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¿Se conseguirán alguna vez el trimonio y el trivorcio para el poliamor?

11 abril, 2016 a las 11:00/ por

Parece inevitable: Cuánto más se habla de poliamor, más se habla del «matrimonio poliamor». Y cada día se hablará más del tema. No es raro, siendo de los primeros países en adoptar el matrimonio gay igualitario, que estemos pensando que, si aparece el poliamor, entonces hay que usar el mismo molde matrimonial, pero ahora para hacer que encaje ahí una relación a tres, cuatro… Y por eso llaman tanto la atención las noticias como la de las tres mujeres que se casaron entre ellas en Brasil.

El problema con este asunto es que se está entendiendo al revés. Se está utilizando el matrimonio entre dos como la figura de la «normalidad» y se está haciendo que el resto de acuerdos se parezcan o estén «por debajo» (como la pareja de hecho) que el matrimonio. Por eso decían que no tenían problema con el matrimonio homosexual, pero «que no lo llamen matrimonio«, dejando bien claro que la idea de normalidad es un hombre y una mujer que se casen. Y a partir de ahí se decide hasta dónde se permite ¿Puede ser un hombre y dos mujeres?¿dos hombres y dos mujeres?¿tres mujeres?¿cuatro hombres?.

 

 

Y la cuestión es que ese modelo, el monógamo heterosexual, la boda entre un «aparato reproductor» masculino y uno femenino, sólo hace falta si seguimos pensando que sólo existen las parejas con descendencia que han engendrado, cuando en la realidad el parentesco y la patria postestad hace décadas que ha abandonado ese modelo: Adopciones, familias monoparentales, divorcios y segundos matrimonios, relaciones sucesivas, convivencias donde no existe relación… Es un modelo que ya no se adapta a la realidad. Se sigue diciendo que «las parejas hacen..» pero en realidad, cuando se estudia, resulta que hacen cosas muy distintas a las que creemos. Como dice Marcos Sanz, el matrimonio heterosexual es una estupenda máquina de heterosexualizar a más y más generaciones, y de hacer ver como «natural» a algo que se ha impuesto por la fuerza durante siglos. Por eso se perseguía a homosexuales desde el Estado y se sigue queriendo que tengan un matrimonio…con otro nombre. Como dice Marcos, «se le llama natural a lo que se le han borrado las huellas de cómo ha sido impuesto».

La pregunta es ¿por qué el empeño en mantener, en un pack, las relaciones emocionales, los acuerdos patrimoniales y la patria potestad? Como me decía Pablo, de Intimate (Univ de Coimbra), ¿por qué tienen que asociarse a un determinado tipo de relación —¡amorosa!— una serie de beneficios que deberían ser universales? Como bien dice Brigitte Vasallo (citadla, que el concepto es suyo), la idea más bien es abandonar el marco monógamo, el pensamiento monógamo

 

 

Afecta, por ejemplo, a la residencia y nacionalidad. Como se contó en Coimbra ese marco monógamo, precisamente, es el que hace que alguien tema perder sus derechos en una situación de lo más cotidiana: Un chico bisexual y poliamoroso —que está en la cama con su chico (una de sus parejas) mientras su otra pareja (una chica con quien se supone que está «legalmente») está en otra habitación—  se vea al borde de un ataque de nervios cuando llamaron a golpes a la puerta de su casa y creyó que era la policía. Una relación que, por ese marco monógamo, va a hacer creer a quien lo vea, que «en realidad» su amante es el chico mientras que la chica es «una tapadera».

También puede afectar, como cuenta Rambukana en Fraught Intimacies en el caso de poligamias completamente legítimas en otros países que, para poder residir en Canadá (donde reside Rambukkana), deben decidir qué «pareja» se muestra como la «legal», dejando en el país de origen las otras parejas… ¿qué hace la mujer del país de origen con su descendencia?¿hace que se queden con ella en el país de origen?¿pierde el contacto para que puedan vivir en Canadá?

También afecta por ejemplo a seguros médicos. Con ese problema se encontraron Laurel, Juliette y Roland cuando quisieron tener un seguro de familia que les incluyese junto con su hija Maya. O en sus viajes, y las sospechas que despertó a la salida de EEUU el año pasado, que hizo que Laurel se tuviese que quedar atrás con Maya hasta que en la frontera lo vieron todo claro. Es lo que tienen las «gafas monógamas»: Que te cuesta ver las cosas siendo de otra manera.

 

 

Y son esas «gafas» las que están esperando ver matrimonios de tres, de cuatro, ver a todo el grupo por la calle paseando de la mano, posando para la foto, cuatro personas en una boda… Todo un circo que no va a suceder más que los casos a por los que se lance la prensa La gente seguirá construyendo su vida como le da la gana, de maneras más allá de la monogamia de una manera mucho más discreta,  luchando contra todas las complicaciones que les pone su entorno cada día y encontrando otras alternativas, a veces quitando lo emocional del centro (como la anarquía relacional) para permitir acuerdos muchos más flexibles y variados, otras dejando lo emocional en el centro…

¿Qué se espera? ¿Hacer trimonios y trivorcios, cuatrimonios, que se vayan creando y desmontando según se vayan modificando las relaciones? No parece probable que se quiera salir de un corsé para entrar en otros, pero sí hay toda una serie de derechos de los que se priva a quienes no coinciden con el único modelo permitido. ¿Hay que resignarse y renunciar a ellos por ser parte de una inmensa diversidad que se ignora? Aunque parezca increíble toda una serie de derechos, implicaciones legales, patrimoniales, familiares, etc se derivan de si existe o no coito vaginal. En el siglo XXI se sigue intentando encajar la vida de la gente —unas vidas que se organizan con una diversidad inmensa de combinaciones— en un molde que ya no se corresponde con la realidad.

 

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1 Comentario a “¿Se conseguirán alguna vez el trimonio y el trivorcio para el poliamor?”

  1. Quizá la pregunta debería ser si hay que mantener el matrimonio como institución jurídica, como sujeto de derechos legales. Por qué hay que premiar a quienes quieren pasar por ese aro con beneficios tributarios. ¿Por qué?
    ¿Es proteger a la familia? No. Si una pareja tiene hijos pero no están casados, no podrán optar por los beneficios de la tributación conjunta del IRPF.
    ¿Por qué ampliar la «importación» al ordenamiento civil de una institución religiosa como la del matrimonio? ¿No contribuímos pidiendo matrimonio más allá del cishetero a la perpetuación de una base esencial del patriarcado, al fin y al cabo de la moral dominante de la clase dominante consolidando el sistema?
    Ya que no es imposible legislar para infinitas posibilidades de controbuición a la legitimación del matrimonio, la solución pasa por su desregulación, extirpar el matrimonio del ordenamiento jurídico. Y dejar los pactos entre particulares en el campo que le pertenece, que es el de los contratos.

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