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«No son pocas personas haciendo mucha trampa. Más bien, mucha gente haciendo un poco de trampa».

26 agosto, 2014 a las 11:00/ por

Hay a quien le parece que no tiene sentido mezclar en el blog artículos sobre BDSM, poliamor, swingers, transexualidad… con violencia sexual* o el chantaje emocional. A mí me parece tan irresponsable no incluir esos temas como hablar de sexo y no hablar de infecciones de transmisión sexual: No existe un tipo de sexo que puedas tener sin correr ningún riesgo con las infecciones, y habitualmente, de varias a la vez. Del mismo modo, en cuanto hay alguna implicación emocional puede aparecer el chantaje emocional, como aparece en otros tipos de relaciones.

El problema con este tema de chantajes emocionales y similares es que las palabras engañan. Es un problema de representación visual de las palabras. Cuando se habla de poliamor casi siempre se ilustra el texto con una imagen donde se ve a tres personas juntas (normalmente un hombre y dos mujeres), lo que parece hablar más de tríos que de relaciones emocionales simultáneas… Y cuando hablamos de maltrato, creemos que se está hablando de esto. 

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Pero obviamente eso no lo vemos ya (afortunadamente) en ambientes de sexualidad no-convencional. Ese maltrato es algo que sucede en muy muy pocos casos en proporción con el abundantísimo chantaje emocional, con el que se convive como algo que es parte de las relaciones. De nuevo, al hablar de maltrato psicológico nos imaginamos escenas similares a esta, o a esta, cuando en realidad es algo más bien similar a esta.

El chantaje moral y el micromaltrato es parecido a la bisexualidad, al BDSM. Cuando ves una pareja por la calle pensarás «mira qué pareja (hetero) más maja» o «mira que pareja bollo más maja» o «mira que pareja de gays más maja». Nunca has dicho «qué pareja de bisexuales más maja», porque es algo que necesita que suceda en el tiempo, que veas cómo interactuan en mas situaciones o que te lo cuenten para que puedas verlo. Del mismo modo, cuando tú ves a una persona siendo sumisa con otra en público en una situación BDSM, nunca sabes qué negociación ha habido hasta que han llegado a ese punto. Bien pueden haber hecho una negociación impecable, bien puede ser una relación profundamente nociva.

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Y en este tipo de conductas nocivas si vamos buscando «grandes señales», «grandes dramas», heridas, fracturas… pues claro, no se ven. Pero si buscamos maltrato sutil (¿os acordáis?), o lo que veo denominado como «maltrato invisible» la cosa ya es más fácil verla en todas partes.

¿Y quién hace ese tipo de cosas?¿quien manipula de esa manera? Pues muchísimas más personas (más hombres que mujeres) de lo que creemos. ¿Y por qué lo hacen? Pues resumiéndolo mucho, porque ven que ese tipo de conductas tóxicas realizadas por otras personas a su alrededor no tienen ninguna consecuencia. Y en realidad no hay una persona o dos maltratando mucho, sino muchas personas abusando un poco, manipulando un poco.

¿De dónde saco esta hipótesis de los muchos y los pocos? Pues aplico a las manipulaciones, abusos, mentiras, la misma conclusión que se saca de unos experimentos en qué se analiza qué factores influyen para que nos saltemos nuestra moral. Una charla sobre nuestros códigos morales y lo relativos que son, dependiendo de cómo se comporta el grupo en el que estamos (sea el que sea). La charla se centra en el experimento que hace Dan Ariely con personas haciendo un examen y dando dinero por respuesta acertada, y también con personas recordando libros de su adolescencia o los Diez Mandamientos.

Pongo la charla entera en video (2o minutos) con subtítulos en español. Y más abajo pongo enlace a la transcripción en español y el extracto (inmenso) que relata los experimentos, por si preferís leerlo en lugar de verlo en el vídeo.

