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«¿Por qué no me funciona el poliamor?»

26 diciembre, 2016 a las 11:00/ por

Hay una metáfora que utilizo desde hace años en mis charlas (y el miércoles pasado en el debate televisivo) para explicar por qué es tan normal que no funcione «el poliamor».

Tal como se presenta en la prensa, reportajes, televisión, revistas, etc da impresión que el poliamor fuera una app que te puedes instalar en el móvil, como Tinder, OkCupid o Feeld. Como si sólo hiciese falta descargarse la aplicación y empezar a tener dos o más parejas. Pero la realidad es que enseguida empieza a dar problemas esa app. A una gente deja de funcionarle, se le cierra de repente, al encontrarse con los celos, a otra con que una persona liga más que la otra, a la otra con que no sabe si puede poner límites o no a su pareja…

 

 

No todo el mundo funcionamos igual. Por eso no nos funciona la aplicación «poliamor»: A veces descargamos la versión para iPhone cuando estamos usando Android, otras veces intentamos instalar la versión Android en nuestro iPhone. Y otras veces no nos funciona la de iPhone ni la de Android porque estamos intentando instalarla en nuestro Linux. Venimos de recorridos muy diferentes, de ideas distintas, tenemos valores y prioridades muy personales, experiencias previas en otras relaciones, diferentes para cada cual. Desde la psicología se pondrá el acento en los diferentes tipos de apego, desde la sexología en la biografía de cada cual, de cómo ha entendido su manera de «construirse» como lo que es… Sea cual sea la disciplina desde la que se ve, sea la sociología, la antropología, psicología, sexología, etc lo que es fundamental entender es que no a todo el mundo le «funciona» igual lo mismo.

Por eso, cuando se descarga esa «aplicación» no basta con instalarla y empezar a usarla, sino que ese sólo es el comienzo de un largo trabajo renovando el sistema operativo, actualizarlo, cambiar partes fundamentales. Y, a pesar de la idea tan extendida de que «todo es posible trabajárselo», no es tan sencillo cambiar la manera en que entendemos y respondemos a nuestras emociones.

 

 

El otro error fundamental es creer que «el poliamor» es algo concreto, como si solo existiese un modelo para todo el mundo. Hay quien se lo plantea como firmar un contrato y ponerse a trabajar: «Cariño, practiquemos poliamor». Y ahí se lanzan, a tener un polidrama cada día porque cada cual lo entiende de una manera totalmente diferente. Dicho de manera resumida, una persona se puede meter en el poliamor por probar, para follar mucho, para tener muchas amistades que le abrazan y besan constantemente, para tener dos relaciones simultáneas a largo plazo, comprometidas, a las que dedica muchísimo tiempo, o puede hacerlo para experimentar la libertad que no había sentido en la monogamia o para poner en práctica una ética de los cuidados más allá de una sola relación, como germen de algo más grande. O por pura convicción política. Y el hecho de buscar una u otra cosa (todas igual de respetables) supone que el resultado va a ser muy diferente.

Ni el poliamor es un producto (igual para todo el mundo y que siempre «funciona») ni va a ser lo mismo para todo el mundo, dependerá de las experiencias previas, del «sistema operativo» donde se vaya a instalar.

 

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1 Comentario a “«¿Por qué no me funciona el poliamor?»”

  1. Cuca dice:

    Se puede decir más alto pero no más claro.
    Apoyo cada idea que has plasmado en esta publicación. Es cierto que se ha puesto de moda un tipo concreto de poliamor y en eso los medios de comunicación son una parte muy responsable; pero se ha olvidado que cada persona siente de forma diferente, entiende las relaciones de una forma concreta que no única y busca satisfacer necesidades y apetitos de diferentes formas. Incluso una misma persona según con quién esté siente, piensa y dice diferente.

    Gracias :)

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