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¿Tienes claro por qué lo haces?
(Los peligros del poliamor, 2)

31 diciembre, 2013 a las 11:00/ por

En la entrevista que hicimos Victoria Rosa y yo hace ya ¿unos meses? —y pendiente de subtitular— a Janet Hardy, añadió algo nuevo a The Ethical Slut/Etica Promiscua. Aparte de eso que tanto se dice de «comunicación, comunicación, comunicación» como la receta para resolver todos los problemas cuando estás en relaciones abiertas, ella proponía un paso PREVIO E IMPRESCINDIBLE: 

Saber qué quieres.

Porque de nada vale que hables y hables, que comuniques y comuniques, si aún no has hablando contigo, si aún no te has planteado qué quieres, qué buscas realmente. 

Hay cosas en esta vida que no son tan sencillas. Hacer buceo requiere entrenamiento, horas de prácticas, estudiar, controlar miedos, cargar mucho peso, viajar a sitios concretos, bucear sin que ese dia haya peces, gastar dinero…pero te lo dirá cualquier persona que bucea: Vale la pena para esa hora o poco más que pasas bajo el agua. 

Hacer escalada te va a obligar a entrenar, a tener más fuerza en brazos y piernas, a sudar mucho, pasar mucho frío, mucho calor… Si no tienes claro que llegar a esa cima es lo que más ilusión te hace en el mundo, estarás a medio camino, con cansancio, hambre, sueño y te preguntarás …»¿Qué hostias hago aquí? Tanto esfuerzo… no sé si vale la pena»

Tener relaciones no-monógamas hace que —si renuncias a disfrutar de tus privilegios— tengas que estar nadando contracorriente todo el rato. Te recordarán constantemente que tienes ese tipo de relaciones porque aún no te has enamorado «de verdad». O porque no has encontrado a la persona ideal. O porque tu relación inicial es un desastre. Si eres chica te recordarán que igual eres un poco golfa por estar con dos personas a la vez. Si tus parejas son un chico y una chica, te van a decir que no te aclaras. Que una es de verdad y la otra de pega. Si sois tres o más chicas en la relación habrá que aguantar bromas continuas. Si no tienes ninguna pareja sino que quieres estar con muchas personas distintas te dirán que eres un putón (sin ética ninguna). Si eres un chico….ahí está el peligro: Tu entorno te va a felicitar por tener dos mujeres para ti. Te van a decir que vaya campeón por estar con dos o más. Te van a hacer bromas sobre ellas…y para no estar protestando todo el día, sonreirás y disimularás. 

Siendo chico, y dentro del mundo que estás construyendo a tu alrededor, ese mundo en el que te gustaría vivir, en el que te gustaría que viviese todo el mundo que quisiera… ¿no deseas aclararles que también están los celos e inseguridades que sientes cuando ellas tienen también a la vez sus amantes?¿cuando van a fiestas o encuentros sexuales a los que tú no vas?¿no te apetece aclararles que no son unos putones (sin ninguna ética) sino que son unas tías que molan mucho porque saben lo que quieren y son capaces de llevarlo a la realidad?¿no te apetece aclararles que en lo que vives no es un harén?.

Siendo más fácil como chico (gay, bi o hetero), o más complicado como chica (sea lesbiana, bi o hetero) —porque el resto de géneros ya lo tienen complicado de por sí— ir contracorriente te va a cansar y va a haber veces que sentirás la tentación de no perseguir tanto tu felicidad y sí la normalidad. Ese día en que abandonas esa forma de vida y decides que lo que quieres es ser «normal».

 

Cuando lo que quieres es ser «normal».

Y sinceramente, viendo la alegría con que aparece el poliamor en la prensa, radio, comentarios en la calle…me temo que puede ser que se meta en esto mucha gente como si fuera una etapa golfa en la juventud, o que salgan de ella como una mala experiencia diciendo

«¿Las relaciones abiertas? UF, vaya mierda! YO QUE LO HE PROBADO te aseguro que es un mal rollo, que es complicadísimo, que todo muy bonito en teoría pero en la práctica es imposible. Métete si quieres, pero ya verás, te vas a arrepentir».

