Selección de idioma

Sobre la culpa (resumen del «Sexo Oral» del domingo 28/5/17)

30 mayo, 2017 a las 13:07/ por

 

A partir del interés en el tema de la culpa despertado por Roma desde hace meses, y a la espera de que publique lo que está escribiendo sobre el tema (y su capacidad para dar un marco completo a los problemas que trata), hicimos un «Sexo Oral» –nuestra reunión mensual modo tertulia/debate/loquesea– dedicado a la culpa. También es un tema del que nos han pedido información en los talleres así que esperamos que con lo que hemos encontrado y hablado, pongamos un granito de arena en tratar este tema sobre el que iremos reuniendo piezas poco a poco y siguiendo lo que digan nuestros principales referentes. El material que hemos reunido en nuestro caso tiene su origen en Tus Zonas Erróneas, nuestra propia experiencia y lo que hemos aprendido en terapias.

 

Culpa y responsabilidad

La primera diferencia que nos es útil hacer es entre culpa y responsabilidad, definiendo cada una. La culpa sería la sensación negativa que se tiene por algo que se ha hecho, algo en el pasado. La pega que tiene la culpa es que se centra en ese bucle sobre un tema pasado, sobre el que no se puede hacer nada ya… y esa culpa además es poco útil si tampoco se tiene intención de cambiar para no volver a hacer eso en el futuro. Se puede sentir una culpa inmensa… y que eso no haga que cambie nada.

La responsabilidad en cambio parece poner el foco más bien en el futuro. Se centra en qué he hecho mal, en responsabilizarme de lo que he hecho mal y en poner los medios para hacerlo de otra manera en el futuro.

La responsabilidad también puede suponer, aunque no necesariamente, no viene dado, el tener en cuenta las circunstancias en que eso se ha producido, en nuestra situación personal, biográfica, la relación que tenemos, nuestras circunstancias sociales y la consciencia que tenemos de ella…

 

https://www.flickr.com/photos/hawkexpress/4734545741/

https://www.flickr.com/photos/hawkexpress/4734545741/

 

Culpa: Un instrumento útil o perverso

La culpa es útil cuando nos ayuda a no volver a hacer algo que nos parece reprobable… aunque conviene no olvidar que ese sistema moral es algo que existe en nuestro entorno, que tiene una serie de fundamentos e historia… y puede estar influyendo de maneras que no nos damos cuenta.

Por ejemplo, en Portugal, España e Italia, las tres dictaduras militares ligadas al catolicismo enviaron a las mujeres a casa (como otros fascismos) con el doble fin de reducir el paro artificialmente y relegar a las mujeres a desarrollar su vida en privado con labores que además suponen un ahorro para el Estado, como cuidar de menores, mayores y quienes enferman. Si no es por una cosa es por la otra, pero al final se reduce inmensamente la capacidad de influir en la esfera pública. Esa educación moral (y vigilancia de la misma por el propio entorno familiar y social) no se centró únicamente en unos valores políticos, sino también en unos valores como madre, como esposa y como «guardianas de la virtud», de la mano de una moral nacionalcatólica muy conservadora. Con semejante «mochila», es lógico que se sienta culpabilidad mucho más fácilmente que si la sociedad utiliza argumentos supuestamente biológicos para justificar que «no puedes evitar» lanzarte a por cada cuerpo que te atrae.

Esa misma culpa, asociada a los ideales inalcanzables de pareja, tiene el peligro de que sea usada para manipularnos. «Si me quisieras de verdad…». O sin un discurso explícito, sino con los silencios típicos de «no puedo ni hablar después de lo que me has hecho». O usarlo como hipoteca futura, sospecha permanente: «¿Y cómo voy a confiar en ti ahora, después de lo que me has hecho?». El sentimiento de culpabilidad acaba llevándonos a hacer lo que la otra persona o nuestro entorno nos está pidiendo.

 

¡Será por dildos! Dildos de BS Atelier https://www.facebook.com/BSAtelierMadrid/photos/a.727332227294980.1073741833.644299272264943/1060964140598452/?type=3&permPage=1

¡Será por dildos! Dildos de BS Atelier
https://www.facebook.com/BSAtelierMadrid/photos/a.727332227294980.1073741833.644299272264943/1060964140598452/?type=3&permPage=1

 

Culpa y sexo

La cosa empeora al mezclarse con cualquier aspecto erótico. Es algo que hemos aprendido desde la infancia, especialmente en el ambiente con herencia católica. Pero que va más allá, afectando ideas que pensábamos que no estaban sobre la mesa… pero siguen estando. Como la culpa por estar teniendo relaciones sexuales sólo buscando placer. O la sensación de culpa por tener fantasías sexuales que nos parece que «no deberíamos» tener, por tener unos gustos poco comunes que nos dan mucho placer pero que nos dicen que no deberíamos tener. O estar haciendo cosas para las que se supone que ya no estamos en «la edad». La culpa de la mano de la vergüenza. En general, es fácil sentir esa sensación de culpa si estamos teniendo un tipo de relaciones o prácticas sexuales poco comunes.

 

¿Alguna recomendación útil?

En todas las charlas aparece la necesidad de encontrar algo que calme rápidamente las situaciones en las que nos acabamos encontrando. En realidad, hay tantas situaciones como personas, con lo que lo más útil es ver cada caso por independiente, con el recorrido de cada persona, su trayectoria, con lo que suele hacer cuando se siente culpable, con su costumbre de siempre echarse la culpa de todo o siempre echarle la culpa al resto…

En el caso de las relaciones abiertas, parece que puede ser útil por un lado, tener más referentes sobre nuesta conducta: No solo importa lo que diga nuestra pareja, sino otras personas a nuestro alrededor en quienes confiamos. Por otro, cuando la sensación de culpa aparece y nos queremos responsabilizar de lo que hacemos, es de agradecer que, en el maratón que supone meterse en relaciones abiertas, la persona/s con quienes nos relacionamos adapten su paso al nuestro, que tengan una actitud comprensiva con nuestros errores (siempre que por nuestra parte haya intención de cambiar y no repetirlos constantemente).

Nuestra culpa suele ir asociada a una idea de lo que nos parece justo «¿Es justo que esté hablando tanto tiempo por whatsapp con la persona A, que acabo de conocer, y que no hable tanto con la persona B con quien tengo una relación desde hace tiempo?». En estos casos conviene no llevarse por la muy común costumbre de comparar y pensar que debemos de dar exactamente lo mismo a cada persona con la que nos relacionamos, en lugar de adaptarnos a lo que esa persona B necesita. Quizá no siente como algo injusto que hablemos por whatsapp con A tanto tiempo, pero en su lugar puede tener otras necesidades que estamos descuidando en nuestra emoción con A, o porque no ha sabido cómo comentarnos esas necesidades…

Y esto es todo lo que hemos hablado de momento… Nos quedamos esperando a leer lo que escriba Roma-al-revés-es-política sobre el tema :-)

 

https://www.flickr.com/photos/maureen_barlin/17601019414/

https://www.flickr.com/photos/maureen_barlin/17601019414/

 

No hay comentarios todavía

Dejar una respuesta

Mensaje:

logo_lateral
 

Archivo