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«Por qué los matrimonios múltiples tienen sentido» (por Janet Hardy para CNN.)

17 enero, 2014 a las 11:00/ por

Me encontré un artículo de Janet Hardy en CNN y no he podido querido evitar traducirlo ya mismo. Trata el tema de los matrimonios múltiples, algo sobre lo que ya he traducido artículos. Hice una recopilación hace poco, «El matrimonio poliamor».  Lo interesante es que este defiende la postura contraria, la conveniencia de que sí se reconozcan los matrimonios múltiples. El artículo original de Janet, publicado en la web de CNN el miércoles pasado, se puede leer aqui. Incluye vídeos: http://edition.cnn.com/2014/01/15/opinion/hardy-plural-marriage/index.html. Traducción y adaptación propias.

Para quienes no sepáis quién es Janet Hardy, es la coautora de The Ethical Slut (Etica Promiscua) y lleva muchos años dando talleres sobre sexualidad y relaciones no convencionales. 

 

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«Por qué los matrimonios múltiples tienen sentido» (por Janet Hardy para CNN.)

«Me crié en los primeros años 60 en un barrio acomodado de la costa Este [de EEUU]. Cada amistad que tenía volvía a casa a encontrarse con una familia que era como la mía: Una madre esperando en casa, y un padre que aparecía unas horas más tarde para cenar. 

Qué tentador es recordar esos hogares como una norma ideal y universal. Pero rara vez eran ideales y nunca fueron universales.

No hablemos de las tensiones que afectan a esas familias nucleares. Hablemos simplemente de las innumerables persona que, por su raza, antecedentes, salud o circunstancias, no podían —o no querían— vivir en esas familias. En su lugar, vivían en hogares monoparentales, en hogares con dos hombres o dos mujeres, en familias extensas con abuelxs y tías y hermanxs mayores, en casas donde cada persona adulta contribuye con dinero y habilidades para poder llegar a fin de mes, y otras muchas configuraciones.

En aquel momento, nunca se le ocurrió a la gente que yo conocía llamar a esas configuraciones «familias». Hoy, en una época más tolerante, ese viejo estándar de la familia nuclear está todavía presente en nuestras leyes y leyes fiscales, así como en la anticuada y moralista expresión «valores familiares».

Entre mi propio circulo de amistades, tenía muchas «familias alternativas» que me intereaban: 

— Un hombre y dos mujeres que habían criado a sus dos criaturas juntas desde la infancia hasta secundaria (high-school)

— Tres hombres que han compartido un hogar lleno de amor cerca de 20 años.

— Una pareja «central», casada durante décadas, que se han rodeado constantemente de amantes a largo plazo, conviviendo.

— Dos parejas que comparten un duplex y una vida sexual muy activa y entremezclada.

— Un hombre gay y una lesbiana que llevaban mucho tiempo como pareja y que incluyeron a una tercera persona, una lesbiana en su higar porque la mitad femenina de la pareja echaba de menos esa parte en su vida.

[Enlace en el artículo original a otro artículo, Polyamory: When three isn’t a crowd (Poliamor: Cuando tres no son multitud)]

Hay tantas combinaciones de géneros, edades y número como te puedas imaginar. Estas son familias como cualquier otra a la que has dado la bienvenida en tu vecindario. Comparten propiedad, crían a sus retoños, se encargan de sus casas y sus comunidades.

El mes pasado, en un caso sobre una familia plural mostrada en el reality show «Sister Wives», un juez de Nevada eliminó una prohibición para cohabitar, permitiendo a personas adultas que consientes a formar cualquier tipo de hogar que se corresponda a sus deseos y necesidades. Se negó de todos modos a anular la parte de la ley que prohibía los matrimonios múltiples.

La mayoría de la gente en EEUU, cuando piensan en un matrimonio múltiple, lo asocian con hogares con un hombre y varias mujeres como un derivado rebelde del mormonismo y de algunas culturas musulmanas contemporáneas; popularmente conocido como «poligamia» (varios cónyuges de ambos sexos) pero más acertadamente llamado «poliginia» (varias esposas). De todos modos, estos matrimonios poligínicos representan sólo una parte de las maneras en las que se pueden formar las familias.

Muchas personas sienten, con todo el derecho, preocupación sobre el historial de abusos y no-consentimiento de la poliginia religiosa y puede sentir que las leyes anti-matrimonio-múltiple son necesarias para evitar esa explotación. De todos modos, ya existen leyes estrictas contra forzar a alguien a sexo o matrimonios de cualquier tipo; una aplicación decidida de la ley sería seguramente suficiente para proteger a las personas forzadas en un matrimonio múltiple.

Más problemáticos son, por supuesto, asuntos como la custodia de menores, herencias, visitas hospitalarias, etc cuando están involucradas más de dos personas. Está claro que la estructura legal actual del matrimonio no puede adaptarse ya a este problema. Por esta razón, la decisión del juez de Nevada fue probablemente la correcta, al menos por ahora.

Una solución para el futuro, de todos modos, podría ser designar el «matrimonio» como una institución social sin fundamento jurídico y crear una «unión civil» como un subtipo de acuerdo empresarial legalmente reconocido, disponible para cualquier persona dispuesta a adoptar los compromisos asociados.

Estas uniones civiles podrían ir desde la pareja nuclear de Ozzie y Harriet hasta un matrimonio múltiple e intergeneracional como salido de una novela de ciencia ficción de Robert Heinlein. Se les requeriría llegar a acuerdos sobre cómo gestionar las funciones básicas de la familia: Cuidar de las criaturas y las personas mayores, compartir la propiedad, asegurar la sucesión y demás. Y firmar contratos, como lo harían al asociarse en los negocios. Si sintiesen la necesidad de un reconocimiento social o religioso para ese matrimonio, podrían buscar una institución dispuesta a apoyarles en ese objetivo.

Estoy segura que muchas de las personas opuestas a una igualdad en todos los tipos de matrimonio que estén leyendo esto estarán gritando: «¡¡Os lo avisé!!» según se van haciendo realidad sus pesadillas con predicciones de que el matrimonio múltiple vendría detrás de los matrimonios homosexuales. Mucha gente creció como lo hice yo, en una época y lugar en que la familia-nuclear-con-una-única-cabeza-de-familia era la norma incuestionable y les gustaría ver cómo su país se conforma a esa norma poco realista para el resto de la Historia.

Pero incluso en aquel entonces la familia nuclear era una solución incómoda para mucha gente y un sueño imposible para otras. La América en la que quiero que vivan mis hijxs y nietxs permitira que haya todo tipo de familias, y ofrecerá el mismo apoyo y ayudas —legales, financieras y sociales— a cualquier familia basada en el amor, el consentimiento y la responsabilidad mutua.

Eso es lo que deben de ser los «valores familiares».

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La imagen salió de http://www.flickr.com/photos/margottrudell/3305080111/

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