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Un poquito de autobombo

13 diciembre, 2006 a las 10:59/ por

Ya está a puntito de ir para la imprenta (en una semana o así). Por eso ya me atrevo a hablar del tema abiertamente.
Mi libro (to pa mí, tamaño 15×20 cm aprox creo) de fotografías «Paisajes verticales», en la colección de libros del ClubdeCreativos.

El libro es (como esta foto) para verlo en horizontal. Son fachadas hechas de tal manera que me recuerdan a paisajes.
Lo podrán comprar (ya lo confirmaré) en la Fnac, en la librería del reina Sofía y del Pompidou, entre otros sitios.
Síp, me hace ilusión :)

(Lo de plantar el arbol puede ser. Lo del hijo, ni de coña)

7 Comentarios a “Un poquito de autobombo”

  1. Anonymous dice:

    Enhorabuena!!
    Lo del arbol es bonito.
    Lo del hijo… planta dos árboles.

  2. gracias :)
    y buena idea, planto dos arboles :)

  3. Mara dice:

    Enhorabuena. Como pasaré por Fnac en estas fechas ya te contaré.
    Yo por razones obvias soy partidaria de la diversificación y el árbol no sustituye al hijo…mejor escribe dos libros :D

  4. akindofgfriend dice:

    Hacia un tiempo que no pasaba por aqui, pero siempre es interesante hacerlo y hoy, revisando todo, me encuentro con esto. Enhorabuena!, lo buscaré! no conocía esta faceta tuya, y supongo que otras tampoco ;)

  5. Anonymous dice:

    No sabía nada. Me sumo a las «enhorabuenas». Tiene muy buena pinta.

  6. Anonymous dice:

    ¿Atrevimiento e insolencia? Quizás, pero también feedback, que somos seres sociales y tenemos el vicio de comunicarnos.

    Lo que «se pide» a una realización no-utilitaria (otrora llamada «artística») es que proporcione una «mirada», término ambiguo con el que se designa un conjunto de «textos» (en sentido amplio, no necesariamente escritos) que apuntan en una cierta dirección, es decir que contienen un «discurso».

    Lo gracioso es que el discurso es subjetivo, por lo que hay tantos discursos como observadores acerca de un mismo «texto».

    «Paisajes verticales» (¡ah, todo el rollo anterior va a por esto!), para este observador tiene un discurso, y muy coherente.

    Fachadas de edificios fotografiadas en ángulos agudísimos (¡claro, como efectivamente se ven, y no hay otra!), gracias a la magia del encuadre, se convierten en metáforas de paisajes.

    Darse cuenta, eso a veces es todo lo que hace falta para generar un «discurso». ¡Qué difícil es!
    Descubrimos así en las calles de Lavapiés y aledaños, reductos tan «irremediablemente» urbanos, el remedio.

    Falta tiempo para dedicarse a concretar la multiplicidad de lecturas de cada foto; pero la de la portada es emblemática. Claro, hay que tener imaginación. Pero ésta encuentra asideros en las fotos de Miguel, así que hay obra conjunta, se produce comunicación.

    Pendiente nevada.
    La portería de un misterioso juego.
    Pantalla de un autocine esquimal.
    Desierto después de un holocausto.
    Puente de un barco con una vela supérstite de la nevada.
    Malla de seguridad para escaladores que entrenan.
    Y, más importante que todo, mil cosas más que no atino a concretar pero que están allí.

    Me asombra Miguel: «son para verlas en esta posición»… ¡Claro que no! Miguel, creo que uno de los mayores logros es justamente el de destruir el concepto de «posición» de la imagen.
    Y de «escala», no lo olvidemos.

    Quizás influídos por la palabra «paisajes», la mayoría de las veces se me figuran fotos de cientos de kilómetros de realidad, y agradecido olvido «la verdad» de su burdo y relativamente vulgar funcionalismo: balcones, farolas y colectores de aguas, obras.

    A mí me gusta verlas en horizontal, porque me estimulan más la imaginación, pero si las ves por cualquiera de los cuatro lados ves cosas distintas, eso es (entre otras cosas) lo «maravlloso».

    Vía de acceso a un «Taj Majal» que ya no está, casi me parece ver a los transeúntes (tan pequeños que «casi no se ven» :-), resguardado por un simbólico monumento a forma de perla, justo adentro de las murallas de una ciudad de enormes espacios y arquitectura relajada… quizás restos de una civilización recién descubierta en un planeta lejano, cuyos códigos todavía nos resultan incomprensibles… o dibujada por un dibujante delirante de comix desestimados de la década surrealista…

    Sigo hallando imágenes, pero insisto que las imágenes no son lo importante, lo importante es la capacidad de estimularlas que (casi) cada foto dispara en mí.

    Flashes de la estética de «Yellow submarine» (¡qué maravilla!)…
    Semáforos de una sola luz en autopistas futuristas…
    Cementerios asépticos.
    Paneles solares.
    … … …

    La ciudad ha dejado de ser «sólo» lo que era, ahora es más rica que la obra de Tolkien… :-)

    Gracias Miguel,

    Davide

  7. gracias por currarte semejante comentario!!!
    de nada :) un placer

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