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¿Por qué es tan importante que Carmena (la alcaldesa de Madrid) haya dicho que tiene una relación abierta?

4 diciembre, 2015 a las 17:32/ por

Si tiene algo complicado leerme o escucharme a veces es que, para no escribir/hablar durante horas, resumo mucho lo que voy a decir. Eso es lo que pasó por ejemplo con la frase del otro día, «el poliamor está aquí para quedarse», que aparecía en la noticia de Carmena y su relación abierta. Esa expresión es algo muy común para dar a entender que algo no es una moda, sea ese algo la realidad virtual, Chrome OS, la economía de plataforma o el precio del dólar. A pesar de ser tan común, la gente se atasca en esa expresión: es lo que tiene haber caído aquí por casualidad, porque alguien de su círculo ha compartido la noticia de la relación abierta de Carmena. Para entender qué quiere decir, conviene leer otro post «La familia post-nuclear, el sexo post-reproductivo y el amor post-culebrón», donde cuento mi hipótesis de que lo que estamos viviendo es un nuevo cambio de las relaciones dentro del modelo heterosexual. Obviamente es una hipótesis de la que se puede discrepar. Sólo faltaría. Pero es la impresión que me da. ¿Eso está ya claro? Vayamos al siguiente tema.

 

 

Carmena y el sexo

Carmena es además de jueza, alcaldesa, es decir, política; esa es la razón por la que se le conoce. Ella nunca llama la atención sobre su vida privada frente a su labor política. Esa es la razón por la que, leyendo su cuenta de Twitter, o de Facebook, es imposible leer algo sobre sus ideas respecto a la pareja, la masturbación y sexo convencional. Afortunadamente. Sus opiniones sobre el sexo aparecieron en los medios de comunicación porque Maruja Torres, que ha escrito un libro sobre Carmena, escogió algunos temas para dar a conocer su libro, como que no se hubiera presentado a las elecciones de haber sabido que su labor iba a ser así (frase que luego matizó) o todas las referentes a sexualidad. Es decir, Carmena no usa el asunto sexual para nada en su comunicación diaria, y Maruja Torres lo usa para promocionar su libro.

Sé por la experiencia de estos años escribiendo el blog que no se quiere mezclar sexo y política (aunque hay profundas conexiones en las que no voy a entrar). Se me ha dicho muchas veces en comentarios, twitter, facebook… Así que dejé de hacerlo. Y así como no he hablado nunca en el blog de las decisiones políticas de Carmena, sí debía comentar lo de su visión de la sexualidad y las relaciones, no por morbo gratuito (lo que cree alguna gente que ha aterrizado aquí por primera vez… Hola, ¿que tal?), sino porque toca directamente temas en torno a la sexualidad y las relaciones con un enfoque similar al de este blog.

Tiene mucho valor que una mujer de 71 años hable de su sexualidad, de la sexualidad en general como algo activo, como algo presente en lugar de estar hablando del tema como «sus años de juventud». Significa mucho para una sociedad que aún sigue pensando que el sexo más allá de los 60 es contranatura. Que lo natural es dejar que ese deseo, que esos orgasmos, vayan desapareciendo poco a poco… aunque haga medio siglo que Masters y Johnson descubrieron lo contrario.

Tienen mucho valor alguna joyas que ha dejado la entrevista a Carmena que son propias de cualquier profesional de la sexología, como que  «el tema de la penetración clásica limita mucho», o que «los hombres tienen que trabajar aún para asumir la cantidad de placeres que hay sin penetración» (fuente) – Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/espana/politica/2015-11-26/de-la-tristeza-por-ser-alcaldesa-a-la-alegria-por-el-clitoris-asi-es-manuela-carmena-segun-maruja-torres-1276562415/

– Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/espana/politica/2015-11-26/de-la-tristeza-por-ser-alcaldesa-a-la-alegria-por-el-clitoris-asi-es-manuela-carmena-segun-maruja-torres-1276562415/

 

¿Por qué es tan importante que Carmena haya dicho que está en una relación abierta?

La no-monogamia, las relaciones abiertas, el que en un «matrimonio» haya más de dos ha existido toda la vida. Es muy reciente todo lo que supimos de Juan Carlos, Corinna y Sofía. Y todo lo que se sabía sobre todas las otras mujeres que estuvieron relacionadas con Juan Carlos. No es nada nuevo. Se sabe perfectamente que su abuelo Alfonso XIII no sólo tenía amantes sino descendencia «natural» o «ilegítima» (es decir, fuera del matrimonio) y lo mismo pasaba con el anterior, Alfonso XII.

El que tuviesen tantas amantes estos hombres regios no es nada raro. Su misma madre-abuela-bisabuela Isabel II los tuvo también, y son conocidos: «Francisco Serrano y Domínguez, Manuel Antonio de Acuña, José María Ruiz de Arana, Enrique Puigmoltó o Carlos Marfori«. Con la diferencia de que a ella, con un comportamiento similar, se la consideraba ninfómana. Se califica de trastorno lo que en ellos es parte de «su naturaleza».

