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Brigitte Vasallo: Conferencia en el Congreso de no monogamia (y 4) #NMCI2015 #MaterialesNMCI2015

5 octubre, 2015 a las 11:00/ por

 

 

Cuarta y última entrega de la charla de Brigitte Vasallo en el 1er Congreso de No Monogamia e Intimidades Contemporáneas en Lisboa. La charla completa —en inglés— está en vídeo en el canal del Congreso NMCI2015

La charla completa, traducida y publicada aquí, se puede encontrar en el blog en cuatro posts:

• Primera parte 
• Segunda parte 
• Tercera parte 
• Cuarta parte (ésta)
 

Esta semana se publicará recopilada en un solo documento descargable. Se podrá encontrar aquí, y en las cuenstas de Facebook y Twitter.

 

«Así que para asegurar la filiación, el sistema nos programa para la exclusividad. «Exclusivo» es una palabra fascinante. Tenemos que mantener fuera al enemigo, necesitamos protegernos, excluirlo, tenemos que vernos como enemistades potenciales y tenemos que crear una fuerte identidad con nuestras parejas, basándose en la adicción por cierto, en lugar de vínculos, intimidad y compromiso. La verdad, creo que construimos el amor de la misma manera que construimos identidades nacionales. Y en realidad, la idea de amor romántico en Europa va caminando a la par que el concepto del estado-nación, que Freud… todas esas cosas que nos vienen del siglo XIX que yo creo que borraría de la Historia y dejaría atrás.

 

 

ROMPER LA MONOGAMIA COMO APUESTA POLÍTICA

Por eso, cuando digo que romper la monogamia es un asunto político, me refiero a esto: Revisar la manera en que nos relacionamos con el resto de personas a nuestro alrededor, evitando o intentando evitar pensar que t0d0 el mundo va a herirnos, (…) algo que tiene unas consecuencias inmensas mucho más allá de nuestra intimidad.

He puesto esta imagen (una diapositiva) porque estamos pasando por lo que se está llamando «crisis de personas refugiadas» en Europa… la verdad es que el mundo entero es una crisis de personas refugiadas. Sólo porque tenemos esa inmensa cantidad de personas caminando y siendo puesta en trenes enviados a Alemania… qué imagen más impresionante y terrorífica de nuevo en Europa ante la que reaccionamos. Pero lo tenemos en Palestina desde 1948, cientos de personas refugiadas, sin un lugar al que volver, sin un lugar al que ir, y la verdad, tampoco nos importa tanto ¿verdad?.

 

 

Así que bienvenidxs a la fiesta de la gente refugiada. Podríamos dispararles, pero eso no queda bien, porque tenemos periodistas allí, así que necesitamos hacerlo de otra manera. Y cuando tratamos de hacer algo —tengo que admitir que hay cantidad de gente que se ha involucrado, que han abierto sus casas, no me lo tomo a broma—cuando tratamos de resolver algo, escuchamos esas voces fascistas que nos dicen: «¡Ya verás, esta gente va a quitarnos el trabajo! ¡nos van a robar nuestras mujeres! ¡van a quitarnos nuestra identidad! ¡nos van a quitar nuestros privilegios!» etc. Escuchándoles puedo decir que me siento exactamente igual que cuando nuevxs amantes se acercan a mis amantes. Esa gente fascista es la misma que soy yo cuando me enamoro. La misma.

Por eso, romper la manera en que me siento respecto a mi monogamia, me puede alejar de otros temas más grandes que ese. Romper la monogamia, para mí, como una manera radical de ser, no es sólo romper la monogamia respecto a mi vida amorosa, sino que también es romper la monogamia étnica, la monogamia cultural, la monogamia patriótica y podría seguir hasta hacer una lista inmensa de las monogamias en las que vivimos. Así que, cuando hablamos de romper la monogamia, tenemos que pensar en cada momento de cuál estamos hablando, porque hay un montón de ellas.

 

 

De todos modos, no estoy diciendo que todo el mundo deba romper todas las monogamias. Cuando empecé a ser una activista, estaba tan feliz, pensaba que iba a conocer a toda esa gente, muy comprometida con todo esto, para hacer un mundo muy diferente, para liberar el amor, liberar los estados, liberar las casas, liberarlo todo, liberar mentalidades!… No. Quiero decir… no. No. No hay problema, la gente puede ser lo que quiera ser. Alguna gente dice «yo sólo quiero tener que gestionar mis dos novias ¿De qué me estás hablando? ¿Qué eso del feminismo radical?». No hay problema.