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El experimento central es: 

«yo les pasaba una hoja de papel con 20 problemas sencillos de matemáticas que cualquiera podría resolver, pero no les daría tiempo suficiente. Pasados 5 minutos, les diría, «Denme sus hojas y les voy a pagar un dólar por cada respuesta.» La gente lo hacía y les pagaba cuatro dólares por el trabajo, en promedio la gente resolvía cuatro problemas. A otras personas las tentaba a hacer trampa. Les pasaría una hoja de papel. Pasados los cinco minutos, les diría, «Por favor rompan sus hojas y pongan los pedazos en su bolsillo o en su mochila, y díganme cuántas preguntas contestaron correctamente.» En promedio la gente resolvía siete preguntas. Ahora bien, no eran unas pocas manzanas malas, unas cuantas personas haciendo mucha trampa. Más bien, lo que vimos es mucha gente haciendo un poco de trampa

Y la idea central que me gusta destacar es ¿por qué lo hacían? y ¿por qué hacían sólo un poco de trampa? La primera parte explica por qué, si alguien en nuestro entorno, hace trampa, se salta la moral, nos «anima» a hacerlo. Y por otra que, al mismo tiempo, seamos capaces de mostrar una indignación infinita al ver cómo se salta la moral alguien que consideramos peor persona:

«Si alguien de nuestro grupo hace trampa y lo vemos hacerlo, sentimos que es más apropiado, como grupo, comportarnos de esa manera. Pero si alguien de otro grupo, esta gente mala — quiero decir, no mala en esto — sino alguien con quien no queremos ser asociados, de otra universidad, de otro grupo, repentinamente la conciencia de honestidad de la gente se va para arriba — un poco como con el experimento de Los Diez Mandamientos — y la gente hace menos trampa.«

Y en resumen, nuestro mecanismo es saltarnos nuestra moral pero sólo hasta donde seguimos sintiéndonos a gusto con nuestra imagen. Que no nos parezca algo tan grave.

«Pensamos que quizá lo que ocurre es que existen dos fuerzas. Por un lado, todos queremos poder mirarnos en el espejo y sentirnos bien con nosotros mismos, por eso no queremos hacer trampa. Por otro lado, podemos hacer un poco de trampa, y sentirnos bien con nosotros mismos. Entonces quizá lo que ocurre es que existe un nivel de estafa que no podemos pasar, pero sí nos podemos beneficiar de hacer un poco de trampa, siempre que no cambie la impresión que tenemos de nosotros mismos.»

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Transcripción completa en español donde se explican todos los experimentos: http://www.ted.com/talks/dan_ariely_on_our_buggy_moral_code/transcript?language=es

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*¿Qué es la violencia sexual? Según la OMS, “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito”

 

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4 Comentarios a “«No son pocas personas haciendo mucha trampa. Más bien, mucha gente haciendo un poco de trampa».”

  1. jam dice:

    Estoy de acuerdo con casi todo, pero quizas nos olvidamos que hacer un poco de trampa ha veces resulta excitante, divertido. Pero hay que saber mesurarlo, sino lleva a un camino sin fondo. (Me estoy refiriendo mas al experimento que a relaciones toxicas).

    Por otro lado quiero explicar que en un grupo swinger, en una cena i posterior fiesta, se dio un caso de violencia fisica por parte del chico a su pareja. Despues de calmar los animos esa noche, hablamos mucho de que hacer, i se opto por no cerrar puertas i darle mucho soporte a ella por parte de las chicas del grupo, a la vez de que quedara constancia del hecho en el grupo. Durante semanas ella agradecio el soporte, pero acabaron marchandose del grupo…
    La verdad.es que fue un dilema el como actuar, partiendo de la base que ella lo defendio a el en cada conversacion.
    Aun me pregunto si como grupo podiamos haber hecho algo mas util, pero respentado su libertad. De todo esto ara ya 10 años… :-(

  2. Eva Witt dice:

    Me ha parecido realmente interesante este artículo. Yo me había dado cuenta de que muchos comportamientos extremos se veían justificados por otros comportamientos medios que un grupo normalizaba, a pesar de que esos mismos comportamientos medios eran juzgados muy duramente en otros grupos (lo de la viga en el propio y la paja en el ajeno). Es por lo que una cultura en general tiene unos defectos y unas virtudes que otras culturas no entendemos, y que nos sorprenden. Esta explicación sociológica da una dimensión a todo esto que yo no llegaba a concretar, y estoy segura que este artículo y vídeo me van a llevar a muchas conclusiones (una pieza importantísima en el puzzle). Muchas gracias!

  3. Mi respuesta

    La manipulación psicológica como herramienta política

    http://sexocienciaespiritu.blogspot.com/2014/08/la-manipulacion-psicologica-como.html

    Ese «maltrato sutil», esa manipulación psicológica, también se puede realizar a gran escala a base de culpabilizar y avergonzar a las personas en base a su género. O a base de convertir a todo el mundo en sospechoso.

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