ha sido terrible porque ciertas zonas de mi cerebro nunca descansan. Me han tenido literalmente drogado durante años con fármacos que incluso me han provocado neurosis suicidas. Todo por negar una condición neurológica perfectamente estudiada y demostrada. Al final tuve que ser yo el que se autodiagnosticase y afortunadamente encontré a una doctora que me ayudó muchísimo.
    Claro, que el tratamiento para la gente como yo suele ser anfetamina (que en nuestros cerebros actúa de manera diferente). Cada vez que voy a la farmacia , me siento avergonzadísimo y cuando se lo explico a algun@ amig@ me miran raro…

    Para encontrar trabajo, es otro vodevil, porque a pesar de que nuestro cociente intelectual es muy elevadoa (por haber tenido que forzar nuestro cerebro a buscarse las vueltas en todo desde niñ@s), los estudios no suelen irnos muy bien a no ser que sean materias que realmente nos interesen o que tengamos l@s profesores/as adecuados…y eso en mi época era MUY diíicil de encontrar. Y como en este país si no tienes un título universitario no eres nada (por supuesto hay muchos que han llegado a la universidad. En mi caso no fue así por desgracia)….en fin, creo que me he enrollado bastante.

    Muy buen artículo por cierto

  5. Hugo dice:

    Actualmente, existen muchos colectivos en España de salud mental en primera persona, desde la Red Icaria a Xarxa GAM o Flipas GAM, por mentar algunos. Y por si alguien necesita un Grupo de Apoyo Mutuo cerca, también está el Proyecto Raigambre:
    https://primeravocal.org/proyecto-raigambre/

    NO ESTÁS SOL@

  6. Jmiguel dice:

    Creo que el problema radica fundamentalmente en el estigma asociado a la Salud Mental (tanto interno como externo),que provoca una respuesta de la persona afectada negando esa etiqueta y de la sociedad etiquetando y discriminando. En pleno siglo XXI no podemos irnos atrás. Busquemos estrategias que ayuden y no vulneren los derechos humanos de todas las personas. Los proyectos han de salir fundamentalmente de quien sufre esa situación, siempre en colaboración con un equipo biopsicosocial (o igual hay otra manera más adecuada). Ojalá se logré avanzar y romper esas barreras.

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