También tengo que decir que estemos en el activismo que estemos, el campo de experimentación con la no monogamia en nuestra vida privada nos da una experiencia muy valiosa que añadir al resto. No sé si lo sabéis pero soy de Barcelona, soy catalana, Cataluña pertenece al estado español, y este domingo tenemos un proceso de divorcio. Tenemos unas elecciones muy serias en las que decidimos si queremos continuar con España o no. (…) En los últimos meses he estado en medios de comunicación catalanes para dar mi opinión, y creo que sinceramente nos estamos enfrentando a un divorcio monógamo entre dos países. Incluso las palabras que usamos son las mismas; el presidente catalán nos estaba diciendo «Debemos entender que España ya no nos quiere». Estamos hablando en términos de amor romántico, y realmente pienso que las no-monogamias nos pueden mostrar cómo relacionarnos de una manera diferente como estos grandes procesos macropolíticos. (…)

 

 

Estábamos hablando de complementariedad, de esa necesidad del sistema de unirnos con el adhesivo de la adicción. No creo que podamos romper esa adicción hasta que rompamos todo el (?). Y aquí el capitalismo, las individualidades juegan un papel importante y la idea subterránea de que si alguien no siente adicción por nosotrxs, no querrá quedarse con nosotrxs. Si le tenemos tanto miedo a la libertad, (…) es porque en nuestro mundo libertad significa individualidad.

 

¿CÓMO ROMPER EL SISTEMA?

Esa era la primera idea que quería poner sobre la mesa para ver si resulta útil, para pensar sobre ella y actuar, el mover el foco del número de personas a las estructuras de poder que generamos y que se van a reproducir una y otra vez en nuestras relaciones. Por lo que supongo que lo que me preguntaríais ahora es [señalando la diapositiva que pone esa frase] «Perdone, señora, ¿dónde está la salida?¿cómo rompemos el sistema» y NO TENGO NI IDEA. En enero estoy de vuelta aquí en un congreso y quizá entonces pueda decir «¡Ya lo tengo!» :D Es broma.

 

 

Yo no creo que podamos romper los sistemas. No hay una fórmula o un botón que presionas y ¡plop! el sistema se rompe. Prefiero esta idea de lo resquebrajado de la que habla Holloway, de agrietar sistemas con un montón de herramientas y de maneras de hacerlo, pero sobre todo, yo no creo que puedas romper o barrer el sistema de repente, porque también somos el sistema. Esa es la mala noticia que os tengo que dar. Somos el sistema.

Cuando empecé en el feminismo, era muy joven, y lei mi primer libro feminista, Simone de Beauvoir, fue semejante shock, estuve fatal durante un par de años, de verdad, y una de las cosas que decidí fue afeitarme la cabeza para quitarme el patriarcado de encima de mí. Me afeité y decía «soy libre». Sabéis lo que quiero decir, ¿verdad? [risas] Exactamente, a eso me refiero :-)

 

 

Esto es lo mismo. Somos monógamxs, somos el sistema, no podemos barrerlo porque no tenemos otro cuerpo en el que vivir si eliminamos el patriarcado, la monogamia y demás. Debemos agrietarlo. Irlo agrietando y contruyendo al mismo tiempo cuerpos para vivir en otro lugar. Y de verdad pienso que estamos haciendo eso. Con todas las experiencias que pudimos escuchar ayer, la cantidad de estudios, de puntos de vista, que estamos y estáis haciendo, yo creo que estamos agrietando el sistema.

 

SEPARARNOS, EL ÚLTIMO SUEÑO DEL CAPITALISMO

Mi segundo punto, que no es tan largo como el primero, no os preocupéis, (…) la segunda idea que quiero poner sobre la mesa, es que nos estamos enfrentando aquí a una encrucijada. La familia, la pareja como la entendíamos hasta ahora, era también nuestro último refugio para enfrentarnos al desmantelamiento de las comunidades. Era la última relación segura en un mundo muy cruel construido con la economía y el racionalismo.