Sabiduría hispana. Pasamos la revolución sexual ahogándonos en una dictadura militar, casi ni la olemos. Nos soltamos la melena una hora antes de que apareciese el sida. Con las relaciones abiertas aparecen en EEUU libros, gurús, webs, grupos, comunidad, eventos… Se extiende también por Europa pero no, aquí lo hemos «vivido» durante un verano, leemos cuatro artículos, sin tener ni idea, resumimos que fue una mala experiencia y ya sabemos más que todo esos libros, que todas esas comunidades, que todo ese activismo. Ese desprecio no es nada nuevo, lo llevamos en el ADN en España. No puedo hablar de si en América Latina se hace lo mismo… pero aquí es tradición.

“Fernando Fernán-Gómez afirma que, contra lo que suele creerse, el pecado nacional de los españoles no es la envidia, sino el desprecio; o, mejor dicho, el desprecio de la excelencia: quien envidia desearía escribir las 1.200 páginas del Quijote, dice Fernán-Gómez; quien desprecia es el que dice: “Pues, chico, yo he leído 30 páginas del Quijote y no es para tanto” (fuente)

Así es. En España, cuando se pase la moda que está empezando, habrá una buena cantidad de participantes en tertulias de radio y televisión explicando que cuando lo probaron no les convenció nada, que está bien en teoría pero que en su caso al menos no vale. 

Aparte de toda esa gente que pase superficialmente por las relaciones no-monógamas, por las redes afectivas, por el poliamor normativo y no-normativo, habrá gente que lo intente de verdad. Y como practicante de ese tipo de relaciones, y a quien parecen funcionarle, si me apetece escribir, hablar, ayudar en todo lo posible para que esas personas puedan encontrar un modo de vida que no han encontrado antes pero que han estado buscando desesperadamente. O al menos, si no con desesperación, sí con incomodidad, viendo que no cuadran en las opciones posibles que les han ofrecido hasta el momento.

Y lo primero sería repetir la primera pregunta: ¿Tienes claro qué quieres?. Y una vez que sí lo tienes claro ¿tienes claro que te quieres meter en semejante lío?.
Porque si no es un lío, sospecha. Algo estás haciendo que cuadra demasiado bien con tu entorno…y eso no tiene mucha lógica si quieres cambiar las cosas como han sido hasta ahora.

 

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 La imagen salió de http://www.flickr.com/photos/hcii/33329841/

3 Comentarios a “¿Tienes claro por qué lo haces?
(Los peligros del poliamor, 2)”

  1. Caterina dice:

    Uhm. Medio-discrepo? Hay veces q no es exactamente un lío de por sí, o al menos aunque sea complejo no tiene por qué vivirse como tal. Lo que vives, cómo te plantees las relaciones tú, incluso tú + tus parejas, puede fluir maravillosamente y ser muy natural, pero el entorno es el que lo puede hacer un lío porque de repente entra el «nadar contracorriente»: los consejos, las opiniones, el intentar etiqetar, la escalera de las relaciones… Y creo q es cuando empezamos a meter esa parte de presión q asimilamos de fuera en las propias relaciones y configuraciones cuando se puede hacer un lío. Por eso para mí lo primero importante es tener claro qué pensamientos son creencias monógamas sin base de NADA.
    Ejemplo: A, B y C están liadxs a tres. Últimamente A y B coinciden en la biblioteca, por lo tanto se ven más y suelen tomar algo después, y pasando tiempo juntxs en suma. Influye esto en el tiempo de quedar con C, ya que es un tiempo q iban a estar igual en la biblioteca? No mucho. Seguía C con su vida igual que antes? Perfectamente. Pero el pensamiento monógamo dice que C debe asumir que está siedo desplazadx. C estaba muy feliz con la situación, pero al cabo de un tiemp lo comenta de pasada con amistades y su postura lx hace dudar, se activan todas las inseguridades asociadas al pensamiento monógamo y ahí es donde se chafa todo, porque es cuando de verdad se empieza a sentir mal.

    ****Que luego todo será que se lo comente a A y B como en un caso de celos cualquiera e intente ver por dónde reforzar esa inseguridad…

    Pero vamos, que mi argumento central es que ¡hurra! A veces las cosas fluyen (sobre todo cuando somos flexibles)

    • moscacojonera dice:

      Sí, pero reconozcamos que la norma no suele ser esa. Ojalá que siempre fluyera! Pero es cuando aparecen problemas y preguntas a otras personas que empiezas a ver que el «esquema mental» es muy distinto, ¿no?.

  2. Lo que yo quiero es amar más.

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