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Sobre la sexualidad no convencional (escrito para gente «normal») (WSYLIK)

23 julio, 2014 a las 11:00/ por

Sigo traduciendo «When someone you love is kinky», resumiéndolo a los extractos más interesantes. Recuerdo de nuevo que está escrito para personas que no saben nada de BDSM (sadomasoquismo), fetichismos y otras variantes de sexualidad no convencional, conocida en inglés como «kink».

Sobre la sexualidad no convencional

¿Qué significa que te gusten las cosas «raras», que te guste la sexualidad no convencional? Antes de eso debemos preguntarnos ¿Y que significa ser «normal»? Muchas personas creen que hay alguna manera de tener sexo que es «normal» y que el resto de tipos de sexo son inmorales, inferiores, patológicas, destructivas de la salud o las relaciones o, como poco, insatisfactorias.

De acuerdo con la idea de «normal», el éxito en el sexo significa un coito potencialmente reproductivo entre un hombre y una mujer que, preferiblemente, se han casado, que tienen pensado tener descendencia y estar en pareja en una relación monógama durante el resto de sus vidas. Una visión tan limitada del sexo sólo satisface a una pequeña minoría.

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De acuerdo con las estadísticas que recolectaron Kinsey y sus colegas en los años 40, la pareja media tiene sexo dos o tres veces a la semana, con una cantidad variable de preliminares [sic] que culminan en un coito con una duración media de 1’75 minutos. Si eso es lo normal, la mayoría de la gente con la que hemos hablado es rara.

Nosotras creemos que toda persona tiene el derecho a buscar cualquier forma de sexo consensuado y amor que le satisfaga, porque a cada persona le excita una cosa, y porque la satisfacción sexual es una parte importante de la manera en que nos amamos mutuamente y de sentirnos bien. Creemos que la libertad de explorar nuestra sexualidad es una parte intrínseca de nuestro derecho a buscar la felicidad.

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¿Son una minoría las personas que practican un sexo no-convencional?

Probablemente las personas que llevan a la realidad sus deseos de placeres poco comunes y los incorporan a su vida diaria son una minoría, aunque como dijimos, cualquier persona es un poco «rara» en un sentido u otro. Pero en nuestras fantasías, como se ve en el arte, novelas, cuentos, y mucha de nuestra cultura, desde el arte hasta Hollywood, hay mucho sexo no-convencional.

A menudo nos preguntamos cuanta gente estaría dentro de las «minorías» sexuales si no «violase las normas» de manera tan grave ser una persona pervertida.

Si vemos los gustos sexuales como los gustos culinarios, realmente no hay ninguna razón para no respetar los gustos ajenos y celebrar lo que disfrutamos todo el mundo con nuestras vidas sexuales sin poner a nadie ninguna etiqueta más que la de «ok». Todos nuestros placeres son fantásticos.

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¿El sexo no convencional es algo enfermizo?¿Puede ser algo sano?

En el siglo XIX el psicólogo Richard von Krafft-Ebing escribió «Psycopathia Sexualis», una especie de enciclopedia de las desviaciones sexuales en la que acuñó las palabras sadismo y masoquismo e intentó describir las variedades de sexo según las observaba en un manicomio victoriano. Por supuesto, todas las personas que observó tenían alguna enfermedad mental, por lo que Krafft-Ebing asumió que las conductas sexuales que veía eran un síntoma o la causa de su enfermedad mental. Krafft-Ebing nunca le preguntó a personas sanas sobre su vida sexual.

A Krafft-Ebing debemos la idea de que masturbarse puede causar locura, puesto que el 98% de las personas recluidas se masturbaba; nunca pensó en preguntar sobre los placeres privados de quienes se dedicaban a la psicología. Freud continuó relacionando la salud mental con el desarrollo sexual.

La mejor manera de saber si alguien tiene una enfermedad mental o alteración psicológica es ver a cómo se comporta en sociedad ¿Es capaz de ganarse la vida?¿Tiene casa, familia, relaciones, amistades? Una persona sana es más probable que sea así, independientemente de lo alocadas y extrañas que puedan ser sus prácticas sexuales.

