¿Qué es la diversidad funcional?
28 agosto, 2015 a las 11:00/ por moscacojoneraEs lo que comúnmente se llama discapacidad o minusvalía. Pero, claro, a poco que pienses en la palabra te das cuenta que «minus-valía» o «valer menos» no es una manera muy educada de etiquetar a nadie. A pesar de eso es el término más utilizado en España. Después apareció «personas con discapacidad» y el más reciente es «diversidad funcional».
Al término le llegaron críticas desde —por lo menos— dos frentes: Quienes lo acusaban de ser «políticamente correcto» (dicho de manera peyorativa, como en los años 80*) y quienes lo critican por los problemas ¿»linguísticos»? que plantea. La principal crítica es que «diversidad funcional» no es algo que tiene una persona o grupo concreto, sino que, precisamente, diversidad funcional es lo que hay socialmente, diversidad. No se «tiene diversidad funcional», critican que la persona no puede ser «diversa funcionalmente».
Lo que sucede con el término «diversidad funcional» es que es, precisamente, el que ha elegido el colectivo para autodenominarse. Si ya no es muy buena idea decidir llamar a otro colectivo «minus-válido», peor todavía es decirle que no debería usar el término que ha elegido, con sus pros y sus contras.
El concepto de diversidad funcional tiene su origen en un modelo de diversidad: Es decir, una idea de que la sociedad es diversa, que hay personas muy diferentes, y abandonar el término «discapacidad». Esto puede parecer sólo una cuestión semántica, pero las implicaciones van mucho más allá. Nadie espera que cambiar la palabra tenga efectos mágicos y transforme la sociedad de un día para otro, pero sí contribuye en una lenta pero necesaria labor pedagógica. Abandonar «discapacidad» supone dejar atrás el modelo médico-rehabilitador. En ese modelo se entiende que si «tienes una discapacidad» significa que tienes un problema, que estás «por debajo de la media» y que es tu responsabilidad buscar la manera de superar tus propias «discapacidades», sea mediante rehabilitación, prótesis o el sistema que sea. La sociedad no siente que tenga que cambiar nada, sino que, si alguien tiene problemas para hacer lo que hace el resto, es esa persona quien debe buscar la manera. ¿No puedes ir al teatro porque no tiene una entrada por donde ir con tu silla de ruedas? Pues entonces es tu problema encontrar la manera de superar esas barreras.
Abandonar el modelo médico-rehabilitador significa que el esfuerzo no debe ser de la persona «discapacitada» sino que debe ser de la sociedad para facilitar los medios para que todos sus miembros tengan igualdad de derechos y oportunidades independientemente de si «tienen alguna discapacidad». Es abandonar una sociedad en que las personas diferentes deben amoldarse a la norma que la sociedad establece como «aceptable», para ir hacia una sociedad más justa, una sociedad que nos beneficia a todo el mundo, una sociedad que se adapta a la diversidad de todas las personas que la componen, no sólo en su diversidad funcional, sino en todas las facetas de la vida.
Lo opuesto al modelo médico-rehabilitador es el de vida independiente, que es precisamente a lo que aspiraría a ser esa sociedad más justa, una sociedad donde se puede vivir de manera independiente, sea cual sea la diversidad funcional de sus miembros, que sea la sociedad la que se adapta para acoger toda esa diversidad.
«El concepto vida independiente alude, en el contexto del estudio de la diversidad funcional (discapacidad) a la autogestión de todos los aspectos de la vida de las personas con necesidades de apoyos para todas aquellas actividades que no puedan realizar por si mismas tales como para la higiene personal, vestirse , desvestirse, hacer de comer, comer, limpiar, comunicarse con los demás , desplazarse ,e incluso en las actividades sexuales, y en la atención de los hijos e hijas si se desea ser madre o padre.»
Se puede leer más sobre vida independiente en la entrada de la wikipedia —¡sí, la nuestra!— dedicada al tema: Vida independiente.
El término fue propuesto en 2005 en el Foro de Vida Independiente, donde está la conocidísima activista Soledad Arnau. Se pueden seguir las actividades del Foro en Facebook. En su web el FVID o Foro de Vida Independiente explican quiénes son y cómo funcionan:
«El Foro de Vida Independiente y Divertad tiene su origen a mediados del año 2001 con el objetivo de impulsar en España el movimiento de Vida Independiente, surgido en EE.UU en 1972 y muy arraigado en Europa en la actualidad.
La palabra Divertad es una palabra inventada. Síntesis de dignidad y libertad apunta al objetivo último del Foro, la plena consecución de estas por las personas discriminadas por su diversidad, en este caso funcional.
Somos una comunidad constituida por personas de toda España, y de otros países, que conformamos un foro de reflexión filosófica y de lucha por los derechos de las personas con diversidad funcional.
La participación de todos los miembros es directa y en igualdad de condiciones.
No somos una asociación al uso: no existe una presidencia ni una junta directiva, ni siquiera disponemos de identificación fiscal y nuestro presupuesto es de 0 €.
Nuestra sede «virtual» está en Internet, donde día a día tratamos de las cuestiones que nos tocan de cerca. También realizamos reuniones presenciales de participación general.
Somos miembros de la Red Europea de Vida Independiente (ENIL).»
Se puede leer más sobre quiénes son en su web, «Foro de Vida Independiente y Divertad», donde se pueden encontrar muchos materiales, recursos y noticias.
* «Fue después de 1980 que la expresión adquirió en EE. UU. una carga peyorativa y sarcástica con que se manifestaba que la corrección política la adoptaban sectores autodenominados progresistas pero que en la práctica sólo pretendían cambios muy superficiales en la sociedad estadounidense, o buscaban imponer un criterio único de ideas propias como «correctas» ante toda la opinión pública. En el terreno del lenguaje ocurrió la mayor sátira contra la corrección política, debido su práctica de utilizar palabras recién construidas para sustituir vocablos que podrían considerarse racistas, machistas, o socialmente ofensivos hacia algún grupo (por ejemplo, exigir el uso de «afroamericano» o de «persona con discapacitad cognitiva» para las expresiones «negro» y «retrasado mental» respectivamente).
La ironía al respecto cuestionaba que este cambio en el lenguaje no implicaba un cambio en las ideas y costumbres del grupo humano, pues la discriminación o el prejuicio no desaparecerían con sólo una nueva expresión verbal, sino que constituía una mera fórmula superficial que no modificaba la realidad sustancialmente mas inducía al autoengaño.» (fuente)
Para leer más sobre diversidad funcional.
Para leer más sobre vida independiente.