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¿Por qué los hombres (heterosexuales) fantasean obsesivamente con el sexo anal?

23 mayo, 2014 a las 11:00/ por

Hace un mes Amarna Miller hablaba en su blog sobre la obsesión del porno con el sexo anal.

«Probablemente porque sé que una escena de este tipo no es algo sencillo. ¡Ah, los secretos del porno! Las chicas han de hacerse lavativas antes de practicarlo, comer poco o nada hasta que ha acabado la escena y dilatar con plugs o semejante para no quedar empaladas con los diminutos miembros de los actores.
Al final una escena de este tipo se convierte más en un ejercicio de acrobacias corporales, práctica y entrenamiento, que una sesión de sexo pleno.»

Pero a pesar de ser así de complicado en el porno, a pesar del dolor del que se queja mucha gente en la vida real (sin quitar que otra gente seamos fans), sigue siendo algo muy deseado. Cuando Amarna Miller habló del tema, enlazó este artículo que traduzco. Para dar el punto de vista heterosexual, el artículo es… heterocéntrico, parejocéntrico, binarista, lo tiene todo. Pero igual es útil para entender parte de esa obsesión desde el punto de vista. 

¿Y yo qué pienso del tema? Lo dejo para la semana que viene.

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Artículo original: Back Door PsychologyAutor: David J. Ley, Ph.D. en Women Who Stray

La psicología de la puerta trasera.

¿Por qué esa fascinación de los hombres con el sexo anal heterosexual? Los hombres parece que fantasean obsesivamente sobre sexo anal, cientos de películas porno se hacen cada año fetichizando el sexo anal, y las mujeres en todas partes debaten sobre si deben o no deben tener sexo anal con sus parejas, mientras que los hombres discuten sobre cómo convencer a sus parejas femeninas para probarlo. Cuando las mujeres tienen sexo anal, en una inmensa mayoría, lo hacen por petición de su pareja masculina ¿Por qué?¿Qué significa el sexo anal?

El sexo anal heterosexual ha estado ahí hace una eternidad. Pinturas y grabados de Japón, China y Europa muestran a hombres practicando sexo anal con mujeres, como en dibujos eróticos antiguos, escultura y cerámica mediterránea y Latinoamérica. En algunas culturas polinesias el sexo anal se practicaba explícitamente como medio de control del embarazo. Hoy día, a veces entre adolescentes se considera el sexo anal como medio anticonceptivo, a pesar del mayor riesgo de transmisión de ITS. En las décadas pasadas, el índice de sexo anal heterosexual ha subido inmensamente. En los años 50, menos del 15% de la población declaraban practicar sexo anal. Los datos actuales sugieren que un tercio de los hombres han practicado sexo anal con una mujer, y levemente menos mujeres han sido la parte pasiva. Los números son todavía más altos en personas activas sexualmente en la veintena.

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Pero en el caso de parejas casadas, en las que las ITS y el embarazo no son una preocupación importante ¿cómo podemos explicar la fascinación masculina con el sexo anal? Los hombres tienen interés sexual por la novedad, pero aparte de eso, no hay ningún argumento evolutivo relevante, puesto que obviamente el sexo anal no produce descendencia.

El sexo anal, y el deseo de sexo anal, tienen diferentes objetivos para los hombres. El argumento más habitual y considerado más importante por los hombres es que una mujer que practica sexo anal es inherentemente excitante para un hombre. Una mujer que acepta el sexo anal lo hace sin intención o resultado posible de embarazo: Es sexo, puro sexo. Para un hombre, el sexo anal con una mujer es permitirle a él jugar a Star Trek, aventurarse en territorios inexplorados. Incluso si no es un lugar dónde no se ha aventurado un hombre jamás, es algo nuevo, poco común y especial, por lo escaso. Una mujer que practica sexo anal muestra su deseo y disposición a tener sexo de una manera puramente física, sin pensar para nada en embarazos. Ella está aceptando una predisposición a convertir su cuerpo en un objeto sexual. Algunas investigaciones sugieren que las mujeres que lo practican comentan que tienen más orgasmos, no necesariamente durante el sexo anal, sino en su nivel de actividad sexual. La conclusión general es que las mujeres que están dispuestas a practicarlo tienden a ser más aventureras, sensuales, relajadas en la cama y por lo tanto, con más orgasmos.