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¿Adicción al sexo?

Determinar cuánto es ocuparse «demasiado» del sexo es una pregunta que nadie puede contestar. De nuevo proponemos la definición basada en la actividad social, de que demasiado interés en el sexo es cuando tus prácticas o fantasías sexuales te hacen que no puedas controlar tu vida. 

La adicción al sexo sería practicar sexo compulsivamente a pesar de que tenga consecuencias negativas para quien lo practica o cuando el sexo se practica por las razones equivocadas: Para compensar una baja autoestima, calmar la ansiedad, o como una especie de sustituto similar a la comida rápida para reemplazar la conexión emocional auténtica con otra persona. De todos modos, la adicción sexual se puede dar en cualquier práctica sexual, desde la postura del misionero en adelante.

 

¿Por qué alguna personas practican sexo no-convencional?

Nadie lo sabe. ¿Por qué eres como eres? No estadísticas que relacionen el SM o el sexo no-convencional con una historia de maltrato infantil o abusos sexuales, u otras experiencias traumáticas. Cuando es alguien de la familia surge la preocupación «¿pero qué hicimos mal?». Quizá es algo bueno lo que hicisteis, nosotras consideramos la capacidad de explorar sexualmente un síntoma de una actitud sana.

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¿Pueden curarse las personas a quien les gusta el sexo no-convencional?

¿Por qué iban a querer hacerlo? Si la gente está contenta con su vida, probablemente no quieran cambiarla. De todos modos es complicado vivir en una sociedad la manera en que expresas tu amor y deseo sexual. Hemos conocido personas que han sido forzadas a elegir entre sus prácticas sexuales no-convencionales y sus matrimonios, su prole, sus familias y nos compadecemos de esas personas. La mayoría de personas con las que hemos hablado sienten que su vida sexual es tan importante que sería una tragedia tener que abandonar sus más íntimas y profundas experiencias sexuales para satisfacer a la sociedad que las odia. Este libro es nuestro intento de cambiar la sociedad, para generar más tolerancia de manera que menos personas seamos obligadas a hacer esas elecciones imposibles.

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¿Una vez que empiezas no puedes parar?

Un miedo habitual es que una vez que empiezas a hacer realidad tus fantasías ya no vuelves a disfrutar del sexo que te gustaba antes. En realidad la mayoría de las personas con sexualidad no-convencional también disfrutan del sexo convencional o, como se le suele llamar, «sexo vainilla». Otro mito es que sólo pueden disfrutar de esa manera no-convencional. Realmente la mayoría de las personas que practican sexo no-convencional desarrollan una amplio y variado repertorio de placeres sexuales.

La conducta sexual se aprende, y tanto personas convencionales como no-convencionales pueden aprender cosas nuevas. Es mejor pensar que podemos ampliar nuestro repertorio en lugar de abandonar prácticas. Siempre es más fácil añadir nuevas conductas en lugar de negar nuestros deseos más profundos.

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¿Y la moral?

Dadas las bases religiosas de la cultura europea y americana, tendemos a pensar que explorar sexualmente y desarrollarse espiritualmente en cierto sentido son cosas opuestas, que más de una significa menos de la otra.

Nosotras dos pensamos que la moralidad de una conducta sexual entre dos personas adultas que dan su consentimiento no tiene nada que ver con lo escandalosa que pueda ser la manera en que expresamos nuestra sexualidad, o con cuantas personas lo hacemos. Nuestra moralidad reside en cómo tratamos a esas personas,  de si las tratamos con respeto y honestidad o si usamos a las otras personas para nuestro placer o para aumentar nuestra autoestima dándonos igual sus sentimientos o cualquier daño que se les pueda causar.

Explorar una sexualidad más amplia requiere un gran respeto por un comportamiento ético. El sexo no-convencional requiere tener un nivel más elevado de consentimiento. No es suficiente no decir «no», requiere que todas las personas involucradas deben dar un afirmativo «sí» a los placeres sexuales que se hayan propuesto. Y para hacer eso deben conocer claramente sus deseos y límites así como los de la otra persona, lo que supone un alto grado de autoexamen.

 

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