El cambio es radical. Con «la futura ley la identidad de género es algo  que se determina por la propia persona: cómo te sientes tú; cómo te  sientes con tu identidad; cómo te sientes con tu género y cómo  quieres que la sociedad te identifique». Es la primera victoria parcial de aquella lucha STP 2012: Stop Trans Pathologization, o lo que es lo mismo, que se dejase de patologizar la transexualidad. ¿Suena raro así? Dicho más claro, que deje de considerarse la transexualidad como una enfermedad mental.

¿Ah, pero es que sí se considera así? Pues sí. Afortunadamente el manual de psiquiatría que siempre se cita, el DSM, en su quinta edición —algo tan reciente como el año pasado— ha eliminado el Trastorno de Identidad de Género, pero lo sigue manteniendo como tal la Organización Mundial de la Salud. Lo malo de esa patologización, entre otras cosas, es que se te quita de las manos el poder definir tu propia identidad sino que debes pasar por una certificación médica que asegure que sí, efectivamente, tienes esa enfermedad mental que te permite el acceso al tratamiento hormonal. Algo complicado ya de por sí. No quiere decir que no haga falta contar con especialistas que te sigan la medicación. Tomada por tu cuenta tiene muchos riesgos. Aparte de lo carísimo que es, porque hay que seguir con las hormonas toda la vida…

No es ya el efecto del diagnóstico médico en tu identidad, considerar que estás mal de la cabeza o no, con el estigma asociado. El que sea enfermedad mental ¿te imaginas el efecto que puede tener, por ejemplo, si tienes menores a tu cargo?. No es complicado que pierdas la custodia si se acaba decidiendo ese tema en los tribunales. Y ¿te imaginas tener que conseguir un certificado que se asocie a cualquier tipo de «inutilidad», «enfermedad» para poder cobrar tu pensión cuando eres mayor?. 

En otras fuentes de todos modos, valoran como positivo que haya un diagnóstico: En caso de que te despidan por esa razón, por ejemplo, queda claro que no es una decisión superficial, sino algo serio, parte de tu personalidad. Eso sí, creo que tampoco ayudará mucho que esa decisión, ese diagnóstico sea psiquiátrico… Un estigma se sustituye con otro… Y está lo tremendo de que dé todo igual, tu opinión, aspecto, comportamiento… si no te dan ese diagnóstico, no se acepta que eres transexual.

Por ahora, conviene aclarar, que el esperanzador cambio SÓLO ES una iniciativa legislativa, no es todavía una ley aprobada. «La futura ley integral de  transexualidad de Andalucía será registrada en el Parlamento andaluz  el día 15 de diciembre como muy tarde», según dice Canal Sur. Y que supongo, sólo funcionará en Andalucía. Una pena no saber de leyes, no saber cuántas probabilidades hay de que el asunto salga adelante. 

Eso sí, el que el DSM haya eliminado el Trastorno de Identidad de Género se debe a que lo han renombrado como Disforia de Género: 

«es un término técnico con el que se designa a las personas que tienen una contradicción entre su identidad sexual o identidad de género en contraposición al sexo biológico de su anatomía y cromosómico. Sexo cromosómico es aquel que viene determinado por el cariotipo o la dotación de cromosomas sexuales: XX en la mujer y XY en el varón. También se denomina sexo genético.

La enorme mayoría de las personas se identifica y siente como propio el sexo genital o biológico de asignación y cromosómico, pero debido a la diversidad de trastornos mentales humanos tal y como está definido y listado en el libro Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría en el grupo de Trastornos sexuales y de la identidad sexual (y también a trastornos físico-fisiológicos como el seudo hermafroditismo) hay un grupo minoritario que sufre esta disfunción.»

Se puede leer más en la wikipedia sobre la disforia de género.

Este avance, repito, sólo en Andalucía, tiene el peligro de hacer que se olvide la situación actual, que sigue igual de mal y la recogía con detalle hace poco La Marea:

El DSM «ha mantenido el diagnóstico de “síndrome de disforia de género”, “trastorno de identidad de género” o “fetichismo transvestista” en su V edición revisada.

“- Doctor, ¿es niño o niña? – No lo sabemos, todavía no nos lo ha dicho.” Este chascarrillo puede servir para ilustrar la postura de quienes exigen el fin de la patologización de la transexualidad. Sus críticas se dirigen, precisamente, a la consideración de la identidad de género como dos extremos absolutos y contrapuestos (hombre versus mujer). Por el contrario, defienden que la identidad de género es una compleja construcción biopsicosocial cuyas múltiples y diversas expresiones forman un continuo.

Entre sus reivindicaciones concretas se encuentra la retirada de la mención de sexo de los documentos oficiales identificativos, el cese de los tratamientos quirúrgicos a bebés intersexuales (conocidos antiguamente como hermafroditas) o el acceso a los tratamientos hormonales y a las cirugías sin necesidad de pasar por un diagnóstico médico. Entre las exigencias de este año, se presta especial atención a la situación de las personas trans de origen extranjero que, en muchos casos, ven supeditada a la obtención de la nacionalidad el cambio de sexo en los papeles, así como a la expresión de estas identidades durante la infancia.»

El artículo es mucho más largo, ahí podéis ver la situación actual. Que conviene no ilusionarse demasiado (pero sí ilusionarse con lo conseguido, celebrar el cambio) cuando se avanza sólo un paso, pero teniendo muchísimas personas detrás que siguen pasando por situaciones muy complicadas.

Y para todas mis amistades trans, os agradecería que me comentaseis, si tenéis un segundo, si hay información importante que he olvidado aquí y que creéis que puede ayudar. Con un link que me enviéis por twitter, facebook, en los comentarios o email, suficiente. Con el link ya investigo yo. Gracias :-) También lo digo para no amistades, pero que os dará razonablemente igual enviármelo, pero si queréis… Gracias de nuevo.

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