Selección de idioma

Las fantasías sexuales (resumen de la charla del 23 de marzo 2012)

6 septiembre, 2012 a las 15:35/ por

Esta vez, en el “Sexo Oral” de marzo, volvimos sobre el tema de las fantasías sexuales. La vez pasada, hace ¿años? dio mucho juego pero, por aquel entonces, no tomábamos notas de las reuniones para que quedase para que lo pudiese leer más gente, como hacemos ahora. Así que decidimos repetir tema.

Lo curioso es que, al cambiar espacio (de un bar a una galería de arte) la charla cambió mucho. Empezamos MUY puntuales (a las 21.05). Fuimos un montón, 24 personas. Es mucho más fácil oir a todo el mundo al no haber música o gente entrando… Nos compramos unas litronas y allí nos pusimos a charlar sobre el tema.

Primero empezamos a hablar de lo último que habíamos descubierto en la primera charla sobre fantasías sexuales: Que hay personas que tienen fantasías en las que les da igual que lo que sucede sea irrealizable. No tienen planes de llevar eso a la realidad… Pueden aparecer 10 personas en la fantasía, vender a su pareja, hacer cosas imposibles.. da igual, lo que importa es excitarse.
Pero frente a esa manera de verlo, hay gente que sus fantasías son de cosas que puedan pasar realmente y, si creen que no serían capaces de realizar la fantasía que les proponen, dejan de excitarse para plantearse “Perdona, pero ¿y de verdad quieres que haga eso?”. Son personas a las que les excita precisamente el que pueda llevarse a la realidad.
Aparte de estos dos tipos, descubrimos en la charla pasada que hay un tercer tipo: Quien se excita con fantasías donde quien imagina no aparece, como si fuese una obra de teatro o una película que sucede en su cabeza, y que dirige o “ve” para excitarse. Curiosamente, quien tenía ese tipo de fantasías es profesora de guión cinematográfico…

En esta ocasión empezamos, pues, en ese punto, en las realizables e irrealizables, qué pensábamos sobre ellas. Se comentó que con las irrealizables está el problema de la culpa. Surgió la pregunta “¿En la fantasía también es válido con menores de edad?“, a lo que se contestó que, en la fantasía, lo que sea…
Se comentó que las fantasías, precisamente, como hacen los niños pequeños con el juego simbólico, ayuda a superar las frustraciones, es decir, que tiene un cierto efecto “curativo”.

Se comentó que en las fantasías cuando somos mayores muchas veces se juega con cosas que nos afectaron de alguna manera cuando éramos unxs niñxs, bien por frustración de algo, bien porque estábamos aprendiéndolo.

Sobre si esas imágenes mentales pueden ser “causa” de conductas delictivas, se comentó que una imagen no es suficiente para que se haga algo basado en ella… Hace falta todo un entorno, una biografía, unas razones que lleven a esa conducta. Las imágenes refuerzan lo que nos rodea, nada más. Cuando no se respeta la voluntad de otra persona (se comete el delito, por lo tanto) esto se debe a que ha habido unos reforzadores de esa conducta, como en el caso de la mente de un asesino, en que necesitará de unas situaciones previas que le lleven a esa situación.
Si fuese cierto que las imágenes son causa de conductas (como la argumentación de que la pornografía causa más violaciones) es fácil comprobar que con el cambio exponencial que ha habido en la pornografía con la llegada de internet (de unas pocas revistas en kioskos, y películas de vídeo, para pasar a una oferta infinita 24 horas al día) no ha habido una multiplicación de los casos de violación.

Surgió una pregunta que pareció fundamental: ¿Cómo gestionar las fantasías?. ¿Cómo gestionar nuestros deseos?. Se comentó que la clave está en cómo gestionamos esas fantasías. Podemos gestionar en nuestra cabeza que podemos tener la fantasía que sea, da igual su contenido. Podemos gestionar el no llevarla a cabo, no realizarla. No tenemos por qué ceder a todos los deseos que se nos pasen por la cabeza…aunque se señaló, de todos modos, que quizás no todo el mundo sabe distinguir dónde está la línea. Aquí se insistió “¡Bueno!, ¡si alguien no sabe dónde está el límite de lo real y lo que no, que nos avise antes!”. Debes tenerlo claro en tu cabeza antes de ponerte a hacer nada, de llevarlo a la realidad.

En este punto se comentó que, aparte de fantasías oscuras, turbias, agresivas, delictivas, también hay fantasías buenas, y que pueden ser irrealizables por otras razones (logísticas por ejemplo).

Sobre qué fantasías consideramos mejores, peores, condenables, etc… se recordó que esa sociedad que pensamos que condenará nuestras fantasías está, realmente, dentro de nuestra cabeza. Somos nosotrxs quienes debemos ser capaces de superar esos frenos que nos ponemos (“Algo me incomoda de fantasear con militares”, “Me resulta violento fantasear con personas de un género distinto al con el que normalmente tengo sexo”). La clave, como se dijo antes, es saber cómo se gestiona.

Se busca lo contrario, se busca trasgredir. Pero a veces hay temas que resultan difíciles de procesar, por las posturas personales antimilitaristas, feministas,… No es la sociedad quien te cuestiona esas fantasías: Es tu propia cabeza; como se dijo en la charla, a veces al tener fantasías que iban en contra de sus ideas de género, por ejemplo, algunas amigas admitían sentir una especie de “policía del género” dentro de su cabeza, condenando determinadas fantasías.

Se comentó que igual lxs militares podían probar dentro del entorno BDSM para vivir dentro de la obediencia sin necesidad de integrarse en las organizaciones en que lo hacen.

También se habló de las veces en que se quieren hacer realidad esas fantasías. Y que entonces conviene en buscar las mejores maneras de hacerlo. En prestar atención a las señales de la pareja para saber si la estamos manteniendo dentro de lo razonable. Se puede preguntar si gusta o no lo que estamos haciendo, se peude dar tiempo/espacio para que pueda ver si le gusta o no… Lo que sí es fundamental es saber que hay consenso. SI no, puedes provocar traumas. Depende de cómo ve tu pareja esa situación, para saber que esa fantasía se puede hacer. También se recomienda el ir paso a paso, poco a poco, porque siempre es mejor quedarse con ganas de más para la próxima, en lugar de sufrir un trauma o sentirnos mal, por haber hecho algo para lo que no teníamos la preparación.

Tenemos que tener en cuenta que en nuestras fantasías siempre aparecen personas estupendas: Bomberos estupendos, típicas enfermeras de minifalda… O si aparecen personas desagradables, aparecen justo el tiempo que queremos, nos tocan justo donde queremos, nos dicen justo lo que deseamos y desaparecen cuando nuestra fantasía se termina. Después la realidad es muy distinta a eso que hemos imaginado.

Se comentó también que no hay buenas o malas maneras de gestionar las fantasías. El saber gestionar tus fantasías se acerca a si sabes o no gestionarte a ti mismx.

Sobre fantasías se recomendó la película “Una relación privada”, sobre una pareja que se reune en un hotel regularmente para llevar a la realidad sus fantasías.

logo_lateral