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Ahora entiendo mejor a los trolls

12 noviembre, 2008 a las 7:00/ por


En varios medios (yo he elegido este) se ha hablado esta semana de los kamikazes de carretera. Esos que, a propósito, conducen en sentido contrario por una carretera.

Hablan de cuatro tipos de kamikazes, y me es útil para caer en que es obvio… no habrá solo un tipo de troll-flamer, sino que llegan ahí por diferentes caminos.

El doctor Francisco Alonso (…) habla de kamikazes: «Desea inmolarse pero al mismo tiempo hacer daño a los demás porque atribuye su malestar, sufrimiento, frustraciones (y en definitiva, inadaptación) a los demás. Esto le ocasiona una necesidad imperiosa de castigarlos haciéndoles daño con el vehículo. De este modo, consigue expresar y liberar su ira y poner fin a una vida insatisfactoria y frustrante». De esta manera, el suicida demuestra su desprecio hacia la sociedad, ya que tirándose desde una azotea no quedarían tan claras sus intenciones.

El kamikaze se puede clasificar en cuatro apartados. La primera categoría es el ‘kamikaze pirado’, formado por personas imprudentes, que de forma irreflexiva arrastran peligros sin mayor fundamento, razón o motivo alguno. El segundo grupo son los ‘kamikazes frustrados’. Está compuesto por personas desequilibradas a las que una serie de circunstancias les ha llevado a sentir un gran desprecio por la propia vida. Buscan poner fin a su desesperación.

Los individuos con problemas de adaptación o de personalidad y un comportamiento marcado por el desprecio, la violación de los derechos de los demás y cierto afán de exhibicionismo, son los llamados ‘kamikazes egoístas’. Por último, están los ‘kamikazes hedonistas’ que se juegan la vida por puro placer.

Alteraciones y necesidades

Todos estos tipos de kamikazes tienen muy engarzadas las alteraciones con sus necesidades, lo que impide evaluar correctamente las consecuencias de sus acciones. «No se trata solo de aparentar sino más bien de buscar la sobre-excitación, la sobre-activación que produce sensaciones placenteras debidas incremento de adrenalina asociada con la realización de conductas arriesgadas y peligrosas para uno mismo y para los demás», apuntó.

(…) Por otra parte, en este tipo de perfil se ve una relación clara con los psicópatas, «que no tienen ningún tipo de remordimiento sobre los crímenes que han cometido».

Me resulta útil para entender qué tienen los trolls en la cabeza.

2 Comentarios a “Ahora entiendo mejor a los trolls”

  1. Dantonmaltes dice:

    En tu blog he aprendido eso de trolls y flammers que era completamente desconocido para mí. Una reflexión aventurada: la clave para quee stos sujetos se manifiesten la da el anonimato de la web: Internet como un diván psicoanalítico donde el personal se quita muchas máscaras que hay que llevar aunque sólo sea por prudencia en la vida diaría. Internet no produce los trolls sino que nos enseña que existe esto desde siempre: el que te raya el coche, el que deja cagando a su perro en medio de la acera, el que pone la música a tope por la noche…
    Una vez leí que todos estos actos de pequeña maldad (los grandes quedan reservados para esos que vana a los libros de historia) conforman un amorfo fondo de maldad que se agita como un mar viscoso en el fondo de la mayoría de los corazones.
    Está bien saber que estos indivíduos existen y está bien que lancen sus invectivas por este medio…prefiero eso a que me rayen el coche o me den un puñetazo porque están borrachos…

  2. Si, sea virtualmente o en la realidad, pero sí, se empeñan en ir al revés de todo el mundo. Creen que la culpa de sus historias la tienen el resto. Animalicos.

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