¿Recuerdas la primera vez que follaste?¿Qué tal te salió? Seguramente bastante peor de lo que lo haces ahora. Seguro que en aquel momento sabías lo básico y, con el tiempo has ido mejorando. Aprendiendo trucos. Haciéndolo mejor cada vez. Y no sólo saber sobre práctica sexual. También habrás ido aprendiendo sobre las ETS, sobre otros juegos, sobre perversiones, sobre qué cosas quieres repetir y cuáles no.

Cuando se decide ser pareja abierta, o poliamor, o BDSM o swinger, en resumen, salirse del modelo heterosexual monógamo, no se hace de un día para otro, no es una epifanía, una Suprema Verdad Revelada. Se va poco a poco (pero tampoco demasiado lento), probando cosas, avanzando, retrocediendo, dándose descansos, volviendo al ataque…

…y también tiene muchos frentes. Hay muchas cosas que aprender. Sobre todo en relaciones abiertas está el proceso de aprender a gestionar las sensaciones de celos y similares, aprender a comunicarse bien,  y lo digo por experiencia propia: Puedes tener la certeza de estar haciéndolo todo estupendamente…hasta que descubres que era muy mejorable.

Creo que además es más complicado en los terrenos que no parecen que nos incumban directamente. ¿Celos? Eso es nuestro terreno. ¿ETS? También. ¿Estar a gusto sin ropa? Por supuesto.
Pero cosas que parecen más genéricas, como las habilidades sociales, saber discutir bien, saber pedir cosas a las que se tiene derecho… Esas cosas siempre creemos que sabemos controlarlas, que las hemos aprendido en la adolescencia. Y a lo mejor lo que pasa es que es desde la adolescencia, o la niñez, que arrastramos maneras de hacer las cosas que influyen en TODO lo que hacemos y no nos damos cuenta.

Por eso, aunque se deje de lado la monogamia, eso no supone que, de repente, se hayan superado todos los límites que nos imponía la sociedad heteropatriarcal, las tradiciones, la presión social. Es algo que hay que ir desmontando poco a poco, para ir construyendo poco a poco nuestra manera de ver las cosas.

La foto, de aquí.

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