Sobre el trabajo sexual (voluntario)
14 diciembre, 2017 a las 17:41/ por moscacojonera
Y completando la opinión de ayer sobre el trabajo sexual en general, aprovecho para añadir sobre otro grupo de amigas y conocidas que ofrecen servicios sexuales de manera voluntaria (siempre dentro de lo posible de la libre elección). Si eres de quienes dejan comentarios antes de leerte el artículo, te lo explico aquí: «Voluntario» no está dicho desde el enfoque neoliberal de «todo el mundo es libre de hacer lo que quiera». Tampoco está dicho desde el marco permisivo de que «todo vale mientras sea consensuado». Pero para saber los matices, ahora sí, me temo que deberás leerte todo el post o si vas con prisa –entiendo que la adrenalina es así– saltar al penúltimo párrafo…
Uno de los grupos son las dóminas, mistress, dominatrix… es decir, quienes ofrecen servicios de BDSM. Las gran mayoría de las que conozco están actualmente en una situación que les permite seleccionar mucho, dejarlo una temporada si les hace falta, irse de viaje a menudo, aceptarlo sólo cuándo les apetece y con quién les apetece… Suele suceder (pero ojo, no son todos los casos así, hablo de mi círculo cercano) que tienen otras fuentes de ingresos más que suficientes. Lo habitual: Es el nivel económico, entorno social, salud personal, etc lo que permite entrar y salir cuándo se quiere. Eso sí, ellas tampoco se libran del estigma. Por eso, si muestran su cara en algún sitio, consiguen tener un aspecto lo suficientemente diferente al que tienen en su día a día para no ser reconocidas. Un cortafuegos que tienen que cuidar para que no se les complique la vida ¿Cómo empezaron? No lo he preguntado expresamente, pero lo que deduzco por lo que me han ido contando durante estos años, fue la necesidad de dinero lo primero que les hizo decidirse por la dominación profesional, aparte de que les gustase el BDSM en su esfera privada. Con el tiempo esa necesidad desapareció y eso les ha permitido trabajar en ello sólo cuándo quieren. Y de nuevo, como ayer, no todos los casos son iguales, hay un montón de situaciones personales diferentes. Pero sí, son un porcentaje muy pequeño.
El otro grupo que conozco es el de actrices porno. En persona sólo conozco a Amarna, Anneke Necro y de un visto/novisto a Silvia Rubi. Conozco alguna más que se ha retirado. Y quizá haya más y no sé que trabajan en porno. En este caso es muy diferente. Cada recorrido es muy diferente. El de Amarna lo conoce todo el mundo y ahí están sus entrevistas para saber todo de su vida, siempre lo ha ido contando. Anneke trabaja sólo en proyectos de porno ético (por lo tanto en muy pocos) y ha escrito mucho en redes sociales sobre los abusos normalizados hasta el punto de que hay chicas que no los identifican como tal. Y el caso de Silvia Rubi, que no conozco lo suficiente como para saber más que trabaja en porno convencional y que se va manejando lo mejor que puede con una imagen muy pública. De puertas afuera parece llevarlo bien… De todos modos, en el caso de las tres, han tenido que aprender a lidiar con el estigma al ser mucho más públicas, al ser reconocidas a menudo.
En el caso de ellas, sobre todo Amarna y Anneke, las cito más por amigas que por trabajo. Lo seguirán siendo cuando sean bibliotecarias, productoras, fotógrafas o lo que quieran. No tengo una opinión similar de las productoras de porno, como dije ayer. Sé de lo sórdido de los canales de porno (Pornhub, Xhamster, etc), de Mindgeek y todas las productoras que controlan (con tanto poder que nadie se atreve a criticarles), de las productoras de porno supuestamente ético que no lo son en realidad. Esa sí que parece una industria de la calaña de Wenstein. Por lo poco que conozco… ni con un palo. Esa es una de las razones que me ha hecho siempre mantenerme a distancia de los «salones eróticos» de Madrid y Barcelona.
Por lo que pongo estos casos separados de los de ayer es porque son casos en los que públicamente o en persona han contado su situación, su recorrido y ha sido voluntario hasta donde yo sé. En el porno no son muchos casos los que conozco, no, no es un mundo en el que esté tan metido como el de las mistress. Y aclaremos (ya verás cómo hay malentendidos) habrá quien cree que muestro estos casos para justificar mi postura que a lo mejor suponen equivocadamente neoliberal (ayer lo expliqué). No, los saco porque por el post de ayer podía dar impresión de que las mujeres que se prostituyen a quienes conozco sólo lo hacen porque no tienen otro remedio. No, no quiero victimizar a quien no se coloca en esa situación, hay quien decide hacerlo desde otras posturas, y sobre ellas escribo hoy.
En todo este debate quizá sería útil incluir más datos, más puntos de vista e información en lugar de irlo reduciendo todo a tuits a favor o en contra. Polarizar da followers y visitas. Lo siento, pero yo no busco espacios de enfrentamientos, sino de aprendizaje, de saber más, de cultivar lo sexual (estás malinterpretando el significado de «sexual» ahí) que es parte de nuestra vida las 24 horas del día: Nuestra identidad, nuestra orientación, nuestros roles, nuestro deseo, nuestras fantasías, nuestras relaciones, nuestros proyectos de vida… Por eso mis posts son mucho más largos de lo que recomiendan gurús de las redes sociales… Sería interesante dejar caer que estamos hablando sobre sistemas morales, el permisivo y el conservador y, nop, no es todo tan simple como que uno sea bueno y el otro malo… pero para entenderlo hay que leer un montón y yo aún no he termiando de leerme Ética Sexual Contemporánea. Un libro que creo que no podría ser mas necesario en estos días de debate moral. Cuando termine iré contando.
Además, por si fuera poco, hace falta un post sobre la postura pro-sex o sex-positive, porque me da que mucha gente no la ha entendido, ojalá me equivoque. Pero eso otro día.
Yo si te agradecería esa entrada sobre la «postura sex-positive»
Interesantes reflexiones e información. ¿Cuál es tu consideración sobre la compañía Kink? A mí parecer hacen un avance al poner a tantas directoras mujeres y dominatrix con su sección exclusiva (Wired Pussy, Electro Play, etc.). Además les rescato que se encargan de dar una larga entrevista antes de comenzar los vídeos con las modelos con lo que de alguna manera (aunque quizá ni ellos se dan cuenta) contribuyen a humanizarlas, a que el espectador sepa que esta viendo a una persona con gustos, con la decisión de practicar tales y cuales cosas por su voluntad y no solo un pedazo de carne. También me parece super importante que siempre se le pregunte a la bottom si sabe cuál es la palabra clave, lo cual es educativo porque cada irresponsable puede practicar «bdsm» como se le ocurre. Pero todo esto lo menciono solo como espectador. Quizá tengas más información sobre posibles abusos y demás dentro de la compañía. De antemano aclaro que esencialmente me refiero a la sección Kink lésbica. Los vídeos de Kink con hombres sí me parecen más violentos y cercanos al porno mainstream.
Saludos cordiales.