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A la mierda el amor, la familia, el romanticismo, las cenas con velas… ¡TODO!

26 agosto, 2015 a las 11:00/ por

A veces da impresión que con alguna ideas se produce una bola de nieve ideológica, que se hace un pack inmenso en el que se incluyen tantos conceptos relacionados, que al final no queda nada donde agarrarse. Se acaba arrasando con todo y a veces incluso nos encontramos sin un solo concepto debajo del que tener algo de sombra, porque se han dinamitado todos.

Eso sucedió con el «amor romántico», sea a partir de la clasificación de esos mitos hecha por Carlos Yela o la versión resumida de Luengo y Rodríguez, sea una de las mil versiones de ese listado que corren por internet o sean las  fundadas críticas de Brigitte Vasallo. Tiene mucho sentido reflexionar sobre qué consecuencias reales y dolorosas puede tener en nuestra vida asumir los mitos del «amor romántico» como referentes de nuestras relaciones sin ser conscientes de su existencia.Pero tanto acaba llamando la atención el concepto del «amor romántico» que se le acaba considerando «el enemigo», equivocando la diana, que estaba enfocada a LOS MITOS, no el amor romántico. De todos modos, ese «amor romántico» en realidad es otra manera del llamar al «amor fusión», o como lo esquematizan Luengo y Rodriguez, el amor que se resumiría en 1+1= 1.

 

 

Al fijar la atención en «amor romántico», se acabó añadiendo en el «pack peligroso» a lo romántico, al romanticismo. Y por eso le hacía falta a Brigitte Vasallo aclarar que no estaba contra las cenas con velitas, contra los corazones, contra la simbología e imaginería típica de amores, enamoramientos y demás. Por eso de «amor romántico» tuvo que rebautizarlo como «amor Disney» o «amor de verdad™», para no confundirlo todo. El mensaje es que es mejor ser conscientes del juego al que estamos jugando. De qué estamos apostando. Qué ponemos en juego con una determinada cultura en torno a las relaciones humanas, no que haya que prenderle fuego a todo…

Es decir, de la crítica a los mitos, se siguió esté recorrido buscando «culpables»: Los mitos del amor romántico –> El amor romántico –> Lo romántico –> El romanticismo –> Manifestaciones clásicas de romanticismo: Cenas con velas, corazones…

En realidad los únicos culpables aquí son esas altas expectativas que se ponen en el amor y que la realidad se encargará de desmentir cuando se pone en práctica en el tiempo. Y ese choque entre expectativas y realidad es lo que hace que, afortunadamente, se cuestionen esos mitos. Pero eso, no significa que haya que, obligatoriamente, tirar por la ventana el amor ni el romanticismo… Lo que hay que tirar por la ventana sólo es el hecho de no ser conscientes de que existen y asumirlos sin darse cuenta.

 

 

 

Es lo mismo que alguna gente asume con el post de ayer sobre el amor (de cualquier tipo), ¿tiene algún problema el amor? No. Aunque si se es consciente de qué discurso encarna el amor, mejor, pero eso no es algo exigible a todo el mundo, que simplemente vive, que no tiene que estar reflexionando cómo vive… En esas relaciones familiares o de amistad, con ese amor que a veces convive con el chantaje emocional, ¿hay que desechar el amor de nuestra familia o amistades porque potencialmente puede suponer ciertas exigencias o expectativas que nunca hemos aceptado?¿porque pueden ser absolutamente falsos y buscar sólo su propia satisfacción? En absoluto, porque no es siempre así. Lo único que sí conviene tener en mente es que esas expectativas pueden existir y que sí tenemos un problema si, cuando no se satisfacen esas expectativas, la persona tiene esas expectativas soporta mal la frustración, forzando a sus personas amadas a cumplir sus expectativas, recurriendo a hacernos sentir culpa o sea cual sea su sistema de chantaje emocional.

 

 

Y así el peligro es que nos acabamos encontrando con un montón de opciones que pasan a ser «malas»: La heterosexualidad (¿la sociedad no puede cambiar la orientación de homosexuales, pero la heterosexualidad ha de cambiarse?) en lugar de la heteronorma, la pareja (¿hay que ser más de dos obligatoriamente?) en lugar de ser conscientes del privilegio de pareja, de la heteronorma de nuevo, de la monogamia heterosexual jerárquicamente superior (socialmente es así, por mucho que pienses otra cosa). La penetración vaginal heterosexual (en lugar de entender de qué es parte, y dónde está el problema de esa sexualidad jerarquizada ignorando la homonorma, por ejemplo). Tener que definirse como persona no binaria dando por hecho que definirse hombre o mujer no transgénero es un problema (en lugar de centrarse en el dolor y consecuencias terribles que ha traido esa clasificación de los seres humanos en dos únicos grupos, hombres y mujeres)… y así con un montón de ejemplos más.

El problema que tienen los discursos simplistas (el amor es malo) es que tienen su continuación en otros campos: La libertad es buena, por ejemplo. Y de la misma manera que se tira a la basura todo un conjunto de conceptos que se sospecha están «contaminados con el amor», se admiten otros como bandera (como la libertad) sin saber de qué libertad se está hablando, valiéndole igual la libertad de Fromm, Stuart Mill, la de Hayek o la de Ayn Rand, o simplemente la de un discurso completamente vacío. Si se deja el cerebro en standby y no somos conscientes de la moto que nos están vendiendo, a lo mejor acabamos acabando comprando una moto con la que nos acabamos estrellando… o en la que, por lo menos, somos sumamente infelices. Y de nuevo, otro pack: No tiene nada de malo buscar la propia felicidad.

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1 Comentario a “A la mierda el amor, la familia, el romanticismo, las cenas con velas… ¡TODO!”

  1. […] Lo malo de las críticas a esa mitología del amor es cuando no se ofrece nada a cambio, cuando se quita el suelo bajo los pies y nos quedamos en blanco sin saber hacia dónde ir. […]

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