«La propaganda de la época acusó a la reina Isabel II —que tuvo un gran número de amantes, como Francisco Serrano y Domínguez, Manuel Antonio de Acuña, José María Ruiz de Arana, Enrique Puigmoltó o Carlos Marfori— de un trastorno sexual de ninfomanía, atribución que ha perdurado en varios autores hasta la actualidad,3 4 5 si bien la biógrafa de Isabel II Isabel Burdiel argumentaría en 2011 en una entrevista que las acusaciones se trataban de falsedades usadas por sus detractores, y que la existencia de amantes era algo común en la aristocracia de la época» (fuente)

 

 

Por ejemplo, en 2013 (hace un par de años, no hace tres décadas) Jose María Zavala en su libro «La maldición de los Borbones: De la locura de Felipe V a la encrucijada de Felipe VI» sigue diciendo: «Pensemos por un momento, en Isabel II, quien según el profesor titular de la cátedra de Psiquiatría de la Universidad Central de Venezuela, Francisco Herrera Luque, era ninfómana». (fuente)

La no-monogamia ha existido toda la vida. El doble estándar para hombres y mujeres también, por el que lo aceptable en los hombres es inimaginable en las mujeres. En eso consiste el juego de la monogamia o no monogamia: En realidad los cambios se refieren a qué le está permitido a la mujer y qué no. No hace falta ser premio Nobel para saber que, de toda la vida, los hombres han tenido el doble estándar, que seguimos teniendo hoy día: Si él folla mucho es un machote, si ella folla mucho es un putón. Un doble rasero que no hace tanto estaba en vigor legalmente en España. Con la «liberación sexual» de los 60 y «la píldora», se consiguió no sólo que las mujeres pudiesen controlar la natalidad sino que se diese el segundo paso del cambio de las relaciones heterosexuales (el sexo puede darse abiertamente «fuera del matrimonio»). Siempre que no se enamorasen.

 

 

Con el poliamor encima de la mesa se da el tercer paso: Podemos HABLAR DE QUE nos enamorarnos de otras personas fuera del sacrosanto vínculo matrimonial o sus variantes laicas con simbolismos similares. Porque esas relaciones abiertas, o no-monógamas se han dado siempre (tengo datos de estudios en Barcelona y Arabia Saudí (!) donde el 25% de la descendencia no era de los padres que creían ser sus padres). El cambio ahora es que, eso que ha existido siempre —(naturalmente, cuanto mayor el nivel económico, más se daba; les resultaba menos arriesgado poner en juego su estatus económico)— ahora es algo de lo que se puede hablar abiertamente.

Lo que hace Carmena es precisamente darle más naturalidad al hecho de que se hable del tema en público. A que el debate esté sobre la mesa ¿En cuantas cenas de navidad va a aparecer el tema de Carmena y va a poner sobre la mesa el tema de las relaciones «extra-maritales» que tengan o han tenido las personas que están cenando?.

A quien no tiene ninguna relación, identidad o práctica no convencional, obviamente, le parece irrelevante, incluso innecesario que Carmena haya comentado lo de su relación abierta. Pero a quienes sí vivimos en lo convencional 365 días al año nos resulta muy útil que, personas respetadas dentro de la sociedad más tradicional, se pronuncien públicamente sobre los aspectos no convencionales pero perfectamente válidos que hay en sus vidas. Como dijo ayer una amiga: «Si no se esconde Manuela, no voy a ser yo menos».

Es algo similar a lo que han hecho durante décadas en el movimiento LGTB, con muchas muchas personas reconociendo su orientación sexual con la esperanza de que no ser heterosexual o no estar en una relación monógama se vaya haciendo algo más irrelevante cada día, como ha podido hacer Holland Taylor (L Word, 2 hombres y medio) a sus 72 años. Por eso, gracias, Carmena.

 

 

El poliamor y la no-monogamia tienen ahí un buen referente sobre cómo ir reclamando derechos: La comunidad LGTB/QIA o GSD, gays, lesbianas, transexuales y bisexuales lo han hecho con éxito desde hace décadas. Así no será necesario que se vuelva a inventar la rueda, empezar desde cero. Y además de la ventaja de que el poliamor y similares se han encontrado una aceptación social inmensa, algo que todavía le sigue costando a la sociedad heterosexual respecto a la homosexualidad, transexualidad y otras identidades y orientaciones. 

Todo esto se refiere a la evolución de la pareja heterosexual, a los cambios dentro del modelo más normativo de la heterosexualidad. La evolución es diferente a la que han tenido otro tipo de uniones y otros ambientes, donde ese cambio de la monogamia a la no-monogamia se ha ido produciendo por misma supervivencia (en el caso de gays y lesbianas toda la vida) o por crítica del modelo de amor romántico que se ha llevado a cabo en colectivos feministas.

 

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La ilustración de la imagen principal es el cartel de Javi Txuela, parte de los trabajos hechos por artistas en las elecciones pasadas para colaborar en la difusión de su candidatura en la campaña a las elecciones a la alcaldía de Madrid.

 

 

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