Trata, prostitución y el vídeo
del barrio rojo de Amsterdam
24 septiembre, 2013 a las 11:00/ por moscacojonera
Hay veces que una campaña exitosa en un sentido no lo es en otro. En este caso es el vídeo que he visto circular tanto en Facebook de las prostitutas del barrio rojo de Amsterdam bailando, que queriendo denunciar la trata de personas, la mezcla con la prostitución. Y entre los cabreos que ha originado el vídeo, hay un artículo con título llamativo: «Why this video needs to fuck off». Que traducido vendría a ser «Por qué deberían irse a la mierda con este vídeo», más o menos.
«Debo empezar diciendo que si estás aquí y leyendo esto, asumo que estás de acuerdo con la idea de que la gente debe hacer lo que les dé la gana con sus cuerpos, que conoces la noción del trabajo sexual como trabajo y que, al menos en teoría, apoyas que quienes trabajan en el sexo se organicen para exigir sus derechos laborales y descriminalización.
Puedes estar de acuerdo en un 100% con esas ideas y al mismo tiempo oponerte al tráfico de personas. No hay absolutamente nada acerca de estar a favor del trabajo sexual que te haga estar a favor del tráfico de personas (sino lo opuesto, la verdad). Si estás a favor de que la gente haga cosas con su cuerpo por su propio beneficio, eso significa que puedes estar igualmente en contra de que las personas sean forzadas a hacer cosas para el beneficio de otra persona, pues que eso va en contra de la parte consensuada, y la parte donde se benefician de las cosas hacen las cosas que aceptan hacer. Podríamos meternos en complicadas conversaciones sobre la pobreza y si alguien realmente trabaja con su «consentimiento» en el sistema capitalista —y estoy completamente dispuesta a hablar de ese tema— pero debe ser una conversación completamente sobre trabajo, y no centrada en el trabajo sexual como un caso excepcional. No estamos comparando la coerción que es el capitalismo a la coerción que es que te retengan contra tu voluntad y abusen de ti. Hay un mundo de diferencia, y debemos respetar la diferencia como respeto a quienes han sobrevivido a un abuso.
El vídeo es supuestamente sobre tráfico. Lo que es gracioso, porque cuando dice «tristemente, acaban aquí», lo que estás viendo, como audiencia, no se diferencia en nada de lo que verías si estuvieses mirando gente trabajando en trabajo sexual. Esa es una mujer de pie en su lugar de trabajo, en una labor de marketing. Podría estar a punto de irse a su descanso, o podría acabar de salir de una cita fácil con alguien habitual, o podría tener una intensa candidiasis y estar deseando que su siguiente cliente sólo quiera una paja*. Lo conoce todo el mundo. Es un día de trabajo en un burdel. No hay inherentemente nada triste en eso. Es trabajo.
Por lo que «tristemente» acabar «aquí» en la ventana de un burdel requiere un poco de cualificación. Una persona que quiere dedicarse profesionalmente al baile que termina en el trabajo sexual no es lo mismo que una persona engañada y luego abusada sexualmente para el beneficio de una tercera persona. Un vídeo como este debe esforzarse más por señalar la absolutamente inmensa diferencia entre estas dos situaciones si el objetivo final es no mezclar la migración voluntaria para trabajar (todo trabajo, incluido el sexual) con el delito de retener a alguien contra su voluntad y someter a esa persona a repetidos abusos sexuales para obtener un beneficio económico.
Es interesante valorar qué quiere el vídeo que hagamos, o cual es su «call to action«, aparte de darnos una cierta sensación de lástima por unas pobres mujeres migrantes engañadas. Creo que nos sugiere que esos hombres a quien se les ha «echado la bronca» que están mirando a esas mujeres como potenciales clientes son quienes tienen el poder de «detener el tráfico de personas», presumiblemente «eliminando la demanda», como dice el refrán. Pero no se debería prentender mostrar que hay aquí una demanda específica de individuos con quienes se trafica o de quienes abusan. En su lugar, la demanda por trabajo sexual lo sustituye y vemos la construcción (o repetición, a estas alturas) de un relato que demoniza a quienes consumen servicios sexuales y nos lleva al mundo del Modelo Sueco como la solución a la industria del sexo, aunque hemos olvidado, en este punto, que tampoco era un problema en primer lugar. Nada de esto tiene sentido si entiendes un poco el trabajo sexual, derechos de trabajadorxs o la industria para adultxs. Es prohibir el sexo como un intento de detener las violaciones.
(…) No debería mostrarnos trabajo sexual, no es de lo que estamos hablando. Podríamos ver temas como derechos laborales, temas económicos o problemas de la migración (una pista: Estamos viendo los tres) pero el video no hace ningún esfuerzo para mirar a esos problemas, y pone todavía menos esfuerzo en separar «que te retengan contra tu voluntad y que te sometan a abusos sexuales repetidamente para el beneficio de otra persona» de «trabajar en trabajo sexual porque es un trabajo y que emigraste a otro lugar porque necesitabas un trabajo».