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El nivel de dolor en el sexo anal es un asunto contradictorio. En algunas relaciones en las que la obediencia y disciplina juegan un papel, el dolor que podría experimentar una mujer es parte del atractivo. Para otras, hombres y mujeres a menudo se esfuerzan por disminuir cualquier dolor, con lubricantes y preparación, para aumentar la comodidad y el placer para las dos partes. Prestar una atención especial a la preparación funciona como una intensa forma de juego preliminar, aumenta la excitación, amplía la sexualidad y sensualidad del encuentro y, no por casualidad, aumentar las posibilidades de que la mujer tenga un orgasmo, gracias al abundate juego previo y la estimulación.

Para muchos hombres y mujeres, el sexo anal se ve como una forma de «regalo» de la mujer, una entrega de amor y consideración, y querer darle a él algo especial y escaso. Cuando una mujer está dispuesta a practicar sexo anal con su amante, se debe normalmente a una confianza considerable y amor por el hombre con quien está. 

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Algunas personas ven en el hombre que tiene sexo anal con una mujer una forma de dominación, en la que el hombre está «poseyendo cada parte de su cuerpo». El toque de dominación, y misoginia, están representadas en el inquietante fenómeno actual del «ass to mouth» *, en el que un hombre pone el pene en la boca de una mujer después de haber estado practicando sexo anal con ella. De todos modos, en la mayoría del porno, las mujeres son representadas como mujeres imaginarias que están siempre preparadas, siempre calientes, siempre excitadas y siempre dispuestas. Otra manera de verlo es que las actrices expresan de esa manera su disposición a superar todos los tabús, sin importar lo desagradables que puedan ser, por lo excitadas que están en lugar de verlo como una degradación de la mujer.

Sorprendentemente muchas personas no consideran el sexo anal como sexo auténtico. Algunos estudios sugieren que llega hasta el 19% el porcentaje de estudiantes que ven el sexo anal como menos íntimo, menos comprometido y menos importante que el sexo anal vaginal [gracias, javi].

Los hombres consideran en una inmensísima mayoría como una experiencia positiva tener sexo oral con una mujer. Pero la mitad de las mujeres que han sido la parte pasiva en sexo anal lo describen como una experiencia desagradable que probablemente no repetirían.

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En el pasado el sexo oral era tabú, por no permitir la procreación y hoy día se ha vuelto ubicuo, practicado por la mayoría de la gente, aunque donde aún es algo raro sigue siendo una potente fantasía. Es sexo anal es otro tabú que se está rompiendo. Cuando las parejas tienen sexo oral y anal ¿hay otro tabú en el horizonte?¿Y otro después?¿Y otro más?¿Es una bola de nieve por la que una vez que empiezas a romper tabús, terminas en un irrefrenable y resbaladizo pozo de lubricante?. No necesariamente. No hay evidencia alguna de que una vez que una pareja cumple una fantasía o deseo, nazca un deseo ardiente de otra más. De hecho, las evidencias sugieren que la mayoría de la gente con una «perversión» (kink) u otra, se quedan en esa y rara vez aumenta a otras. Y para las parejas que tienen sexo anal, se conserva como algo poco frecuente, no algo cotidiano, y por lo tanto, manteniendo ese carácter «especial».  

* Ass to Mouth: «A2M o ATM (del inglés ass to mouthdel culo a la boca) es un acrónimo utilizado en las prácticas sexuales propias del cine pornográfico, que consiste en introducir el pene dentro de la boca de otra persona (felación), justo después de haberlo sacado del ano de esta misma persona o de otra y sin interrupción visual en el desarrollo de la escena como garantía de la veracidad de la acción.» (fuente)

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