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BDSM con sabor a vainilla

22 agosto, 2010 a las 5:00/ por

El otro día una amiga me comentó que muchas cosas del BDSM le parecían muy bien cuando estabas buscando compañer@s ocasionales para practicar BDSM. Pero que eran poco útiles cuando esos juegos los haces con tu pareja.
No es raro que en la noche de los tiempos, BDSM y vainillla fuesen opuestos, viniendo el BDSM de dónde viene en gran parte, de la comunidad leather gay de los años 50. E identificando el sexo «vainilla» como el convencional entre parejas heterosexuales.
Pero creo que las cosas han cambiado mucho. En una relación convencional, a lo mejor tu pareja se desmaya si le pides que te clave agujas. Pero quien más, quien menos, ha jugado con esposas, con ataduras, vendado los ojos, dado azotes en el culo,… Y las opciones a «otras cosas» están más abiertas. Hoy día es algo bastante normal tener curiosidad por probar esas «otras cosas», sean las que sean para cada un@.
La cosa se complica con la parte psicológica del asunto. Es más fácil hacer un «viaje» a lo más oscuro de nosotr@s mism@s cuando después puedes dejar esa parte de tí colgada en la puerta de una fiesta, una mazmorra o un espacio distinto de tu casa.
Pero es más complicado cuando es tu pareja de hace dos años la que te estuvo tratando como un ser despreciable cuando estabas de rodillas en el pasillo, al lado del mueblecito con la foto de tus suegros, o la figurita de Lladró de cuando os casásteis. Al día siguiente, al pasar por el mismo sitio, o saludas por la mañana a tu pareja, hay que tener cuidado de que una cosa no empiece a invadir la otra.
Inevitablemente, cambiará cosas en la relación. Pero hay que saber cuándo empieza y cuándo termina la escena. Y las normas para salirse de la situación cuando se quiere. Y un respeto inmenso por los deseos de la pareja, para no usarlo «a traición», por ejemplo. No usar una palabra que hace «clic» en su cabeza, en un momento en el que no procede…
A pesar de lo que esta amiga me dijo, yo sigo pensando que «The New Bottoming Book» sí es muy útil para ir aventurándose poco a poco en probar cosas nuevas, en saber cómo tratar las situaciones. No digo que sea el único libro, la única fuente. La fuente más utilizada por la mayoría de la gente es internet. En ese caso lo que hay que tener cuidado es saber quién te aconseja tras un nickname… Realidad e internet a veces no tienen nada de relación

6 Comentarios a “BDSM con sabor a vainilla”

  1. Montse dice:

    En mi opinión, creo que no hay nada más sano, placentero y excitante que poder tener con tu pareja una relación de complicidad tal que te permita hablar y satisfacer todas las necesidades mutuas, sean de vainilla sex o sean de BDSM. Que mejor que poder tener todo en uno!

  2. cosmic slave dice:

    No me digas que tu también, Mosca, eres de los que confunde BDSM con sexo vainilla con azotes. No me extraña que en los sex shop cada vez se vean más esposas de peluche.

  3. me gustaría saber dónde está la línea.
    Yo soy de esta opinion

  4. Puede que no exista una línea, sino un extenso océano de transición desde el blanco al negro. Parece obvio que caer en fundamentalismos es un sinsentido cuando las relaciones se circunscriben a la intimidad de la pareja, pero venir en decir que «BDSM» es lo que a uno le parezca se convierte en insensatez cuando se pretende practicarlo de forma ocasional o casual. El valor de las palabras está en poderlas usar para comunicarse, y si lo que yo entiendo por BDSM ni se parece a lo que entiendes tú, por muy respetables que sean nuestras respectivas prácticas, para lo único que sirve ésa ambigüedad tan democrática es para dificultar que lleguemos a entendernos.

    Ya dentro de la propia comunidad BDSM existen muchas veces serias dificultades para entenderse, usando términos en teoría conocidos por todos. Por ejemplo, tenemos una pareja de amigos que mantienen una relación sadomasoquista que no acaban de conseguir que la gente entienda que éso no es lo mismo que una relación D/s y que él es masoquista pero no sumiso, cosa que a veces deviene en situaciones bastante irritantes para él.

    El capítulo del New Bottoming Book al que apuntas se limita a señalar una obviedad, que es que nadie tiene derecho a cuestionar tus relaciones en nombre de la ortodoxia, pero fíjate que dice «Si la gente involucrada en una determinada situación o actividad están de acuerdo, en que lo que están haciendo es BDSM»…así que si quieres extender el ámbito de ésas relaciones más allá de tu pareja o compañeros habituales tendrás también que adecuarla a alguna clase convención, so pena de correr el riesgo de encontrarte con situaciones bastante desagradables…como por cierto, parece ocurrirle con frecuencia a bastante gente, a juzgar por lo que oye por ahí.

    Saludos,
    Az.

  5. Candela dice:

    Me tienes fascinada, he encontrado tu blog por casualidad… Voy a pasar el domingo leyéndote.

  6. ah, pues gracias! :D Da gusto que el blog provoque eso :-) Pues nada, ojalá el resto sea igual de entretenido…

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