Hagamos un experimento: «Cada año se promete a miles de personas trabajar profesionalmente en el baile, pero tristemente, terminan aquí». Se levanta la cortina y aparece alguien cosiendo en una sastrería. Esto no tiene el mismo resultado, ¿verdad?. No asumimos automáticamente que trabajar en una sastrería sea algo triste (porque sería algo horrible y clasista pensarlo) y sin duda no representaríamos el problema de personas sufriendo abusos en la industria textil mostrando a alguien simplemente haciendo su trabajo. Ni tampoco tendría mucho sentido presenciar cómo un cliente potencial se da cuenta, al mirar el escaparate, que nunca más van a querer que le arreglen un par de vaqueros** ahora que sabe que algunas personas en sastrerías les prometen trabajos en el baile.
(…) las suposiciones equivocadas sobre lo desagradable del trabajo sexual asegura (…) que no tenemos que diferenciar entre una mujer realmente engañada para viajar a otro país, sometida contra su voluntad y de la que abusan de una mujer del mismo país que fue a hacer cualquier trabajo que pudiese conseguir y que terminó como trabajadora sexual, siendole indiferente el asunto y el potencial de retirarse confortablemente siendo relativamente joven.
Mezclando ambas las campañas como estas complican el avance del activismo y campañas por los derechos de personas que trabajan en el sexo, y hace más difícil las cosas para quienes trabajan en el sexo para luchar por tener estructuras laborales que les permitiesen trabajar más colectivamente y de manera más segura en unas condiciones laborables mejores. También da la razón al mito del que el tráfico sexual está en todas partes y que la industria del sexo está tan plagada que hace falta cerrarlo todo por completo cuando la realidad es que no tenemos datos reales sobre el tráfico de personas. La epidemia que tu crees «saber» como real está basada en cifras que se han sacado del aire. La manera en que llegamos al número de personas víctimas de tráfico en Reino Unido que aún se usan hoy se investigaron aquí. (…) Otro artículo de la misma época desvela un informe policial interno sobre los resultados de una enorme operación antitráfico de personas a nivel nacional. Muestra no sólo que las cifras han sido deformadas de manera increíble, sino que mezclarlo todo es fundamental si tu objetivo es demostrar que estás consiguiendo algo.
(…) Si no quieres ver el trabajo sexual mezclado con el tráfico de personas —que lleva a que se castigue o criminalice a las personas que se dedican al trabajo sexual (o las que conducen un taxi) por realizar una actividad sexual entre personas adultas, y que frustra los intentos honestos de ayudar a quienes están sufriendo abuso sexual— entonces el asunto central es desenredar el tráfico de personas del trabajo sexual. Y este vídeo se evidencia como el problemático fiasco que es.»
De este tema también habló Jude Roberts: Si hay legislación laboral de sobra, no hace falta nada más que aplicarla al trabajo sexual y no convertirlo en una categoría aparte de otros trabajos.
- *masturbación
- ** jeans
- las imágenes son capturas del vídeo
¡Sastamente! Muy bien expuesto
Más de lo mismo aquí:
http://www.eldiario.es/sociedad/estudiantes-madrilenos-prostitucion-libertad-sexual_0_178482579.html
«Expertas en víctimas de trata y en educación sexual advierten de que las nuevas generaciones conciben el pago por sexo como una práctica más de consumo»
Sí, ya lo criticaron en tuiter, hacer esa mezcla tan habitual
Pues yo vi el vídeo y entendí q ese «aquí» era una metáfora de cualquier sitio donde se les retuviera y obligara a prostituirse contra su voluntad, pero igual vuestro planteamiento puntualizador es necesario. Gracias por hacernos pensar, y ver más en profundidad.
Creo que es una forma de concienciar que no todo el mundo lo hace por decisión propia, no me parece nada abolicionista.
El «terminan aquí» no lo interpreto de manera literal en el sentido de que «acaban siendo pobres prostitut@s», si no como «acaban esclavizad@s en un lugar como este», sin necesidad de relacionar prostitución voluntaria con esclavitud.
Sobre lo de la sastrería, es un caso en el que la gente actuaría igual que en el caso de la prostitución, si se mostrara según que imagen, claro. Ya se sabe cuán deplorables pueden llegar a ser las condiciones de l@s trabajadores/as de fábricas textiles en países en vías de desarrollo.
Además, al final del vídeo dice claramente «stop the traffic», no «stop a la prostitución», no es lo mismo un/a prostitut@ que un/a esclav@. El artículo, en definitiva, me parece que busca cosas donde no las hay.
yo creo que critican no la campaña en sí, sino que sea precisamente ahí, en una zona famosa por la prostitución, donde lo hacen…
Por eso, justamente lo hacen en un lugar famoso por la prostitución para que lo capte la gente que usa esos servicios y que así sea consciente de que esas cosas ocurren.