Las personas y comunidades queer ya somos minorizadas y nos enfrentamos a agresiones específicas… desmantelar nuestros espacios seguros no es fácil y no es una broma. Si estamos desmantelando la pareja y la monogamia o como se le quiera llamar, para ser personas libres que viven pretendiendo ser autónomas, déjame salir corriendo de aquí, echemos a correr, porque esto es un desastre inmenso. Esto es en realidad el MAYOR Y ÚLTIMO SUEÑO DEL CAPITALISMO, separarnos. Por eso creo que debemos elegir si vamos a hacer eso o si vamos a hacer algo diferente.

Creo que la no-monogamia puede ser también una manera de subvertir el capitalismo. Romper la monogamia no creo que se deba de hacer por esa «liberación» [liberalism] sino para construir nuevas comunidades y nuevas maneras de tener relaciones inclusivas. Eso está realmente resquebrajando el sistema, tal como lo veo yo. Romper la monogamia se refiere a cómo nos relacionamos con la gente, con la alteridad, y con nuestra propia posición en el mundo, y cómo cuestionamos nuestras propias estructuras y privilegios. Por eso digo siempre que, me da igual si sois un par [no una pareja], tenéis mucha cabida para romper la monogamia estando en un duo, y prefiero cien millones de veces un par que cuestiona cómo se relacionan, las estructuras de poder, las violencias, los privilegios que hay ahí, que un grupo de gente que dice que es poliamorosa y que reproduce ahí toda esa violencia neoliberal.  [aplausos]. (…) Esa es la tarea que os propongo para llevaros, una de nuestras tareas pendientes como gente poliamorosa, es construir un nuevo concepto de libertad con compromiso [new commited concept of freedom].

 

 

EL DOLOR

Así, para terminar… ¡no he hablado del dolor! :-) No sé de quienes estáis en relaciones no-monógamas. ¡A MÍ ME DUELE! No, no todo el tiempo! (…) Así que hablemos del dolor.

Acabo de pasar una poliagonía* terrible, he llegado aquí, aún puedo sentirlo… —sabéis ¿no? esa sensación de icccchsssss, de ¡trátame con cuidado!, estoy sufriendo! que lo llevas en el estómago—, pues estoy así. :-) Pero estos días de poliagonía también he tenido oportunidad de pensar sobre ello. Y pienso, con un metáfora que me ayuda mucho, que es ver la no-monogamia como darnos a luz a nosotrxs mismxs y por eso duele.

 

 

Estamos dando a luz nuestros nuevos cuerpos, los nuevos cuerpos que necesitamos para habitar en los nuevos mundos con los que soñamos. A menudo oigo, y la gente dice, «Muy bonita tu teoría ¡pero no me ayuda con mi dolor!». Bueno, a mí me ayuda. No estoy de acuerdo, yo creo que ayuda. Lo que no hace es evitar que sientas dolor. Pero a mí las teorías me ayudan para saber de dónde viene ese dolor. Me ayuda a sentir empatía por mis parejas o como quieras llamarlas, y sienten dolor, así como sentir empatía por mí misma cuando estoy sufriendo.

Me ayuda también a dejar de sentirme culpable. «No soy lo suficientemente buena llevando esto a la práctica». Me ayuda para aceptar que nos queda un largo camino por recorrer y para aceptar que debemos gestionar nuestros propios límites, que no somos personas tan fantásticas, fuertes y fluidas como creíamos que éramos. Y me lo estoy diciendo a mí misma, creedme :-)

Por eso también las teorías sirven, me sirven para entender que no se trata sólo de mí, de mi vida sino de cómo podemos llevar más adelante, con nuestra propia experiencia, la experiencia colectiva de vivir. Lo que estamos haciendo aquí no tiene que ver sólo con el amor. Tiene que ver con la economía, con los límites, con personas refugiadas, con lo queer, de una manera mucho más amplia que nuestros cuerpos e identidades. Para mí se trata de crear una manera inclusiva y radical de estar en el mundo.

Gracias :-)»

 

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*Broma hecha con una palabra compuesta para referirse a cosas relacionadas con el poliamor: Poliagonía (agonía en una relación poliamorosa), polidrama (dramas en relaciones poliamorosas), etc

 

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